El Everest décadas después de haber sido conquistado por primera vez, producto de una ascensión épica realizada por Edmund Hillary y el Sherpa Tenzing Norgay por la vía del Collado Sur. Y de haberse convertido casi en un destino turístico que reporta cuantiosos dividendos.
Todavía representa simbolicamente un reto para multitud de montañeros y de aventureros, que desafiando sus mas de 8.800 metros de altura. Emprenden una aventura siempre incierta en sus resultados, y que exige un cierto grado de conocimiento y preparación tanto físico como mental.
Con los que afrontar sus múltiples peligros. Curtido en multitud de proyectos el trotamundos Aydin Irmak a sus cuarenta y seis años, decidió tras concluir su travesía por Círculo Polar Ártico en Svalbard, Noruega.
Viaje que finalmente realizó gracias a los 20.000 dolares que había ganado con un diseño que había realizado para una cafetería en New York. Ciudad a la que regresaba después de su periplo de varios años por sudamerica.
Donde consiguió recuperarse de los fracasos tanto sentimentales como económicos con los que había finalizado su primera etapa en la ciudad a la que había emigrado a la edad de 22 años desde se Turquia natal.
Decidiendo emprender un proyecto, que para la mayoría de los mortales seria una entelequia producto de la falta de lucidez de su protagonista, pero que para Aydin representaba la oportunidad de demostrar que los sueños si se persiguen se cumplen. Esta empresa que desde su inicio en Svalbard, le ha llevado a recorrer 19 países montado en su bicicleta.
Creada por el mismo, con las piezas que recogía cuando recorria las calles de New York. Y que no tenia otro objetivo que hacer cumbre en la cima de la considerada por los habitantes del Nepal, como Sagarmatha (“La frente del cielo”).
Propósito que tras conseguir que un amigo le prestara los 35.000 dolares que costaba financiar el ascenso. Tanto lo tramites burocráticos con las autoridades locales, como la contratación del sherpa en Kathmandu, además de la adquisición, tanto de víveres como del utillaje de escalada.
A lo que sumar los gastos invertido durante el periodo de aclimatición a las exigentes condiciones climatológicas y de altitud propias de la cordillera del Himalaya. Ha tenido que posponer para mejor ocasión su deseo de ser el primer humano en conquistar la cima acompañado de su bicicleta, debido a que finalmente estando ya en el campo cuatro.
Las autoridades han rechazado la solicitud de alcanzar la cumbre en bicicleta. Asesorado en todo momento por el ciclista de montaña Vittorio Brumotti, y el alpinista Simone Moro. Aydin ha tenido que enfrentarse a numerosos obstáculos.
En principio el permiso para ascender en bicicleta fue denegado, alegando razones de seguridad, además su experiencia con la alta montaña hasta ese momento había sido escasa. Teniendose que habituar a la utilización de crampones, lo que le dificultaba enormemente la travesía entre campos.
Tardando mucho mas en cubrir las diferentes etapas del trazado planeado. Pese a todos estos contratiempos Aydin se siente muy satisfecho, responsabilizando a los funcionarios de tomar una decisión equivocada. Después de haber satisfecho las cuotas establecidas y de tácitamente aprobar su solicitud.
Extremo que niega la versión oficial, que dice que en ningún le garantizo que pudiera ir en bicicleta hasta la cumbre, aduciendo algún tipo de mal entendido por parte de Aydin, debido probablemente a una tradición deficiente por parta del interprete que le acompañaba.