Pero que por otra parte cuentan con una serie de atractivos que los convierten en lugares únicos y singulares, por mencionar sólo unos cuantos recordar las entradas dedicadas a enclaves tas sorprendentes e incluso mágicos como La Comarca de los Ancares en el Norte de la provincia de Leon.
Las crestas recortadas por el efecto oxidativo provocado por el paso de millones de años de Las Murallas de Huesca, lugar casi surrealista que se encuentra en el alto Aragon. El ya hiperconocido Pasarelas de Montfalco frontera natural entre Aragon y Cataluña, cuya pasarela vertiginosa tras ser prácticamente desahuciada fue finalmente restaurada.
O la comarca de Soportujar perteneciente a la de Sierra Nevada en la cercana provincia de Granada también en Andalucia. Que destaca por presentar un recorrido por una serie de pueblos, que se caracterizan por el inmaculado blanco de sus casas encaladas y sus sugerentes historias y leyendas acerca de brujas y mitologias diversas.
Para finalizar este breve periplo en esta ocasión haremos escala en la comarca del Maestrazgo, un territorio cuya geografía está compartida entre las provincias de Teruel en Aragon y la provincia levantina de Castellón perteneciente a la Comunidad Atonoma Valenciana. Un lugar que ha conservado como uno de los tesoros más ricos y diversos entornos naturales.
Que se puedan visitar en esa zona del país y cuyo breve pero intenso recorrido se suele iniciar en la localidad de Morella, considerada capital del bajo Maestrazgo. Siendo, quizás el enclave poblado más conocido de toda la comarca. Se trata de uno de los poco municipios de origen medieval que se ha mantenido prácticamente intacto hasta nuestros dias.
Coronada por su inexpugnable castillo y sus intimidantes almenas además cuenta con la iglesia de Santa Maria la Mayor, lugares a los cuales se llegan tras ascender por sus coquetas calles estrechas como la de entre ellos estrechas y enlosadas callejuelas como la porticada de Blasco de Alagón. Las cuales están repletas de pequeños comercios en los que te venden principalmente artesanías y productos de origen como local mieles y embutidos.
Además de contar con un amplio abanico de restaurantes que hará las delicias de cualquier buen paladar principalmente carnes y platos de olla como los judiones. Tras dejar atrás su silueta casi palaciega nos dirigimos a nuestra primera escala que nos llevará a la pedania de Fredes.
En la comarca del Maestrazgo se percibe el paso del tiempo de una forma más contemplativa, habitados por gentes cuyo trato hospitalario y cercano representan su verdadera riqueza mostrándote que otro estilo de vida es posible.
Un minúsculo pueblo de apenas cuatro calles Sin duda un inicio acertado desde el que podemos maravillarnos con estampas como las que nos ofrece el Portell de l`Infern o el cercano salto de agua del Salt de Robert. Un pueblo con casas de piedra milenarias y una plaza presidida por una un de las mejores muestras del románico que se pueden admirar en la zona.
En la Pobla de Benifassà que posee uno de los centros históricos más sugestivos de la red de lugares habitados de la zona. Siendo la puerta de entrada al Parque Natural de Tinenca de Benifassa, espacio protegido muy poco visitado pese a la deslumbrante belleza de sus paisajes y sendas que te permiten trazar las más variopintas excursiones.
Como la que te acerca tras completar un breve sendero ante la fachada principal del Real Convento de Santa María de Benifassà, cuyo magnífico y monumental palacio navega entre estilos como el Gótico y Románico. Uno de los primeros que fue declarado como Monumento Histórico Nacional por la II República en 1931,
Catalogado como uno de los pueblos más bellos de España, Mirambel es en la actualidad la capital del Maestrazgo en la provincia de Teruel.
O como la que no permitió descubrir casi por casualidad el museo al aire libre de Jardí de Peter. Un lugar peculiar donde los haya que reune un conjunto de esculturas cuyas figuras amorfas están pintadas de luminosos colores y pequeñas construcciones realizadas con mosaicos expuestas en una finca propiedad de su autor.
Un sujeto de origen alemán que responde al nombre de Peter Norch que tras afincarse en la zona convirtió los acres de tierra que adquirió en un entorno creativo. Para dar por finalizado la primera parte de nuestra excursión por el Maestrazgo en tierras castellonenses y pasar a la región de Aragon, hicimos un alto en la localidad de Villa franca del Cid.
Que con más de 2100 habitantes data su fundación de la época de Bronce, una antigüedad que le posibilitado tener un cuantioso patrimonio tanto eclesiástico como civil destacando la Iglesia de Santa Magdalena, una de las primeras manifestaciones renacentistas del norte valenciano.
La comarca del Maestrazgo tras un periodo de letargo debido a la despoblación rural ha resurgido de sus cenizas, gracias a que puesto en valor su enorme y desconocido patrimonio cultural, histórico y sobretodo natural.
Y cuyas características se aprecian en las portadas, tanto exteriores como interiores, así como en la ordenación de las pilastras y columnas, e incluso en las claves y ménsulas. Siendo en la actualidad el edificio que alberga la casa consistorial que se estima que data del Siglo XV, de estilo Gotico cuenta con el aliciente de que alberga una apreciada colección de pinturas valencianas.
Tras volver sobre nuestros pasos y pasar de nuevo por Morella llegamos tras dar un largo rodeo por carreteras comarcales al pueblo de Mirambel, considerada la capital del Maestrazgo en tierras de Teruel, siendo el primero en ser merecedor de considerarse uno de los pueblos más bellos de España.
No en vano, pues desde que arrancamos nuestro recorrido en el conocido como el Portal de las Monjas hasta la Ermita de San Roque y en el centro el Castillo Templario de Mirambel desde el que se ve el Portal de la Fuente y el Lavadero. Fue una sucesión de postales a cada más bella. Indicar que su término municipal cuenta con un área de autocaravanas, así como el lugar desde el que parten numerosas escursiones de las que te puedes informar en su oficina de turismo.
En nuestra segunda cita nos depara una grata sorpresa pues en Cantavieja encaramada orgullosa sobre un peñón calizo situado a más de mil trescientos de altitud. Rodeada por paisaje dominado por vegetación, un emplazamiento desde el se obtiene una estampa que se consigue ver en toda su plenitud la mayor parte de la comarca. Desde su Plaza Porticada en la que se puede visitar la Iglesia de la Asunción, también cuenta con una fortificación de la orden templaria.
Nuestra penúltima parada nos llevó a otros de las aldeas que ha sido merecedora de ser considerada como uno de los pueblos más bellos de España. En este caso está distinción ha sido otorgada a Puertomingalvo por su castillo también conocido como Puerto de Ben Galvon y su Torreón del Homenaje desde el que se divisa en los días claros buena parte del sur de la provincia de Teruel o una de las principales atracciones de la zona como son las Pasarelas de Vallore, un trekking artificial construido de madera que adherido a la roca que corre paralela al río y que te conduce a un mirador espectacular que no te puedes perder.
Limitando con Cantavieja nos encontramos La Iglesuela del Cid, el que se estima que es uno de los asentamientos más antiguos de la Península Ibérica. Habiendose encontrado restos de actividad humana en cavidades como Matutano, Bonifacia y el Puntal del Moros que datan de la Edad de los Metales. Conocido por ser uno de los muchos escondites en los que se ocultó el Cid Campeador, además de por sus Fuentes del Peiron y el Piojo. Se trata de un lugar pintoresco dominado por la silueta del Palacio de Matutano Daudén situado en la plaza Mayor del pueblo.