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SETH convierte al Distrito 13 de París en un espacio de arte urbano crítico



La mayoría de los turistas que deciden dirigirse hacia los distritos situados en el margen izquierdo del río Senna, suelen tener meridianmente claro que su destino final esta en las proximidades del Distrito 14.


Donde se encuentra Montparnasse, el que quizás sea considerado el barrio más bohemio de la capital francesa. Un lugar donde los noctámbulos y los peregrinos de la noche suelen frecuentar hasta altas e intempestivas horas de la madrugada, cuando los primeros rayos del Sol despuntan al alba y el aroma de los tradicionales y numerosos cafés que hay en la zona abren sus puertas.


Para que tanto los residentes habituales, como los primeros turistas que se dejan ver por sus sinuosas calles, puedan cumplir con el ritual de tomarse el desayuno acompañado de un croissant recién horneado. Por lo que suelen ser el conjunto de calles que conforman el palaciego Distrito 13. Cuyo punto neuralgico lo podríamos situar en la Plaza de Italia, obviado por defecto de casi todas las agendas turisticas.

Algo que a mí juicio supone un craso error, pues aparte de la citada plaza, nos podríamos acercar a visitar el edificio que alberga la biblioteca Francois Miterrand, un majestuoso equipamiento, considerado el mayor del país en su ambito. Donde se podrá consultar el más amplio registro bibliofilo de toda Francia.

O los restos del cauce del Bièvre, uno de los ríos que cruzaban esta zona cuando todavía no se había anexionado añadiéndose como distrito de París, y cuyo cauce fue finalmente cubierto a comienzos del siglo XX. Aunque para dejar constancia de que por allí transcurrió un pequeño afluente. Todavía se conservan una serie de medallones que situados a ras suelo, te permiten seguir parte de su trazado original.

Entre otros muchos alicientes que se encuentran repartidos por aquí y por allá que te permitirán disfrutar de una agradable tarde paseando por sus calles. Podríamos citar que desde unos años a esta parte se han ido incorporado de forma regular una diversidad de muestras relacionadas con el arte urbano y el street art, que estan convirtiendo al distrito 13 en un museo al aire libre.

Una ciudadana de París trata de emular el gesto que observa en el grafitti de SETH

Intervenciones entre las que destaca por su cantidad, su calidad y sobretodo por su característico estilo a las que ha ido realizando de forma más o menos constante el artista conceptual SETH. De cuya obra ya os hemos hablado en NQ, en alguna ocasion y de su manera de percibir y trasladar la inocencia infantil, a un lenguaje y una narrativa netamente urbana utilizando formas muy suaves e incluso naif.

Hasta convertirle en uno de los mayores referentes del arte urbano de la capital parisina, siendo quizás la otra pata de este tamden el mismísimo JR. Autores que curiosamente comparten algunas similitudes en su práctica expresiva, como por ejemplo que los dos muestran una tendencia a  crear retratos a gran escala, donde en mayor o menor medida destaca la expresión humana en su manifestación más natural.

Aunque cabe recordar que Julien Malland tiene sus primeros antecedentes dentro del mundo del arte urbano, no muy lejos de allí en el Distrito 20. Cuyo entorno urbano utilizo como laboratorio en el que poder explorar aquellos parámetros que tras madurar con el paso del tiempo, pasaron a formar de su ideario y praxis urbana. Elementos por otra parte de muy fácil compresión por parte del gran publico.

Los ultimos proyectos de SETH en la capital parisina refuerzan su compromiso con la infancia a través de hacerse eco de los últimos dramas a los que se debe enfrentar.


Y con los que ha desarrollado la habilidad de representar una gran variedad de temas de más o menos calado social, a través de cuyo discurso SETH ha demostrado su compromiso y preocupacion con todo aquello que tenga que ver con la infancia, y todas aquellas vulnerabilidades e indefensiones a las que se enfrentan los niños a lo largo de esta fase de su vida.

Siendo en estas primeras etapas en las que más traumas infantiles se producen. Siendo un tema recurrente y sobre el que gira buena parte de las actuaciones firmadas por SETH. Aunque en el Distrito 13 también se pueden contemplar obras de auténticos iconos del arte urbano como Shepard Fairey (Obey) de la que se puede ver la intervencion, Liberté, égalité, fraternite, situada en 141 boulevard Vincent-Auriol.


