Expuestas en espacios abiertos las enormes esculturas que reproducen cabezas recostadas reflejan la luz adquiriendo la condición de transparencia que irradian a su alrededor.
Firmadas por el artista David Mesguich, hechas siguiendo un patrón poligonal, cada rasgo del rostro de sus figuras, es el prisma de un cristal que visualmente transmite inocencia en sus miradas y una curiosidad sana, contemplativa por lo que pueda acontecer a su alrededor.
En la trayectoria de David se observa una variedad de estilos que incluye el graffiti, técnica con la que mantiene una relación desde hace mas de diez años. Gracias a la que adquirido el conocimiento, a través de la que ha desarrollado su escultura monumental.