Continuará tu travesia por el desierto, tratando de sortear los muchos espejismos que te onubilar la mente. Producto de la pertinaz deshidratación efecto del racionamiento de las reservas de agua que haya aprovisionado.
Es cuando caminando de frente por el sendero que circunda el monolito que traza una linea, conectando la antigua ciudad de Hegra actual Mada'in Saleh en Arabia Saudi.
Enclave estrategico en la ruta comercial hacia la ciudad Nabatea de Petra en Jordania. Cuando sus ojos maravillados pueden contemplar la fachada del conocido como Qasr al-Farid ("solitario castillo").
Y en cuyo interior reposan los restos de una de las ciento treinta y una tumbas esparcidas por el desierto del Sinai. El edificio que permanece incólume en mitad de un banco de arena.
Pese a estar muy avanzada su construcción no pudo se finalizado siendo abandonado finalmente. Desconociéndose con certeza a día de hoy, cuales fueron las circunstancias que determinaron que sus pobladores decidieran irse de forma repentinamente, dejándolo el edificio excavado en la roca varado a su suerte.
Tallado sobre la roca arenisca el castillo de Qasr al-Farid es un túmulo-necropolis de origen Nabateo, que guarda muchas similitudes con el templo de Petra. Por lo que desde el año 2.008 forma parte del patrimonio protegido por la UNESCO
Descubierto a principios del siglo XX por una expedición formada por miembros pertenecientes a la orden de los dominicos. Que lo habitaron durante un breve periodo, finalmente las extremas condiciones climatológicas que se dan en la zona fueron determinantes quedando de nuevo vacio.
Lo más interesante de las ruinas del castillo es que representan las notables habilidades constructivas y artesanas, que atesoraron este pueblo arcaico. Se cree que el edificio de cuatro pisos de altura y sus monumentos simbolizaba el estatus social y riqueza de sus residentes.
Otro aspecto destacable de Qasr al-Farid es el número de pilastras que tiene en su fachada y su valor arquitectónico. Siendo una muestra más de los avanzadas que eran las técnicas constructivas que habían conseguido perfeccionar a lo largo de los siglos que estuvieron asentados en la region.
Todas las otras fachadas de la tumba de Madâin Sâlih contienen solo dos pilastras, una a la izquierda y otra a la derecha. El Qasr al-Farid, sin embargo, tiene cuatro pilastras en su fachada, una a cada lado, y dos pilastras adicionales en el centro. Esto puede ser una prueba más de que el dueño de esta tumba era un individuo inmensamente rico e importante dentro de la sociedad nabatea.