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Žilda, pinta entre las ruinas de Napoles la luz y su reverso


No es la primera vez que reparamos en la obra alegórica del artista urbano Žilda y su capacidad (puedes ver aqui el precedente), para a través de actualizar estandares del arte clásico expresar de forma activa, contundente a la vez que sutil su opinión sobre diferentes tanto politicos como sociales.

Epifanías para cuyo ritual perfeccionado a lo largo de una década de intenso trabajo aplica un proceso donde tanto el lugar seleccionado, como su contexto social se conectan con la obra y el autor en el que se inspira. 

Pero sobre es la ciudad como identidad, como lugar de operaciones y territorio donde de Žilda encuentra las referencias tanto conceptuales como afectivas a partir de la que desarrollar un discurso estético y provocador que escenifica en ocasiones de forma en exceso dramática.


REINTERPRETANDO A LOS CLÁSICOS ENTRE LAS RUINAS

En su caso el ecosistema urbano que reune estas caractereticas es la ciudad de Napoles, y es que para el artista Normando la capital portuaria del Sur de Italia no solo simboliza el nexo a nivel artístico de lo clásico y lo bohemio.

Sino que entre sus calles angostas en las que tuvo oportunidad de encontrar a su pareja, impregnadas por el salitre del mar realiza muchos de los análisis que utiliza, para describir una sociedad en transición que todavía presenta muchos tabues.

Prejuicios cargados de doble moral sobre los reflexiona y explora sus causas, mientras de forma furtiva acompañados de decenas de gatos vagabundos que le persiguen en peregrinación por la ciudad, halla el mejor sitio para situar los personajes con los que narra en un tono a veces intenso y desafiante.

O en  sentido contrario mas reflexivo utilizando imagenes extraídas de la iconografía sacra, que adoptan un rol actual a través del que el artista, pretende abrir debates sobre temas como la rendención o el sentimiento de culpa casi siempre desde una optica dual en términos de genero.


BUSCANDO EL AMOR EN UN FUEGO ANTIGUO

Algo para lo que utiliza como hilo conductor obras de autores de corte clásico no muy conocidos, a los que añade en ocasiones objetos que se encuentras en sus inmediaciones y con los establece un signifificado mas profundo entre la obra y su emplazamiento donde se ha creado.

Esta pauta que se observa en la mayor parte de sus intervenciones, destaca mas si cabe en aquellas en las que las características del edificio casi supone una profanación del mismo y de la función litúrgica para el que fue construido. 



Tónica a la que rara vez renuncia no siendo el caso de Rinunciazione obra original de Paul Grabwinkler y donde se nos muestra a una monja con tocado y avergonzada por estar denuda implorando perdón mientras clama alzando la mirada al cielo, siendo en el mismo escenario donde Žilda ya intervino tiempo atras con una intervención muy similar en cuanto a la tematica tratada titulada La Chevelure.




En Visitazione pieza contemplativa original del pintor Mariotto Albertinelli fechada en 1503 y expuesta en la galería Uffizi de Florencia, y que Žilda reproduce de forma mas dramática si cabe, recreandola sobre una pared con fondo y donde las protagonistas son dos mujeres consolándose mutuamente. 


Ya para finalizar este breve repaso por la obra de Žilda en Napoles, hacer alusión Lilith una figura cuyo origen comienza en la mitología Mesopotamica, pero que debido a su espectacular capacidad de adaptación es acogida por diferentes culturas habiendo sido representada tanto en la literatura como el cine, además de por numerosos artistas. En concreto Žilda recrea a la conocida como La Reina de la Noche, a partir de la versión fechada en 1892 por John Maler Collier, un escritor y pintor británico de estilo prerrafaelita, uno de los retratistas más destacados de su generación y que acabo casándose con dos de las hijas del también biólogo Thomas Huxley, conocido como el Bulldog de Darwin por su defensa de la teoría de la evolución de Charles Darwin. 

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El romance del artista urbano Žilda
con Napoles comienza en 2011, en todo este tiempo su legado se ha multiplicado con decenas de intervenciones relizadas en lugares anonimos, en las que el componente arquitectónico forma parte de la obra y su significado artístico.


Žilda, el espacio como un retrato del deseo y la pasión

 
Neorrealismo italiano, renacimiento, costumbrismo social, mitología griega, arte sacro, las referencias del street art francés ŽILDA, son muchas y variadas. Sus obras están impregnadas de un lirismo social muy particular.

Con el que refleja tanto su estado emocional, como muestra su opinión sobre lo que sucede a su alrededor. Realizadas entre Francia e Italia, a base de óleo y acrílico sobre papel. Casi siempre parte de una fotografía que traslada al papel.

Creando posteriormente figuras a tamaño a real con las que finalmente empapela la pared, casi siempre de forma furtiva. Estamos ante la obra de un artista autodidacta que utiliza la calle como un telón de fondo, donde sus personajes crecen y se diseminan en escenas urbanas.  

Las intervenciones de Žilda en el espacio publico son como fragmentos o relatos que detallan a través de una estética. que mezcla una puesta en escena dramática visualmente y una atmósfera clandestina y bohemia. Y que en términos técnicos son el resultado de combinar el stencil o plantilla, el dibujo, el grabado y la pintura. Cada uno de sus trabajos atraviesa nuestro imaginario colectivo recreando nuestras fantasías más secretas a la vez que inconfesables.