UMA, arquitectura nórdica que se adapta a las estaciones y su paisaje



No hay muchos estudios de arquitectura y diseño que hayan sabido reintepretar su práctica en un contexto donde la naturaleza y lo orgánico se muestra de una forma tan cruda e integrada en el paisaje como el estudio UMA con sede en Estocolmo.


Dándole a cada proyecto una lectura donde lo global se nutre de los elementos de los parajes donde operan, ya se edifiquen en un entorno urbano o hayan sido encargos que se tienen que relacionar con las características que presentan los extensos bosques de coníferas que alfombra buena parte de la geografía del país escandinavo. Siendo estos proyectos hechos en proximidad y aplicando una óptica presidida por la economía de medios.

Cuyo material principal es la madera, aunque habría que precisar que no siempre precisan talar árboles para listar tablones con los que construir sus cabañas o pequeños refugios de monataña. Sino que en ocasiones tan sólo se trata de observar con atención y seleccionar el tronco que reúna las mejores cualidades para ser habitable.

Ya sea de forma temporal o de forma más estable y cubriendo por lo tanto de periodo más largos. Proyectos que alternan con propuestas más bizarras y pretenciosas, como la ocurrencia que presentaron en dos mil diecinueve, con motivo de la convocatoria que se realiza para reconstruir la nave central de la catedral de Notre Dame en París, y que básicamente consistía en sustituir la cubierta por una piscina infinita.


Planteamiento imaginativo a la par que un tanto descabellado que como era natural no salió adelante. Por lo que volvieron a los valores sobre los que han cimentado una sólida trayectoria, sobre todo acometiendo proyectos de pequeña embergadura y casi siempre en el ámbito de lo local. A través de los cuales han elaborado una especie de manual que se ha convertido en una referencia.

Para otros muchos estudios que atraídos por su forma de concebir el espacio y su habitabilidad en un entorno natural, todo un desafío a la vez que un potencial creativo. Proyectos como  Snowball hut, un refugio construido con piñas de abeto que se unieron con resina hasta formar una especie de vaina, fórmula que no funciono, por lo que se opto por una malla donde se insertaron las miles de piñas. 

La forma tubular del refugio Snowball hut hecho con bolas de nieva en su version diurna e iluminado por la noche.

En la parte superior de la estructura, el diseño forma una claraboya desprotegida que permite que la luz impregne el interior y genere un efecto visual fascinante, especialmente durante las noches en la que no hay otra fuente de luz que la luna. Algo que produce un efecto inmediato atrayendo a los miles de insectos que se sienten atraidos por la luz, buscando refugio en las escamas de las piñas.


Siendo un de los planteamientos a partir de los que exploraban y creaban refugios a partir de materiales básicos, que a menudo se encuentran en la naturaleza iniciándose una seria bautizada con el nombre de Primitive hut. Y cuyo primer antecedente tuvo por nombre Snowball Hut, que en términos generales guarda similitudes tanto en términos estéticos con la primera que he citado.

Como en el origen narrativo de su diseño, que está inspirado en las tradiciones locales plagadas de cuentos ambientados en los bosques de donde hasta hace relativamente poco tiempo extraían la mayor parte de las cosas que precisaban para vivir sus habitantes. En este caso el objeto a partir del que se diseña el refugio, es una linterna de nieve. Una tradición invernal que pertenece al folklore de los países escandinavos. 


El estudio de arquitectura sueco UMA, se ha especializado en un tipo de arquitectura donde el hilo conductor es el paisaje y la propiedad que poseen los materiales para crear espacios habitables a través de soluciones organicas.


Por ejemplo en Suecia,  en invierno los bosques se visten con unas linternas en forma de cono que se llaman Snölykta y se hacen apilando bolas de nieve, con pequeñas luces de té colocadas dentro para que brillen por la noche. Al igual y tratando de emular el diseño de la Snölykta, pero ampliando su escala se emplearon cuatro mil bolas de nieve para hacer una cabaña hueca y permeable en la que la gente pueda sentarse. 


Cuando el interior está iluminado, los espacios entre las bolas de nieve ofrecen un brillo natural que garantiza la iluminación de su interior, lo suficientemente intenso como para que los que pernoctan durante las largas noches de invierno que se dan en Suecia, puedan prescindir de la luz artificial. En este sentido su construcción no entraño más dificultad que la que podía suponer un muñeco de nieve, sólo hubo que apilar bolas de nieve hasta darle la altura deseada.

La última propuesta de esta serie se creó en plena canícula cuando los bosques de abetos están en todo su esplendor, llamado The Spruce hut el armazón del refugio cambia totalmente de color adquiriendo un color verde, cubierto por decenas de ramas con las que se genera un espacio que conserva algo de frescor. En la lejanía su forma cónica no se diferencia del resto de los ejemplares que los circunda.

