El fotógrafo Natan Dvir registra en imagenes una jornada en el metro de New York


Con casi cerca 5.7 millones de desplazamientos diarios el subsuelo de la ciudad de New York es un hervidero de actividad, hasta el extremo de que administrativamente cuenta con sus propios servicios, como policía, sanidad o correos.

Eso sin contar que en los mas de 380 kilómetros con los que cubre su área metropolitana generando decenas de miles transaciones económicas cada minuto, debido a su enorme tejido comercial y de oficinas dedicadas a diferentes áreas de negocio y servicios.  

A lo que hay que sumar las decenas de miles de trabajadores pertenecientes a una plantilla compuesta una variedad de profesionales como por ejemplo el personal de mantenimiento, los conductores, los taquilleros, los operarios de vías, informáticos, mecánicos especializados o gestores de la red. Que en conjunto son los responsables de garantizar que las 472 estaciones por las que transitan 25 servicios diarios estén las 24 horas del día operativas.


LA VIDA COTIDIANA EN UN ANDEN DE METRO
 
De estas abultadas cifras y las sinergias que implican apenas te percatas cuando ya sea como usuario habitual o turista, que desconcertado y aturdido te sumerges por primera vez en sus entrañas siguiendo a duras apenas las indicaciones que te ofrecen los paneles informativos.

Es cuando finalizado ya el viaje de regreso en tu casa cuando aun apenas has deshecho la maleta y repartes los souvenirs que has comprado a lo largo de la instancia, cuando puedes percibir ese olor tan característico de la ciudad que sin saber como se te ha colado entre los pliegues de la ropa.

O cuando producto de una coincidencia consultando por ejemplo tu correo electrónico tienes la oportunidad de conocer el excelente trabajo fotográfico realizado a lo largo de 2017 por el fotógrafo israelí Natan Dvir. Material cuyo enfoque se centra en retratar aquellos gestos y miradas que delatan nuestro comportamiento como individuos sociales en nuestro afán por acaparar recursos, y de los que apenas somos conscientes en condiciones normales.



TODO UN ECOSISTEMA SOCIAL BAJO TIERRA

Pero que para este joven fotógrafo freelance que se gana profesionalmente la vida haciendo trabajos de publicidad para diferentes agencias, se ha convertido en una autentica obsesión.

Aunque en ocasiones precedentes el tema y material humano con el que trabajaba era mas complejo si cabe como en las series tituladas Shelter y Displaced, donde traza paralelismos entre las diferentes poblaciones de refugiados en el mundo árabe y de los miles de desplazados que cada año llegan a la ciudad colombiana de Medellin desde las zonas rurales.

Una crónica descarnada que se completa con la serie Belief, trabajo producto de un viaje a Tierra Santa y Jerusalem donde el objeto de su análisis son las diferentes confesiones y organizaciones religiosas que practicamente monopolizan la vida en en el seno de la ciudad.

Trabajos precedentes que le han servido para perfeccionar su discurso el cual se despliega en esta serie titulada Platforms, su mas reciente trabajo en el que David dispara sin piedad, deliberadamente con utilizando su cámara como un arma furtiva.

Con la que casi roza la obscenidad obteniendo como resultado una radiografia heterogenea y por momentos alejada de la cotidianidad, de la jauría humana que encarna la Nueva York con sus miserias y grandezas.

Y para cuya realización se parapeta entre las columnas o por el contrario se expone saliendo a campo abierto y fusilando con todo el nervio del que es capaz, todo tipo de actos, ya sean los de signo mas servil o ruin o por el contrario aquellos que son guiados por el espíritu mas altruista, cooperativo y solidario.
  
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Galardonada con el LensCulture Emerging Talent Awards en la edición de 2017 la serie fotografica Platforms su autor el fotógrafo Natan Dvir, explora la relación entre el sujeto y un entorno urbano en permanente tensión.



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