Formado como químico y físico el artista electrónico Rafael Lozano-Hemmer como al le gusta denominarse crea experiencias donde el factor tecnológico responde condicionado por la espontaneidad y características del material orgánico con el que interactúa.
Cuerpos que en su relación con el espacio donde se encuentran actúan de forma espontánea haciendo una tímida primera aproximación. En la que pese a que conoce la identidad y características tecnologicas del formato y la propuesta que se desarrolla, le obliga partiendo de un lenguaje pedagógico aprender una serie de pautas de comunicación.
Frequency and Volume es una performance creada en 2.003 y cuya representación itinerante ha tenido oportunidad de verse en diferentes museos y centros culturales de los Estados Unidos y Canada. Reta al usuario a inhibirse interactuando con su propia sombra.
Con el que traza diferentes gestos y coreografías que son proyectadas sobre una pared de color neutro, cuyos movimientos son registrados por una red de sensores desplegados a lo largo de la pared. Y que tras ser mapeados por una aplicación informática son ecualizados sintonizandose diferentes frecuencias de sonido.
El proyecto fue inspirado por el "Manifiesto Antena-Hombre" y los radio experimentos positivos llevados a cabo por la corriente de artistas mexicanos adscritos al estridentismo creadi en 1920s.
Estas ondas de radio son el resultado del lenguaje corporal del su y posición, mientras que su tamaño controla el volumen de la señal que se sintoniza en cualquier frecuencia entre 150 kHz y 1,5 GHz, incluyendo el control del tráfico aéreo, FM, AM, onda corta, celular, CB, satélite, sistemas de telecomunicaciones inalámbricas y de radionavegación. Hasta 48 frecuencias se pueden ajustar de forma simultánea, viisualizando el espectro radioeléctrico y conviertendo el cuerpo humano en una antena en una interfaz de emisión.
El proyecto se desarrolló en un momento en que el gobierno mexicano ha decretado el cierre de emisoras de radio informales o "piratas" en comunidades indígenas de los estados de Chiapas y Guerrero. La pregunta "quién tiene acceso al espacio público es una que merece atención y herramientas de visualización no solo en México sino también aquí en el mundo desarrollado, donde existe una notable asimetría en la asignación de frecuencias solo a intereses gubernamentales o corporativos en detrimento de la demanda real de la opinión publica.
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