Construido gracias a que ese año hubo piñas, se trata de un refugio efímero que será utilizado principalmente por pequeños animales


Por lo que se convierte en un excelente lugar donde camuflarse de los posibles depredadores que habitan el bosque. Como en los tres experimentos citados anteriormente, en Mushroom hut, lo primero que llama la atención es su aspecto primitivo cualidad que no es la única que comparten, sino que además de la utilización de materiales orgánicos de proximidad. Guardan un vinculo marcado por el paso de las estaciones.

Algo que determina además de la selección de materiales que se van a emplear en su construcción, su función y uso. En el caso los cientos de hongos que se insertaron en un armazón conico fabricado en alambre, tras la finalizar la temporada otoñal cuando el inicio del invierno se vislumbraba en el horizonte, pasaron a formar de un gran banquete, un ritual con el que desde hace centurias se evocan a los espíritus del bosque.


En One Tree Four Seasons una intervención narrativa que combina Land Art, arquitectura  y musica. Describe los diferentes usos y materiales que nos proporciona un determinado paisaje en función de la época del año en que se visita.


Un ciclo estacional que también aplican en su último proyecto titulado One Tree Four Seasons serie que se distinguirá de otros precedentes, en que en cada una de las cuatros refugios se incorpora un componente modal, más concretamente el protagonista será por un lado los sonidos propios de un paisaje boscoso. Elemento que se aprecia más en la segunda version de la serie que lleva por subtitulo Season II y la última presentada hasta la redacción de esta entrada.

Si en la primera dedicada al invierno colabora el artista de Land Art Antti Laitinen (de cuyos arboles forrados con papel de aluminio ya os hablamos por aqui) con el que construyen un nido cuyo volumen cúbico cubre el tronco del árbol que ya estaba rodeado de rocas debido a una antigua práctica agrícola que implicaba despejar obstáculos de los campos adyacentes.
 
Una versión un tanto caótica de su refugio construido con hongos


El equipo reunió ramas muertas y las tejió para formar un nido que sirve para rodear un viejo Aliso. que está situado en una finca en las afueras de la localidad de Nikvarn a un cuarto de hora de Estocolmo. En el centro de una de sus caras una abertura circular sirve como excusa para atraer la curiosidad de los excursionistas que sienten la necesidad de descubrir lo que hay dentro.



En la segunda versión titulada Season II que esta dedicada al verano, la ventana circular se amplia convirtiéndose en una abertura a través de la que sin embargo apenas se puede ver nada, pero si se puede desde cierta distancia oír una melodia interpretada por un cuarteto de cuerda. Un concierto casi mágico, sino poetico, ejecutado por la agrupación local Julikvartetten un homenaje al árbol por lo que la melodia trata de seguir el compás y movimiento cuajadas de hojas. Esta vez, un nuevo material natural estaba disponible para que trabajaran: heno cortado y recogido de los campos. No solo empacaron el heno en la estructura de la rama tejida para darle más solidez, sino que elaboraron en una pared superior ligeramente curvada que enfoca una vista estrecha en el dosel del árbol en lo alto. 


Manuel Bouzas - Mediterráneo TAC! Festival, pabellon construido con una persiana veneciana gigante de 300 metros cuadrados


Aunque en principio pueda parecer que combinar conceptos en diseño arquitectónico enfocados a un tratamiento del espacio y sus usos bajo una perspectiva marcadamente social, con un abordaje en el empleo de los materiales seleccionados para su construccion, aplicando criterios basado en el reciclaje y sostenibilidad sean en su propia concepción.

Una decisión coherente y consecuente, no siempre tiene porqué ser asi. Pues hay proyectos que a pesar de sustentarte en ideas en donde se aplica una óptica casi militante basada en maximizar todo lo que se pueda conceptos como la economía de materiales, no dejan de llamar la atención por hacer referencia en su planteamientos estetico.

A formas que se nutren de narrativas tradicionales, que pueden ser perfectamente utilizadas en la actualidad aunque de forma muy esporadica. Objetos cuya elaboración es realizada de forma casi artesanal, y cuyo uso se contempla fundamentalmente en el ámbito domestico, formando parte de nuestra memoria socio-afectiva colectiva remitiendonos por ejemplo a  nuestro entorno familiar.

Objetos que a pesar de recibir la consideración de obsoletos, sin embargo pueden convertirse en el detonante inspirador. Para que tras procesarse a través de las exigencias de la arquitectura actual, se incorporen como un modelo estándar de estructura arquitectonica que sea plenamente funcional en el lugar donde va a actuar y relacionarse con un paisaje que le puede resultar completamente ajeno.

Tanto por las características morfologicas de ese paisaje, como por el recorrido ontológico del edificio. Esto último tendrá mucho que ver con la función del proyecto y del grado de aceptacion por aquellos que los vayan a habitar o a usar y al tipo de actividad que se va a ejercer desde el mismo de su apertura. Suponiendo una auténtica prueba los primeros acercamientos a un diseño que ante todo tiene que resultar acogedor.

