Olafur Eliasson/Ai WeiWei/Tomás Saraceno La Divina Comedia de Harvard


Si bien el poema épico de Dante es una alegoría sobre el viaje del alma hacia Dios, la Divina Comedia,  expuesta en el Harvard Graduate School of Design (GSD), es un viaje conjunto para explorar los temas de la Mente Olafur Eliasson, Historia Ai Weiwe y el Cosmos Tomás Saraceno


Conceptualmente expansiva, se trata de una exhibición que tiene como marco la Universidad de Harvard con todo lo que eso implica. Situada en su campus principal, se trata de una exposición que pretende explorar la convergencia entre el arte y su capacidad creativa y su potencial como narrativa activista. 

En el que la escala y la calidad de cada obra que se exhibe la convierte en una de las exposiciones más atractivas de la temporada. Igualmente la inclusión de Ai Weiwei, en particular, le da un sentido de urgencia porque, como es bien sabido. 


En este momento está encarcelado por las autoridades chinas por ser un crítico del estado Chino, en particular haciendo obras como la que se incluye en esta exposición.

En esencia se trata de un triptico compuesto por tres obras, la primera es la propuesta de Ai WeiWei, titulada escuetamente Sin título, se trata de una instalaccion en la que se observan las constantes tanto estéticas como conceptuales que poseen muchas de sus obras. 

Compuesta por un total  de nueve grandes pilas de mochilas para niños que suman alrededor de cinco mil en total. Todas y cada una de ella representa a un niño muerto en el terremoto de Sichuan de 2008 en China, instalaccion de duelo que se completa con una pista de audio en cuya grabación se nombra el nombre de cada niño. 

Por su parte la propuesta del artista danés Olafur Eliasson, con sede en Berlín, nos ofrece una pieza inmersiva titulada Three now en castellano Tres ahora, la instalación compuesta por cincuenta instrumentos científicos. Que invitan al visitante a interactuar con ellos y jugar con nuestras percepciones visuales y espaciales, como un espejo convexo que invierte imágenes. 

Por su parte el siempre imprevisible artista argentino Tomás Saraceno nos eleva a traves Cloud City cuya traducción al español Ciudad Nube resulta más poetica. Compuesta por un enorme globo transparente inflado con helio y cubierto con paneles solares, encargadas de suministrar de energía a las cuatro diminutas luces led que hay en su interior. Saraceno responde con Ciudad Nube, objeto inflable y por lo tanto en constante cambio, movido por tecnología solar y sensores ambientales.


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