El distrito de Whitechapel en el Este de Londres ha cambiado mucho desde que algunas de sus barriadas se convirtieran a finales de Siglo XIX en el escenario de una serie de asesinatos cuyo autoria se siguen atribuyendo a día de hoy alguien cuyo anonimato lleva por nombre Jack el Destripador.
Sobre todo desde el punto de vista sociológico estando en la actualidad demográficamente compuesto por una diversidad de poblaciónes siendo la mayorítaria la de origen Bengali, que han colonizado creando todo un ecosistema socioeconómico que se percibe a poco que te fijes en la decoración de los locales comerciales.
O en la mezcla de aromas que por un momento te hacen creer que estas paseando por las calles bulliciosas de cualquier gran ciudad hindú, cambios que sin embargo no se han trasladado a su parque arquitectónico, compuesto por casas y parcelas cuyas edificios mas significativos.
O en la mezcla de aromas que por un momento te hacen creer que estas paseando por las calles bulliciosas de cualquier gran ciudad hindú, cambios que sin embargo no se han trasladado a su parque arquitectónico, compuesto por casas y parcelas cuyas edificios mas significativos.
Fueron construidos durante la época Georgiana o tienen una herencia de este estilo autóctono que nace como contestación al estilo Barroco y que tuvo su máxima época de esplendor durante los siglos XVIII y XIX, extendiendose posteriormente por buena parte de Inglaterra.
Adoptando diferentes tipologías dependiendo del contexto donde fueron contruidas, en el caso de los muchas de los inmuebles que todavía podemos encontrar en el barrio de Whitechapel, donde durante la ultima década se viene realizando una intensa labor de recuperación de estas fincas.
Adoptando diferentes tipologías dependiendo del contexto donde fueron contruidas, en el caso de los muchas de los inmuebles que todavía podemos encontrar en el barrio de Whitechapel, donde durante la ultima década se viene realizando una intensa labor de recuperación de estas fincas.
Reformada con el propósito de desarrollar un programa de actividades relacionadas con la formación artística, la casa de origen Georgiano que ocupa la academia The New Road Residence en Londres ha conservado tras su reforma buena parte de la atmosfera, de cuando fue construida en el Siglo XVIII.
En una mayoría de los casos destinadas para uso resdencial, pero en otras como en el caso de la residencia The New Road Residence gestionada por la iniciativa educativa Blue Mountain School, cuyas instalaciones están destinadas actividades cuyo objetivo es desarrollar programas relacionados con diferentes expresiones creativas y artísticas.
Y que tras sopesar diferentes candidatas comprendieron la gran versatilidad que ofrecia un edificio que databa de 1797 construido en plena efervescencia del movimiento Georgiano, arquitectura deudora de la herencia del arquitecto renacentista italiano Andrea Palladio.
Propniendo una forma de arquitectura que ponia de manifiesto un estado natural de orden y proporción, fueron a la vez los creadores del denominado jardín inglés que proponían un tipo de diseño donde los elementos propios del paisaje local, como las colinas, los árboles y los demás accidentes geograficos debían adoptar sus propias formas en el espacio urbano.
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Sin sometimiento a ninguna norma geométrica despojado de la artificiosidad de los jardines franceses. Estas concepciones suponían, en algunos casos, visiones contrapuestas de una misma realidad, contradicciones que tanto sedujo a su primer dueño un marchante de arte.
Como a sus nuevos dueños que han tratado de conservar todos y cada uno de los espacios de los que se compone la villa, asi como del mobiliario que se ha utilizado que salvo algun detalle sigue una linea fiel al que tenia la casa.
Propniendo una forma de arquitectura que ponia de manifiesto un estado natural de orden y proporción, fueron a la vez los creadores del denominado jardín inglés que proponían un tipo de diseño donde los elementos propios del paisaje local, como las colinas, los árboles y los demás accidentes geograficos debían adoptar sus propias formas en el espacio urbano.
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Sin sometimiento a ninguna norma geométrica despojado de la artificiosidad de los jardines franceses. Estas concepciones suponían, en algunos casos, visiones contrapuestas de una misma realidad, contradicciones que tanto sedujo a su primer dueño un marchante de arte.
Como a sus nuevos dueños que han tratado de conservar todos y cada uno de los espacios de los que se compone la villa, asi como del mobiliario que se ha utilizado que salvo algun detalle sigue una linea fiel al que tenia la casa.