Vista general del pabellón en el centro de la Plaza Musico Lopez Chavarri  


Aúnque no siempre tiene por qué ser asi, o ese es el dilema que me transmitió la naturaleza del pabellón diseñador y arquitecto Manuel Bouzas. Que en un primer acercamiento lo percibí incluso como algo hostil, sobre todo en el sentido estetico. Pero que tras examinarlo más detallamente y consultar la documentación redactada de forma elocuente alrededor de una obra casi minimalista y creepy.

Con esa rampa funeraria, que ondulada como una ola, se eleva por encima de mi cabeza de forma intimidante. Y es que el pabellón llamado Mediterráneo TAC! Festival y que se ha podido visitar en una de las plazas más conocidas de la ciudad de Valencia en España. Se puede definir de muchas formas pero a mi me resultó sólido y contundente.

Pese a que su uso obedece a un almanaque de actividades que organizado por la Fundación Arquia, formaban parte de la segunda edición del certamen de arquitectura Mediterráneo TAC! Festival. Encuentro nómada que tras cosechar un rotundo éxito en su primera edición el año 2022 teniendo como marcó la ciudad de Granada. El año pasado subía la apuesta seleccionando dos sedes.

Una en la citada capital del Turia y la otra emplazada en el norte de la península iberica, más concretamente en la ciudad vasca de San Sebastian. Una alternativa la de la bicefalia con la que deseaban poder abarcar todas y cada una de las numerosas propuestas que ofrecen a través de un calendario compartido a través de más de dos meses de intensa actividad que traslada al público en general una selección de proyectos.


El pabellón que se tiende sobre la Plaza Músico López Chavarri cubre una superficie de 300 metros cuadrados. Fabricado con el material empleado en las tradicionales persianas mediterraneas, se trata de un lugar de encuentro y sociabilizacion, un oasis rodeado por un paisaje urbano formado por edificios de mediana altura entre los que destaca.     


Por cuya vocación y naturaleza relacionada con la exploración de soluciones destinadas a convertir el espacio publico en un lugar, que se defina por crear sitios de encuentro e interacción social. Donde el protagonista sea la gente gracias al desarrollo de un urbanismo polivalente y con un marcado acento en fomentar la inclusividad desde una posición donde se priorice la diversidad.


En este contexto la propuesta del joven arquitecto gallego Manuel Bouzas es un intento por tratar los lugares comunes, como las plazas en un espacio común de interacción y compromiso social, que tenga en cuenta las muchas transformaciones que se han producido en términos demográficos así como en el ámbito economico.

Pero sin perder de vista la historia afectiva que han ido arraigando a los residentes con los lugares con los que han crecido de forma a lo largo de decadas. Por lo que Bouzas tenia que el proyecto de pabellón tenía que nutrirse de este hilo sentimental y familiar, porque el entorno en el que uno vive debe incorporar las experiencias y humanidad dejada por los elementos empleados en épocas precedentes.


Vista cenital del pabellon y la distribución de los diferentes espacios que lo componen

Con este propósito en mente el arquitecto se inspira en las clásicas persianas de estilo veneciano o alicantino, estas persianas han aportado vitalidad y carácter a innumerables calles del sur de Europa. con las que se cubrían los balcones de una mayoría de viviendas hasta hace no mucho tiempo. Y que pese a ser una costumbre que ha sido sustituida por otro tipo de soluciones más "eficientes" climaticamente. Todavía se pueden ver en muchos barrios del casco viejo de Valencia. 


Construido con materiales sostenibles, organicos y de proximidad, el proyecto presenta largas persianas de madera suspendidas sobre dos bastidores situados a diferente altura. Actuando como una marquesina cantenaria que cuelga de dos pórticos triangulares de madera. El efecto principal es que proporciona una superficie generosa de sombra que alivia de manera notable la sensación de agobio y calor.

La marquesina que opera sobre la practica totalidad de la plaza se completa con un rincón acogedor que cuenta con una entrada circular de luz, a través de la que se ilumina un pequeño jardín con vegetación y agua, regulando la sensación térmica que se produce en el interior. Las piedras integradas actúan como mobiliario casual y elemento estructural se completa con vigas de madera que cumplen la función de absorber el carbono que se genera en el entorno y por el trafico. 



El interior del pabellón presenta varios espacios contando con un pequeño jardín en el centro, que se comporta como un lugar versátil en el que se pueden organizar una diversidad de actividades al aire libre.


En el caso de la estructura del pabellón ondulado por el que ha recibido el premio TAC! Festival Award 2023. Ha incorporado como cubierta aplicando en su elaboración criterios relacionados con el reciclaje de materiales, principios medio-ambientales que Bouzas con sede en la ciudad americana de Boston prioriza desde que finalizo su formación académica con matrícula de honor en 2018 en la ETSAM (UPM), que está enriqueciendo con un Máster en Estudios de Diseño en Harvard University GSD. Una práctica de diseño que explora la intersección de la arquitectura y la ecología a través de múltiples escalas y medios, que van desde instalaciones efímeras hasta la investigación del diseño. 