O de nuestro admirado D*Face del que se puede ver a la altura del número 155, boulevard Vincent Auriol, un retrato femenino que realizado bajo claras influencias del Pop Art lleva por título Turncoat. Cerca de allí se encuentra la intervención titulada El Castor de artista urbano portugués Bordalo II, que como su nombre indica reproduce la figura de un castor, en homenaje a la gran colonia que hubo en su momento en la zona.

Otra de las versiones de SETH perteneciente a la serie dedicada al Covid-19

Volviendo a las aportaciones realizadas por el artista parisino SETH en el distrito, y como no podía ser de otra forma, se muestra recurrente a tratar de nuevo los problemas que atañen a la infancia conformandose como el tema central de las propuestas. Que se pueden ver en las proximidades de las instalaciones del expacio expositivo de la galería Lavo//matik, cuya programación está dedicada en exclusiva a mostrar artistas de Arte Urbano.

Entre estas voy a comentar dos ellas, las cuales por su significado y sensibilidad merecen especial atencion, la primera que a pesar de que ya la conocía cuando fue realizada por el artista como reaccion al anuncio por parte de las autoridades de confinar a la totalidad de la poblacion. Debido al avance inexorable provocado por el patógeno Sars-Cov2 Covid-19.


Aunque las ideas relacionadas con la infancia plasmadas por SETH en sus murales por defecto suelen presentar un aire optimista, en las últimas realizadas en París aunque trata de reducir su carga dramática no puede abstraerse de la gravedad de los últimos episodios a los que estamos asistiendo.


En realidad se trata de una serie de pequeños murales en los que aparecen sus características figuras infantiles, pero con un matiz todas las representaciones están parcialmente cubiertas con un casco, con el que los niños pretenden protegerse de este enemigo invisible, que es el virus. Y cuyo detonante fue la intervencion del presidente de la República Francesa, por aquella epoca Macron ese mismo Marzo, cuando equiparo la lucha contra el virus con un conflicto bélico cuando afirmó categóricamente "Estamos en gurra".


En la segunda intervencion aún más reciente en este calendario tumultuoso plagado de acontecimientos poco predicibles y hasta cierto punto inesperados. En este caso el tema al que alude SETH, no es otro que la invasión por parte del gobierno de la Federación Rusa, de parte del territorio Ucraniano. Incursiones en la región del Donbass que se produjeron a comienzos del Marzo del año pasado, provocando como primera y más trágica consecuencia la muerte de miles de personas a la vez que el desplazamiento de cientos de miles de ellas. 

Entre los cuales la población infantil sufrió el shock más notable, cuya estimación y consecuencias están aún a día de hoy por valorar. Pero que en sus primeros capítulos supuso el desarraigo desde su lugar de origen, además de estar expuestos a constantes peligros debido a la aparición de mafias, y la ineficaz actuación de las diferentes autoridades involucradas en su vigilancia y proteccion. 

El mural de escuetas dimensiones y desplegando cierto aire patriotico, represententa sobre el lienzo de una tapia blanca situada a la altura de la Rue Buot, a una niña que ondea alegremente una bandera de Ucrania. Con la cara girada hacia el interior la niña en su grácil caminar parece ajena a la verdadera transcendencia de los acontecimentos a los que estamos asistiendo. Peinada con una coleta lleva adherida a la cabeza una diadema de flores que atenúa los simbólico de la razón de la representacion. Dramatismo que sin embargo se simboliza muy bien en la parte inferior del mural, donde los zapatos de la niña de forma marcial y contundente aplasta los tanques enemigos.


James and Karla, un retrato humano de New York durante el confinamiento por Covid

 


Apenas se podía creer lo que estaba sucediendo a nuestro alrededor, el paisaje urbano al cual estábamos acostumbrados a ver y con el que de forma cotidiana nos relacionabamos se había transformado de forma radical. Las calles que hasta hace escasos dias se mostraban atestadas de gente,  amanecían deserticas. 


