Desde que la compañía automovilistica Ford comenzara a fabricar en serie su primer modelo a finales del siglo XIX, el vehículo se ha convertido en uno de los símbolos mas representativos de lo que se conoce como el American way of Life o el estilo genuino de vida americano. Su posesión proporciona a su dueño estatus y notoriedad frente a los miembros de su comunidad, simbolizando para el ciudadano medio americano entre otras cosas la prosperidad, el progreso y la libertad.
Sin embargo en el país cuna del celebre utilitario existe al menos un lugar donde su presencia esta prohibida. Situada en el lago Huron perteneciente al estado en Michigan se encuentra la isla de Mackinac, territorio que cuenta con una superficie de poco mas de 3,8 millas cuadradas y cuya única núcleo habitado es la localidad de mismo.
Recorrer sus calles asfaltadas de esta ciudad supone para el visitante dar un salto en el tiempo, regresando a la época del colonianismo americano. Fundada en a finales del siglo XVIII originalmente fue concebido como un fuerte, desde el que las tropas inglesas vigilaban y repelían los ataques de los nativos, además de repeler las frecuentes incursiones de las fuerzas de ocupación francesas.
En la actualidad Mackinac es una apacible villa que cuenta con un censo que ronda los quinientos habitantes, la practica totalidad ocupados en el sector servicios. Pues la principal fuente de ingresos económicos proviene de la actividad turística, siendo sus principales atractivos turísticos el Parque Nacional de Mackinac, segunda reserva natural por antigüedad de los Estados Unidos, obteniendo su declaración de reserva tan solo tres años después de la Yellowstone.
La única vía de acceso con la isla es mediante un ferry que la comunica con el continente, ofreciendo como medio alternativo un helipuerto cuyas instalaciones se emplean principalmente en casos de emergencias. Aunque la razón por la que se ha hecho famosa Mackinac, es porque oficialmente es la única localidad de los EE.UU, donde los vehículos a motor han sido objeto de prohibición por parte de sus autoridades.
Siendo sustituidos por el uso de la bicicleta y una flota compuesta por remolques y coches tirados por caballos, que permiten cubrir en pequeños trayectos todo el pueblo. Permitiendo al viajero recorrer su urbanismo que permaneces practicamente desde su creación, sin preocuparse por el trafico rodado a motor y sus consecuencias directas (el ruido y el olor).
Observando como testigo de excepción edificios cuya arquitectura heredada de la época colonianista esta perfectamente conservada. Aunque no se conocen con exactitud los hechos que propiciaron la normativa por la que se prohibía circular cualquier tipo de vehículo a motor, si se conoce por el libro de actas del ayuntamiento, las razones por las que en 1.898 el consistorio decidió aplicar esta restricción. Y que tienen que ver con la preocupación de sus habitantes por la seguridad e integridad de sus caballos, debido al incremento de accidentes en los que los equinos se veían implicados, convirtiéndose en las victimas de las imprudencias de los conductores.
Debido a esta restrictiva normativa la localidad de Mackinac ha experimentado un descenso brutal, en las cifras de siniestralidad producidas en sus calles comparadas, con poblaciones de similares características. Circunstancia que permite pensar que su modelo de movilidad puede convertirse en ejemplo a inmitar en otros lugares.