Su trabajo se centra principalmente en examinar la relación entre los materiales con los que construimos y el impacto socioecológico que tienen en el medio ambiente y los paisajes de los que proceden. Sus proyectos se expusieron en la Bienal de Arquitectura de Venecia en 2018 y 2023, y en la Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo en 2022.


También mencionar en su meteórica trayectoria ha sido galardonado con prestigioso Renzo Piano World Tour Award 2022. Reconocimientos qué sugieren qué estamos ante un arquitecto cuyo potencial, rendimiento creativo se complementa con sus inquietudes y compromiso en la búsqueda de formas constructivas cuya huella ecológica e impacto en su entorno se reduzca de forma sustancial.

 

HEMEROTECA DE PARECIDOS RAZONABLES NQ:

En el lejano 2010 ya os presentaba El Pabellón Boxel, una estructura hecha con cajas de cerveza producto de un proyecto de fin de carrera realizado por un grupo de estudiantes que podéis visitar AQUI. Pero si esta propuesta os resulta sorprendente la diseñada por los arquitectos Pedro de Azambuja Varela y Maria João de Oliveira, llamado Vaulted Cork Pavillion se trataba de un pabellón ondulado construido en corcho que podéis visitar AQUI. Pero quizás la más audaz a la vez que más sugerente sea la burbuja gigante firmada por el colectivo de diseño urbano Raumlabor, publicado en 2015, se trataba de un espacio burbuja en el que los usuarios mantenían un diálogos visual con el exterior que podéis recuperar desde AQUI.




Uno Tomoaki, tratando el espacio arquitectonico como un paisaje de emociones y momentos

 

Una de las tendencias más en boga en la arquitectura actual y que se contempla como un fenómeno tan vanguardista como sofisticado es lo que se conoce popularmente como construcción modular. Una praxis dentro del diseño arquitectónico que es heredero de movimientos como el de la Bauhaus.


Y que en términos prácticos prioriza la funcionalidad y la adaptación del espacio edificado desde una óptica que báscula entre dos ejes. Por un lado busca la polivalencia en la distribución  de espacios, y en un segundo término su uso y por su puesto su habitabilidad.


Arquitectura modular que en definitiva se suele contemplar como una propuesta tan novedosa como sugerente, cuyos elementos constructivos se fabrican en serie y atendiendo a las formas más minimalistas. Adoptando un modelo de elaboración en el que los materiales empleados suelen definirse por su bajo impacto medio-ambiental.


Pero que como una mayoría de supuestas propuestas súper vanguardistas, suele ser a poco que investigues el producto descafeinado de una batería de antecedentes. Que más o próximos en el tiempo representan una muestra que incluso cuestionan los supuestos valores y principios sobre de forma a veces excesivamente academica.


Sobre los que asienta un presunto y novedoso modelo de construcción cuyos mecanismos abordan una determinada problemática urbanistica en relación a una diversidad de parametros. Como pueden la excesiva dermografía en un determinado lugar, o el reducido impacto medio-ambiental que supondría adoptar un patrón construcción basado en soluciones modulares. 

 

Uno de estos primeros antecedentes hay que buscarlo en una cultura tan milenaria como a veces desconocida como la japonesa, que aunque han incorporado una mayoría de los estándares constructivos occidentales a su práctica durante la segunda mitad del Siglo XX. Si han conseguido que al menos que algunos de aquellos métodos de construcción de caracter tan artesanal como ancestral.

Interior de la casa Ogimachi en la que la simetría de sus espacios y la luz se inspiran en su función 

Hayan llegado hasta nuestros dias perdurando en el tiempo pese a la inmensa presión que puedan recibir. Praxis arquitectonicas que aunque de forma esporádica nos revelan una forma de contemplar la vida y el paso del tiempo, que va mucho más allá de tratar de transmitir unos conocimientos técnicos relacionados con el diseño y ejecución sobre el terrenos de edificios.


Hecho que puede resultar más o menos gratificamente desde el punto de vista estético e intelectual, pero que tiene que ver además con unos valores socio-culturales. Que muy arraigados todavía en determinadas comunidades que se encuentran en regiones del interior del país del Sol naciente, nos traslada una forma de percibir la realidad propia.


Y que tiene que ver básicamente con un hecho definido por la coherencia con nuestra propia naturaleza como seres vivos. Y es que cada etapa de nuestras existencias reúne unas circunstancias concretas, lo que significa que precisa de la aplicación de unos plazos que no excedan las capacidades de ese individuo en ese momento determinado.


La arquitectura de Uno Tomoaki se diseña en las antípodas de la practica Neo-Darwinista que impera en la arquitectura Post-Modernista actual. Volviendo a un modelo de trabajo más contemplativo basado en la cultura Zen.