Observándose como cualquier tipo de rastro de actividad alguna, ya fuera, comercial, administrativa, social, cultural desaparecían provocando un vacío casi abisal e irreconocible. Situación que ni remotamente verosímil se podría haber concebido hasta hace relativamente poco tiempo, se estaba representando ante nuestros ojos una pesadilla dejándonos no solamente atónitos sino aturdidos. 


Y cuya reacción principal es que como individuos guiados principalmente en este caso por la preocupación y el principio de incitidumbre, nos lanzaramos a devorar cualquier tipo de información, ya fuera redactada y emitida por un  teletipo o servida en una sucesión de imagenes más o menos grandilocuentes sobre lo que era un hecho cuando menos inusual en Occidente. 


Ni la más osada superproducción de Hollywood hubiera desplegado un set de rodaje o escenario ni siquiera similar, al que tras declarar el estado de alerta sanitaria por la pandemia provocada por el patogeno Covid-19 por parte de las autoridades se configuro. Serie de medidas cuyo guion era superado minuto a minuto desbordando a una sociedad en su conjunto. Situación extrema que ponía a Occidente ante su mayor desafío desde la finalization de la II Guerra Mundial. 


La prensa en este contexto publicaba desatados, adoptando una diversidad de titulares de corte épico, sino sensacionalistas, de las que no se libraba ninguna de las principales rotativas, abarcando a la práctica totalidad de las caberas y de los medios de comunicación en general. Independientemente de su formato, ya fueran rotativas de periodico, redacciones de televisiones, radios, plataformas de información digital, o los millones de usuarios que haciendo uso principalmente de las redes sociales. 

Karla acompañada de su fiel perro Hudson recorren Manhattan en uno de los primeros días de confinamiento 

Se afanaban en mostrar toda la consternación y por qué no decirlo ruido informativo, que de forma torrencial nos trataban de poner en contexto sobre una situación cuya gravedad y transcendencia todavía se desconocia, la de la pandemia, que para los cientos y cientos millones de ciudadanos. Que compartimos ese espacio que hemos denominado mundo libre. Combinación de palabras escuetas que ha base de repetirlas.


Cómo si fuera un mantra tibetano, llegamos a creer que su sola mención, ya fuera en voz alta como una plegaria que entonamos no sin cierta altivez y petulancia, o en nuestro interior. Como si su lírica fuera recurso suficiente, como para actuar de principio activo con fundamentos antibacterianos, que nos inmunizara tanto en a nivel individual como colectivo frente a cualquier enemigo, ya fuera visible o apenas perceptible para nuestros ojos. 


Cómo puede ser una secuencia de ADN qué para activarse precisa un huesped con unas deficiencias en su respuesta inmune que parásita. Coordenadas cuyo fenómeno nos ha puesto en jaque a todos/as, sacando de nuestro ensimismiento como individuos que nos consideramos civilizados. Haciéndonos cuestionar ya fueran nuestros valores, principios o ideales.


Un conjunto de imágenes grabadas bajo un prisma donde prevalece la honestidad, logran elevar la credibilidad y valor de lo que esas grabaciones transmitir al espectador. 


Y es que independientemente de nuestro credo, clase social u orientación idiologica, este fenómeno cuyo relato parace que está ante sus últimos coletazos y que ha provocado como principal y grave consecuencia una crisis de fe institucional. Cuyos efectos de forma sismica han torpedado nuestro sistema político, económico, cultural y social. Provocando qué aquellas entidades que se caracterizan por su mal interpretado concepto de individualidad. 


Hayan tenido que aparcar de forma cuando menos momentánea, su nihilismo más recaltrizante y dejandose llevar por la precipitación de acontecimientos, que se producían  de forma torrencial alinearse en un frente único. Información que ha sido transmitida  bajo un patrón mezcla de precipitación e inmediatez a una opinión publica que cercana al pánico entraba en estado de shock. Población que trataba de asimilar esa ingente cantidad de datos que en ningún caso podía digerir. 


