Sara Golish, diosas de Sol y Luna

Hay algo mas extraordinario que la presencia del Sol colgado sobre nuestras cabezas? Un disco cuyo principal gas el hidrogeno llega a la superficie de la Tierra en forma de fotones de luz tras alcanzar una velocidad cosmica de 300000 kilometros por segundo.


Rayos que golpean constantemente la superficie de nuestro planeta inundando de vida cada rincon del mismo, moldeando todos y cada uno de los paisajes y ecosistemas con los que nos relacionamos, y sin cuya presencia no seriamos viables como especie. Ni nosotros como seres humanos, ni ningun otro ser vivo de los millones que habitan este milagro azul que llamamos hogar.


De hecho existe una amplia bibliografia cientifica que constata un hecho revelador y esclarecedor por momentos, que determina como una sentencia biblica. Que si el Sol iniciara su proceso de colapso, en su camino hacia su conversión como una supernova o enana roja, todo aquello que estamos capacitados para ver, sentir, oler, saborear o tocar.


Comenzaria un camino de no retorno pereciendo poco a poco y sin dilacción, tras tan solo ocho minutos sin recibir el mana solar. Por eso quizas los influjos del astro rey siempre fueron una prioridad entre las civilizaciones mas antiguas, que poblaron Mesopotamia en primer lugar y luego se extendieron con el devenir de los Siglos. 

En Sundust el sol es la divinidad encarnada en mujer


Hasta cubrir todo lugar conocido hasta la fecha. Por eso todas y cada una de estas culturas muchas de ellas consideradas primitivas, exhibian con orgullo y autentico fervor y exaltación espiritual a alguna deidad cuya figura simbolizaba el poder del Sol, teniendo una posición destacada en un panteon donde era flanqueado por entidades de rango menor.


A las que se alababa en fechas tan señaladas como las del soltiscio de Verano con el proposito de que alumbraran unas cosechas generosas que beneficiaran garantizando el sustento de los miembros de diferentes comunidades, y cuya devoción ha servido para que la artista con sede en la ciudad de Toronto, Sara Golish se inspire.


Para crear la serie titula Sundust, una coleccion de retratos cuyos motivos representan a una diversidad de divinidades relacionadas con la veneración al Sol en el continente Africano. Laminas ilustradas que Sara realizo utilizando una escala monocromatica, con la intención de resaltar los colores cobrizos de los abalorios con los que se adornaban.


Las series tituladas Sundust y Moondust, trenzan a traves de un relato que combina elementos etnicos, espirituales y ficticios. Una historia ya enterrada en los albores del tiempo, donde la devoción por la mujer tuvo un papel en los primeros antecedentes de asentamientos de los que se tiene constancia.


La mayoría de las divinidades representadas habían sido prácticamente olvidadas

La idea de Sara era rescatar del olvido a esta seleccion de diosas y hechiceras que actuaban como oraculos pronosticando los efectos del clima sobre las cosechas. Un arduo trabajo de documentación que la ocupo buena parte de su tiempo a lo largo de 2014, teniendo como resultado unos semblantes que destacan por su terminado delicado y su expresion meditativa.


Y que ha tenido su continuación en su reverso o antitesis titulada Moondust, serie mas reciente realizada bajo los mismos criterios conceptuales y esteticos. Entidades celestiales relacionadas en este caso con la Luna, cuya feminidad idiolatraban por su fecundidad en rituales en diferentes tradiciones a lo largo de la rivera de rios como el Eufrates.


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Trabajos a traves de los que su autores trata de enfatizar la importancia de la presencia femenina como influencia en las creencias de los primeros asentamientos de los que se tiene constancia en Africa, primeras muestras de un pensamiento donde la actividad mistica en clave femenina tenia por objeto diferentes funciones, aunque principalmente sus ritos se focalizaban en la mejora del rendimiento de los cultivos con los que se nutrian los clanes que se asentaron en la antigua Mesopotamia.

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