 

De esa forma de abordar un encargo, por el que cuando se finalice su construcción, el edificio en cuestión va a tener en cuenta si va a residir una persona o una familia, demandando unas condiciones de habitabilidad singulares sabe mucho el arquitecto japonés Uno Tomaki. Que en el transcurso de las dos últimas tres décadas de trayectoria e intenso trabajo.


Ha alternado en su amplia cartera de proyectos, diseños más formales y de carácter más actual con otros en los que se observan de forma destacada como ha recurrido ha prácticas locales. Que pese a estar prácticamente en desuso y carecer de documentación se ha mostrado como una solución excelente a la hora de afrontar situaciones.


En las que el cliente que va habitar la vivienda presenta unos requirimientos especificos, que demanda un espacio polivalente y modular. Modus operandi que se observa en proyectos como Ogimachi House o la Togoku House, en los que recurre a la aplicación de una técnica conocida como Ikatura.    

El Bosque dentro de la oficina en el encargo de Forest Office convierte el horario de oficina en algo mistico


La cual se define en pocas palabras en que permite a los futuros 
ocupantes de la vivienda contemplar el espacio con el que se relacionan adaptando los elementos que lo componen, en función de los requirimientos o gustos del inquilino en una época de su vida concreta. Concepción de la arquitectua que fomenta el vínculo del residente con el espacio que habita.


El cual pese a que los materiales empleados puedan parecer frágiles y deficitarios en propiedades como la bioclimatizacion, pudiéndose citar en este contexto el bambu o el cedro. Si, sin embargo, permiten desmontar los edificios fácilmente conservando la temperatura y la humedad en el interior de una forma estable. Mostrándose muy sólidos en términos inofugos frente a posibles siniestros provocados por la declaración de fuego.


En ambos ejemplos tanto en la casa Togoku construida en la ciudad de Nagoya perteneciente a la prefectura de Aichi en la que nació Tomoaki en 1960. Localidas en la que ha pasado la mayor parte de su vida graduandose en el Departamento de Arquitectura, perteneciente a la Facultad de Ingeniería, en la Universidad de Kanagawa, en 1983. 


Como en la casa Ogimachi emplazada en un barrio de la misma ciudad que la anterior. Presentan detonantes similares, habiendo sido levantadas en parcelas de medidas en medidas, las cuales apenas toleran una edificación realizada sobre una sola planta siendo estéticamente muy discretas. Cuyo diseño geometrico guarda las dimensiones de un cubo que finaliza en un techo alto en el caso de la primera, en cuyo centro se abre un tragaluz gracias al que se ilumina su interior y un rectángulo alargado cubierto por un techo levemente inclinado en la segunda casa. 


Y que tienen que ver con matices tanto cuantitavos como cualitativos de sus ocupantes. Si en el caso de Togoku se edificaron dos alturas, prevéyendo que en un futuro se pudieran añadir más familias aumentando la densidad de miembros. En el caso de Ogimachi se recurrió a un diseño en el que a pesar de que se iban a emplear los mismos materiales; madera de cedro tanto para los tabiques como el mobiliario interior, y metal y pizarra para cúpula que protege las viviendas dándoles sensación de amplitud debido a su gran altura.


Los proyectos Tomoaki se nutren de un paisaje en el que las emociones y la memoria se alían para reflexionar sobre una arquitectura que su autor percibe como una experiencia sensorial.


Estaba destinada a ser habitada por un único individuo que reunía las limitaciones que comparten muchas de las personas que se encuentran en edad avanzada. Por lo que en el diseño definitivo se eliminaron todos aquellos elementos que se consideraron innecesarios y que por lo tanto, podían suponer un obstáculo en la movilidad del inquilino en el interior de una vivienda, en la que por otra parte iba a pasar la mayor parte de su tiempo.


Por lo tanto Tomoaki aplico un enfoque basado en lo que el ha definido como una arquitectura "curativa", priorizando aquellos aspectos humanitarios de una construcción que iba a ser ocupada por una mujer de edad avanzada. Casa situada en el centro de un pequeño jardin, en la que destacan los treinta y dos tragaluces fijos en la parte superior, de los cuales cinco más grandes se pueden abrir.  Un factor clave en el diseño que tiene en cuenta la relación entre lo privado y el espacio social y que sustituye a las ventanas, tanto en la fachada principal como en las secundarias.


RELACIONADO: Yoshiaki Oyabu Architects/Urban Woods


En el caso de Forest Office, un espacio de trabajo ritual en el que las horas de oficina se convierten en casi algo sagrado. Ubicada en los bajos de un edificio de oficinas en Nagoya, su acceso en sí representa un compromiso con tu labor. Ya en el interior las hileras de cedros desnudo de corteza conviven con un mobiliario espartano sobre el que apenas se proyecta un halo de luz.