Turbulencia informativa que pasado el grueso y el pico álgido de esta calamitosa pandemia, hemos podido contemplar desde una óptica mucho más sosegada. Pudiendo valorar en su verdadera dimensión, todos y cada uno de los elementos que han estado involucrados en este periodo de tiempo, que a pesar de que relativamente ha sido poco, ha supuesto una verdadera eternidad para decenas de millones de personas, que han visto como lo perdían todo. Ya fuera en términos materiales o lo que es más drástico y dramatico en términos humanos. 

El sector cultural ha sido uno de los mas golpeados durante la pandemia a la vez que ha sido uno de los más solidarios


Personalmente estaba deseando encontrar un documento, trabajo, proyecto... Que sintetizara toda esta espiral de emociones contrapuestas, de contrariedades debido a la desinformacion o exceso de ruido informativo al que hemos estado sometidos. Por lo que hemos padecido verdaderas situaciones de estrés, tensión y ansiedad. 


Y que ahora cuando los diferentes indicadores que analizan el estado, curso y evolución del periodo pandemico son netamente positivos empiezan a remitir. Este tesoro en imágenes en cuyos calificativos me podría extender casi eternamente, una referencia o una propuesta, pequeña, sencilla, casi desconocida. Más allá de las de miles de followers que aguardamos con relativa expectativa actualicen sus contenidos. 


Este documento lo encontré en la pareja de James and Karla, Que a traves de su canal de YouTube, nos ofrezcan ya sea contenido en streaming o grabado de uno de sus caractersicos walking por New York, su ciudad. Pero en todo oficio y trayectoria hay excepciones. Y en el caso de los poco más de 90 minutos de imágenes de bellisima factura filmadas por los fotógrafos especializados en arquitectura, (y de cuyo sugerente trabajo ya os hemos ofrecido alguna muestra en NQ

En el documental se destaca aquellos colectivos sociales que han sido especialmente golpeados por la pandemia


Ellos decidieron reunir las imagenes que habian registrado a lo largo de las diferentes incursiones que habían tenido la oportunidad de capturar, utilizando como casi único equipo un smartphone adosado a un gimbal. Siempre de forma furtiva tratando de ser lo más discretos posible, seleccionando en total como localizaciones alrededor de veinte lugares que en mayor medida son reconocibles por el gran publico. 


Pero que en todo caso se trata de entornos que están dentro del perímetro de Manhattan. Comenzando por las primeras tomas que abren New York City Walking an Empty Manhattan During the Pandemic of 2020, que tienen como escenario las calles de East Village, más concretamente unas primeras imágenes donde se nos muestra a Karla acompañada de un paraguas rojo y de su inseparable perro Hudson.


Que a paso ligero y de espaldas a la cámara que sostiene James, recorren bajo una tenue llovizna un distrito que tan sólo unos días antes destacaba por su intensa actividad social. Pero que ese 28 de Marzo de 2020, se había convertido en un lugar irreconocible donde a pesar de la lírica de una imágenes mudas te describían espacios que habitaban en tu memoria llenos vida.


Guiados por el único deseo de mostrar los cambios experimentados en una ciudad como New York como consecuencia del confinamiento provocado por el Covid. James and Karla recorren durante dos meses sus calles identificando los contrastes de una ciudad deierta.


Vacíos los cuales te provocan una punzada de estupor casi conmovedora, que como espectador que te encuentras a una distancia de miles de kilómetros te llega a conmociónar, a estremecer. Sólo de pensar en la posibilidad de que lo que comenzo siendo un foco epidémico en el otro lado del mundo, se alargue de forma crónica, transformandose en una alegoría surrealista. 


Y es que lo poderosamente evocador de las imágenes que grabaron a lo largo de esos sesenta dia, no reside tanto en las habilidades y conocimientos de aquellos que guiados por su curiosidad o preocupación por lo que le está pasando a sus vecinos. O a las miles de personas que por su condición de indigente, se quedaron en la estacada aquellos aciagos días. 


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Vagando sin rumbo pidiendo limosna al fondo de una acera, por la que apenas camina nadie. Mientras con la mirada, fija, perdida, quizás sopesando sobre su propio destino, son testigos mudos de esa calamitosa situacion, que al fin y al cabo puede ser contemplada como ese intervalo de tiempo que consideramos forma parte de nuestras vidas.


