Que mejor localizacion para construir un museo dedicado al deporte del surf que la localidad de Biarritz. Situada en el suroeste de Francia pertenece administrativamente al departamento de Pirineos Atlanticos en la región de Aquitania.
Debido a las extraordinarias condiciones climatológicas sus playas se han convertido en reclamo para que cada temporada mile de amantes del surf se acerquen a sus playas para practicarlo. La relación de la localidad con el surf tiene diferentes citas a lo largo del año competitivo.
Pero el Biarritz Surf Festival quizás sea el evento mas importante deportivo del calendario surfero que se celebra en su litoral y donde se pueden ver algunos de los mejores especialistas.
Para esta edición la expectación es aun mayor porque coincide su inauguración con la organizacion de la prueba, por lo que la confirmación de actos relacionados con la cita deportiva y la puesta de largo del museo Cité de l'Océan et du Surf. Ha supuesto un incremento espectacular en las reservas hoteleras.
Diseñado por el estudio de arquitectura de Steven Hall, la estructura que albergan las instalaciones lo componen tres edificios anexos. En primer plano tenemos dos pabellones inspirados en la forma que adopta la ola cuando se prepara para acometer la playa, en cuyas salas esta previsto que albergue la colección permanente.
Su perfil curvo contrasta con el estructura mas formas del edificio que albergara las oficinas administrativas y el hall de recepción de visitante. El conjunto esta edificado sobre un terreno en ligera pendiente ubicado a escasos metros del océano Atlántico, lo que permite al visitante poder contemplar la linea del horizonte en un paisaje único donde el cielo y la tierra se difuminan.
La concepción espacial deriva de 'bajo el cielo, bajo el mar', el diseño busca crear un lugar de reunión central que sea abierto y receptivo a su entorno. En el interior, las estructuras convexas y la tierra forman el contorno de espacios destinado a exposiciones temporales.
Situado bajo tierra, los vastos volúmenes cerrados, proyectan la sensación de estar sumergido bajo el agua. El aumento de los techos en forma de boveda le confiere el carácter diafano y definen el exterior, una fachada lacada con grandes zonas acristaladas que permiten la entrada de luz natural.