Inspirado por el paseo de entrada al templo de Jingu situado en las proximidades de la ciudad de Ise. Podría parecer un espacio de recogimiento más que de trabajo, alejado del mundanal ruido que se percibe en el exterior y el estres. Siendo un proyecto en el que se puede apreciar la herencia artesanal de Tomoaki y la depurada técnica que emplea casi desde una óptica emocional. 



Baby Guerrilla, Más allá de los límites, tanto dentro como fuera de nosotros

En la era post-pandemia se están produciendo numerosos cambios en una diversidad de ámbitos creativos incluida la practica urbana, un campo que antes de que nos confinaran debido al Covid-19 se encontraba en plena eclosión mostrándose como un movimiento muy dinámico debido a que un buen número de artistas urbanos habían contribuido. 

Cada uno desde su propia esfera individual ha enriquecer un movimiento que estaba dejando atrás un primer periodo de estigmatizacion en el que sus autores y sus intervenciones habían sido tildadas en buena parte de los casos de actos vandalicos, por lo que en muchos de estos creadores habían sido víctimas poco más o menos de un proceso inquisitorial.

Y que cuando ya han pasado casi cuatro años desde que nos instalaramos en eso que se ha dado en llamar como "la nueva normalidad", ha supuesto que cada vez más estudios hayan hecho suya la frase haciendo un ejercicio de "adaptacion". Teniendo que aceptar encargos más formales y pertenecientes a un estilo más formal y accesible para el gran publico.

Por lo que cada vez se constata que se esta volviendo ha un contexto en el que se percibe un retorno al muralismo en el sentido más clasico, al menos en un sentido estético y visual. Porque habría que matizar que el empleo de materiales salvo excepciones son totalmente diferentes a los que empleaban en el muralismo más ortodoxo.

Retorno que tiene muchos aspectos positivos, como por ejemplo que está suponiendo que proliferan los certámenes y muestras de arte urbano. Fenómeno que da como resultado que cada vez más ciudades se engalenen con una colección de majestuosos murales. Los cuales embellecen cada vez más calles y plazas recuperando un paisaje urbano que se mostraba anodido e insulso hasta ese momento.

Murales cuyos motivos figurativos hacen alusión en la mayoría a narrativas domésticas cono los que una buena parte del público en general se pueden identificar. Otro de los referentes son retratos, casi siempre de grandes dimensiones con los que se humanizan las ciudades creando un vínculo entre los ciudadanos y el espacio publico con el que se relacionan.

Realizados en su mayoría a gran escala en ocasiones recurre a motivos o  colores llamativos con los que crea contrastes muy bizarros


Tendencia que por otra parte supone una merma en los mecanismos intelectuales del artista y que se provoca que se empobrezca la experiencia creativa, pues el autor ya no es contratado tanto en función de su identidad expresiva. Sino por el deseo expreso de que se ejecute un proyecto que previamente ha sido consensuado entre las partes.

Aunque evidentemente se trata de una situación pasajera que irá remitiendo pudiéndose retornar a un entorno, en el que la creatividad del autor finalmente puede hacer prevalecer su criterio. Esto sucederá sí siguen aflorando nuevas y prometedoras firmas como la de la australiana artista aunque trabaja bajo el seudónimo de Baby Guerrilla.

Que es sobre todo a raíz de finalizar el episodio pandemico, cuando ha mostrado sus buenos propósitos y grandes influencias como la de la fototografa conceptual Natsumi Hayashi de cuyas escenas protagonizadas por personas anónimas levitan en situacion tan inesperadas, como inusuales y cotidianas.



Se percibe un elemento performativo en sus retratos que nos interroga sobre nuestros anhelos y de como nos influyen en la formación de nuestra identidad como individuos.


Y de cuya inquietante percepción de la realidad ya os he hicimos un sintético resumen que podéis recuperar AQUI. En el caso de Baby Guerrilla sus personajes aunque siguen adoptando esa expression liviana, con los crea atmósferas etereas y frágiles a la vez. Con las que transmite una sensación de movimiento e ingravidez.

No recurre a la manipulacion fotográfica que hace Hayashi, con los que logra que la imagen obtenida se ajuste la velocidad del obturador de su cámara. Con la ofrece un relato que desafia a las convenciones sociales. Sino que recurre un proceso en el que la representación no tiene porqué obedecer a una situación necesariamente real.

Sino que la autora que vive en la actualidad en la localidad de Naarm Melbourne en Australia. Comtempla el espacio publico como un lugar en el que coloca su pegatina a gran escala de personas anónimas que conviven con el resto de los elementos del mobiliario público creando un testimonio en el interacciones sociales están omnipresentes.

Los personajes que pueblan los murales de Baby Guerrila del deseos de volar

Baby Guerrilla qué desde que era pequeña ya era consciente de que emplear su tiempo trabajando en algún ambito creativo, es licenciada por el Victorian College of the Arts de la Universidad de Melbourne.  En la que se matriculo en la facultad de arte especializándose en pintura al  óleo, siendo el estilo en el que ella se siente más realizada como artista. 

