El Mar Negro por sus sigulares características, es uno de los ecosistemas mas vulnerable a los efectos del cambio climático, y el exceso de actividad humana que se ha ejercido, enfrentándose a una lenta agonía debido a la contaminación del agua causada por los productos derivados del petróleo y la disminución de morada del delfin nariz de botella. Con el objetivo de reducir el número de casos de caza furtiva y realizar un seguimiento de la población de cada uno de los delfines mulares, el diseñador Baklan Anton ha ideado el proyecto la Cápsule.
El plan contempla la construcción de un centro de datos flotante en el Mar Negro, el centro de datos tendrá la forma de una cápsula y se hará a partir de materiales reciclados, como una concha de plástico de alta resistencia totalmente sellada permitirá actuar como un flotador. El prototipo se ha concebido de forma que haga de habitáculo biónico para salvaguardar la superficie de las colisiones provocadas por las corrientes. Una escotilla permite el acceso al interior, donde además del laboratorio, sera compatible el cultivo de plantas como los cítricos, lino, etc
Anclado al lecho marino, la estructura será totalmente autónoma con respecto a la fuente de alimentación y se utilizara tanto energía solar como energía de las olas, que se aprovecharán mediante un motor hidráulico y generador, mientras que los paneles solares se integrarán en el techo para para capturar la energía del sol. Un mecanismo especial opera para mantener la temperatura en el interior, ventilación artificial, se verá facilitada mediante el uso de purificadores de aire fotocatalíticos. Finalmente un mecanismo especial se encarga de desalinizar el agua salada lista para el consumo humano.
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