La casa de Josephine Baker en París fruto de un amor fantasma


Como casi en cualquier ámbito creativo la arquitectura también cuenta con un largo historial de referencias y efemérides a través de las que se refleja que por encima de cualquier aspecto técnico están las pulsiones humanas mas primitivas como detonante.

Una de estas historias la protagoniza una "pareja" que tanto por sus caracteresticas raciales, Josephine Baker mujer de origen afroamericano mientras que Adolf Loos de ascendencia checa aunque nacionalizado austriaco.

Como por sus respectos ámbitos creativos, en el primer caso Josephine es recordada por ser la primera mujer negra en transcender dentro de una disciplina como el music-hall, aunque habria que puntualizar. 

Que la Venus de Ébano (apelativo que con posterioridad ha sido adoptado por diferentes artistas y deportistas), aparte de ser considerada el maximo del cabaret y de los espectaculos de varietes que tan populares fueron durante el primer tercio del Siglo XX.


UN DISEÑO QUE ACTUA COMO UNA SEGUNDA PIEL

 
También cultivo otras facetas artísticas teniendo incluso una efimera trayectoria cinematográfica, pero por lo que es principalmente recordada la Baker es por su instancia en París, donde residió y trabajo en diferentes etapas.

En una de estas etapas incluso tuvo la oportunidad de dirigir su propio teatro, a cuyas representaciones acabo acudiendo lo mas representativo de la sociedad parisina de la época, entre cuyas personalidades se encontraba un arquitecto que había revolucionado el diseño arquitectónico.

Siendo uno de las mas representativas figuras del Modernismo en su expresión mas pura el racionalismo, habiendo acuñado el termino de Teoría del revestimiento, estilo minimalista por el cual se despojaba de cualquier efecto decorativo a la estructura del edificio.

Y que se dice erróneamente que conoció a la bailarina incluso los hay mas osados que afirman que mantuvieron un breve idilio, mientras Adolf mantenía encendidos debates con coetáneos de la época como  Schönberg, Kokoschka y Tristan Tzara o escribiendo artículos de opinión en publicaciones de vanguardia titulados Ornamento y delito (1910) y Arquitectura (1910).

Supuestos encuentros que a día de hoy no han podido ser corroborados por nadie, lo que si existió fue una ferviente adoración de Adolf hacia la bailarina, lo que le llevo incluso a diseñar su futura villa, que tendría su emplazamiento en la Avenida Bugeaud de París.
  

ARQUIRTECTURA Y MOVIMIENTO EN BLANCO Y NEGRO

Y que como es conveniente matizar nunca se llego a materializar, siendo su contrapunto mas aproximado la construccion que se puede visitar en el número 1 de Goedehoopstraat (Amberes), construida en 1986 frente al río Escalda por  el belga Bob Van Reeth.

Una vivienda que a grandes rasgos recoge el legado estético del edificio original de Adolf, cuya fachada cruzada tanto en horizontal como vertical por franjas alternas cubiertas de forma alterna por losas de mármol negro y blanco.

Simbolizarian lo que a a juicio del arquitecto era la anatomía febril e irasdecente que transmitía el lenguaje corporal de la bailarina en cada una de sus coreografías, atmósfera teatral que ya en el interior del palacete se convierte en un escenario.

Cuyas formas contemporaneas alejadas del Art Nouveau que tanto denostaba Adolf y que estaba tan en boga en aquellos años de entre guerras, crean un ambiente discreto y sosegado desnudo de cualquier artificio.

Lo que permite reducir el estres ambiental centrando la mirada en lo esencial de las formas y los movimientos que como una segunda piel envuelven tanto la casa, como la piscina situada en la parte posterior de la parcela y que hubiera hecho las delicias de Josephine.

  
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La residencia de Adolf Loos proyectada debido a la admiración que sentía por la bailarina Josephine Baker en París, transciende lo puramente arquitectónico, donde las emociones se convierten en un motor creativo.
 

1 comentario:

  1. Pocas veces damos a la arquitectura el mérito de crear casas tan espectaculares como las de este artículo. Deberíamos de reflexionarlo más.

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