Siendo una técnica que ha incorporado con más o menos habilidad a sus intervenciones en el espacio publico, y que se pueden apreciar en mayor medida en buena parte de sus actuaciones. Añadiéndose en obras como las que forman parte de su primera etapa y de las que todavía quedan en Melbourne y alrededores.


Sobre la constante visual de representar a personas en una especie de nebulosa, flotando, como si estuvieran instalandas en una especie de estado próximo al sueño profundo.  Definitivamente no obedece esta forma de abordar la obra a ninguna narración singular. Eso no quiere decir que se una opción casual o inocua, aunque en principio puedan parecer obras presididas por una atmósfera lírica toda interpretación es válida. 


Los cuerpos flotantes de Baby Guerrilla presentan una sinergia commovedora, a través de las que crea imágenes tan fugaces como etéreas que capturan un recuerdo lejano, un reflejo o una emoción pasajera. 


En el caso de la propuesta de Baby Guerrilla sus obras se nutren de a menudo, de los instintos más primarios que afloran en lo más profundo del subconsciente humano. Y que aunque suelen pasar desapercibidas en las mayoría de las ocasiones, se acaban materializando por mecanismos inesperados revelando facetas de nuestra conducta y esencia como seres humanos.


Aunque paralelamente ya estaba tanteando y explorando el rendimiento expresivo que le ofrecia el arte urbano. Fue durante su periodo formativo cuando se percató de que el dibujo se podía escenificar en el ámbito público sacándolo del a veces académico y excesivamente intelectual circuito de las galerias.


Para ella como artista la expresión urbana es un camino a través del que conquistar el espacio publico, muchas veces contemplado como un lugar simplemente productivo en términos economicos. Como una incubadora activista en terminos de ideas más allá del bombardeo constante de la publicidad al que estamos sometidas.


Otra de la facetas a destacar de esta artista multi-disciplinar es su colaboración como creadora activista en una diversidad de causas. La ultima de estas colaboraciones altruistas ha sido con motivo de una invitación que recibió por parte de la asociación Eppinin que forma parte de una comunidad de apoyo mutuo y solidario que trabaja con los más desfavorecido llamada Whittlesea Community Connections y que opera en la localidad de Whittlesea situada en la costa. Para la que realizó el mural que hay encabezando este parrafo.


Tellas and 2bleene - Front Mare, una minas milenarias convertidas en un centro creativo-social en Cerdeña


Por convención cuando oímos hablar, o nos describen de una localidad que se asoma al mar inmediatamente imaginamos una villa pesquera o en todo caso un lugar turístico cuya costa está urbanizada para que cuando el período de veraneo comienza se pueble con miles de turistas.

Que se acercan a sus playas para disfrutar de las olas y del sol. Pero no siempre tiene porqué ser asi. De hecho uno de los factores que determinaban que hace siglos que una comunidad se decidiera a crear un asentamiento en un determinado lugar.

Puede llamar la atención pero tiene que ver muy poco con el potencial de los caladeros y reservas de pesca que haya en las proximidades de la costa, sino que estaría vinculado con otro tipo de recursos. Pues como es razonable y obvio que cuando los miembros de una comunidad que decide instalarse en las proximidades de la costa. 

Ya da por hecho que va a encontrar una diversidad de especies candidatas para la pesca, capturas que de forma más o menos abundante van a garantizar que se cubren las necesidades nutritivas del conjunto de los miembros de la comunidad. Por lo que en buena parte de las ocasiones la razón por la se creaba en una localización concreta un emplazamiento estable. Tenía más bien con cuestiones de índole geo-estratégicas.

Cuestiones que tienen más bien que ver con las ventajas y propiedades geograficas del lugar en si, las que por su singularidad garantizaban el dominio y vigilancia del núcleo habitable, así como la seguridad del perímetro que comparten todos y cada uno de los individuos que forman parte del mismo.   

Aunque no siempre la decisión de explotar y tratar de prosperar en un sitio a orillas del mar tiene porqué obedecer a razones más o menos coherentes y evidentes, que tienen que ver con la tasa de rendimiento de ese sitio. Sino que puede presentar otro tipo de mecanismos e intereses que han propiciado que aflore una expectativa sobre el territorio en el que se construyen las primeras casas. 

Vista panorámica de la villa de Argenteira que en la actualidad cuenta con poco más de 70 habitantes

En el caso de la localidad italiana de Argentiera, situada en la vertiente nor-oeste de la isla de Cerdeña, bordeando una pequeña bahia, estas motivaciones se resumen tanto por el conjunto de las razones expuestas anteriormente. Como por alicientes que se descubrieron hace uno 2000 años cuando las legiones romanas arrivaron en sus costas.

Y que descubrieron casi por casualidad que en el interior de las colinas que rodeaba la ensenada habia cuantiosas reservas de carbón. Un mineral que aunque ya había sido localizado en otras áreas en la comuna de Sassari, aunque en menos cantidades. Acontecimiento que en un breve plazo de tiempo supondría que se pusiera en marcha un plan a través del que se procedería ha extraer el mineral, evento que dio como resultado que la precaria economia local creciera de forma notable.



Lo que implicó que se pasará de unos pocos aldeanos. Los cuales se dedicaban principalmente a las labores propias de la actividad pesquera, se multiplicarán de forma sustancial en un par de décadas. Progreso que se tradujo en que el paisaje tanto humano como económico de la comarca entrará en un periodo de desarrollo y prosperidad relativa.


Con el objetivo de devolver a la comunidad y a los visitantes, una zona en estado de abandono. Se abordo la recuperación de una viejas minas de carbón transformándolos en un lugar abierto, participativo e inclusivo.


Por la que se contemplo iniciar una serie de actuaciones encaminadas ha crear una serie de instalaciones de ámbito industrial en cuyas naves, se pudieran procesar y almacenar las decenas de miles de toneladas de carbón, las que producto de las continuas explosiones controladas de dinamita. Y las interminables jornadas protagonizadas por los cientos de mineros que rebozados en hollín picaban la dura beta arañando hasta la última arista de mineral.

Estructuras que finalizado el plazo de actividad minera y constatar definitivamente el agotamiento a lo largo de los muchos kilómetros, con los que se transformo una montaña sólida en una red de corredores sostenidos y apuntalados con vigas de madera. Cayeron primero en el desuso y posteriormente en el más absoluto abandono.

Debido a que la población había experimento un drástico descenso en su censo debido al efecto botella que había provocado la estampida de la mayoría de las familias que hasta recientemente habían recibido los ingresos emitidos por la compañía minera. Y que de un día para otro comprendieron que ante la falta de alternativas, no les quedaba otra salida que hacer las maletas y buscar un nuevo destino más alentador.

Estado de las minas poco antes de finalizar las tareas de limpieza y proceder a su reforma

El efecto inmediato de este cese de actividades fue que el complejo minero-industrial entro en un periodo de deterioro paulatino que lo acabó convirtiendo en una ruina. Decadencia que parecía que iba ha sepultar un legado de cientos de años bajo las miles de piedras desprendidas a lo largo de los siglos.

Pero que finalmente se ha revertido debido a la iniciativa MAR - Miniera ARgentiera. Un proyecto socio-politico abierto que se ha caracterizado por la participación activa de diferentes entidades y asociaciones. Que trabajando desde diferentes ambitos, han regenerado en su practica totalidad las ruinosas instalaciones.

Emprendiendo una serie de actuaciones que coordinadas por la agencia Landworks, se han caracterizado por abordar un espacio en desuso para tras reformarlo destinarlo a uso público de diversa indole. Pero priorizando y poniendo el acento en tratar de conservar al máximo y en la medida de lo posible su herencia minera.


En el proyecto Front Mare destacan los tonos agua marina inspirados por las aguas tranquilas del mar y el omnipresente ocre óxido, un homenaje a la intensa actividad minera que se ejerció en la region. La obra de gran magnitud actua como una conexión creativa entre el mar, la tierra y el cielo de Argenteira.


Por un lado, destacan las características figuras arquitectónicas de los antiguos almacenes en los que se acumulaban materiales mineros, mientras que por el otro, esboza los límites de las canchas de baloncesto y voleibol enfatizando el papel del juego como comunidad central y actividad social. Inaugurado en 2023,  hace poco mas de seis meses. Lo que quizás sea, lo más destacado en términos estéticos al menos sea la colosal intervención ejecutada por el dúo de artistas Tellas and 2bleene. Dos viejos conocidos de la escena urbana en Italia, y que con Front Mare.


Que han firmado un nuevo trabajo colaborativo de los muchos encargos que tienen en su cartera, proyectos con los que han conseguido crearse una identidad creativa que les ha permitido completar trabajos en una diversidad de ciudades. Tanto en el interior de las fronteras italianas como en festivales de arte urbano que abarcan los cinco continentes.




Aunque como en muchas otras ocasiones Front Mare contiene patrones similares a los de murales precedentes realizados recientemente, como son la aplicación de una óptica visual donde los motivos se representan a gran escala acaparando la práctica totalidad de los espacios comunes. Si se observa un matiz a destacar que en Front Mare, se rompe con la verticalidad.

Añadiendo a la superficie horizaontal en la que el pavimento se gestiona de forma integral, añadiéndole una narrativa en que los motivos lúdicos alusivos al paisaje y al mar que lo rodean, comparten espacio con otros motivos más funcionales. Obteniéndose un espacio dinámico en que sus usuarios se pueden sentir cómodos estableciendo un dialogo con su entorno natural y su rica herencia tanto natural como minera.