Y que este documental realizado de forma casi artesanal y totalmente altruista por James & Karla, nos ofrece un relato en imágenes donde destaca su honestidad. Fijando su foco en aquellos instantes donde ya sea de forma ausente (casi siempre), o dominado por la presencia casual de algún transeúnte o ciclista que a tumba abierta desciende raudo por Fifth Avenue, precedido por alguna de las miles de ambulancias que desbocadas y raudas describian la gravedad de los miles de casos por contagio que trasladan al servicio de urgencia de los principales hospitales de la ciudad. Imágenes donde en definitiva prevalece la humanidad que no precisa de discursos grandilocuentes que la apoyen. En este caso las palabras  y sus explicaciónes son sustituidas por una acertada banda sonora que enfatiza aún más aquellos pequeños gestos basados en el sentido común, que son los que primeros que afloran mitigando a los instintos más primarios. 



El mensaje de Everyone Here Hates You contra la pandemia

 


Con una superficie que es equivalente en extensión a la de de muchos países entre ellos España, el desierto de Chihuahua representa la mayor extensión árida de los Estados Unidos.


Un enorme páramo donde sólo crecen cactus y sobreviven las lagartijas y las mas venenosas serpientes. Compuesto por interminables valles separados por cordilleras, abarca los estados de Nuevo Mexico, Arizona y Texas, así como se extiende al sur del río Pecos.


Cruzando ya la frontera, al otro lado, también le pertenecen alguno de los condados de los Estados mexicanos de Sonora, Durango y Zacatecas. En conjunto, un vasto territorio tan inhóspito como abrumador que debido a sus extremas condiciones climaticas.


Está prácticamente deshabitado, si lo comparamos con realidades geográficas similares en proporciones y escala. Se trata de un lugar cuya lógica propicia que las poblaciones sean exiguas a la vez que las escasas localidades que hay presenten unos patrones demográficos poco diversos.

Uno de los mensajes con los que la comunidad de artistas alertaba a la población 

Donde sus habitantes viven fundamentalte de formalizar negocios comerciales a ambos lados del puesto fronterizo o checkpoint, con los que obtener recursos suficientes con los que subsistir. Salvo alguna excepción como la localidad de Marfa que situada en la parte más septentrional del estado de Texas. Se ha convertido en un lugar de peregrinaje.


Para miles de devotos que cada temporada se acercan al condado de Presidió siguiendo las huellas de artistas plásticos como Donnald Judd, considerado uno de los máximos representantes del arte minimalista y cuyo legado en Marfa.


Se puede visitar en una de las delegaciones que tiene su fundación y que lleva por nombre Chinati en recuerdo de los restos de un fuerte perteneciente al ejército. Herencia que desde el artista falleciera en 1994 ha propiciado.


La instalación lumínica titulada Everyone Here Hates You, pretendía transmitir un mensaje a través del que denunciar la falta de recursos sanitarios con los que evitar la expansión de la pandemia.


Que este polvoriento pueblo de poco más de 2500 vecinos, cuente con varios colectivos de artistas y galerías, las cuales ante la desidia de las autoridades del estado respecto a la amenaza del Sars/2 Covid/19, inhibición cuya consecuencia ha provocado.


Que el estado presente la tasa de contagios más alta del todo el país. Realicen diferentes actuaciones denunciando esta situación y rogando que los turistas tan comunes en otras épocas aplazen su visita, hasta que se reduzca la tasa de contagio.

Una de las  obras minimalista del artista Donald Judd en las afueras de Marfa


Una de las más interesantes fue la que llevaron a cabo los artistas Chris Ramming y Rob Brill, que pertecientes al colectivo Z-Ranch quienes crearon una instalación lumínica con la que denunciar la falta de recursos sanitarios con los que cuenta el estado.


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Titulada Everyone Here Hates You, (todos aquí te odian) fue presentada coincidiendo con las festividades por el día de acción de gracias en los Estados Unidos. Redactada utilizando un tipografía gestionada con tubos de neón, el mensaje fosforescente pretendía enviar un mensaje elocuente, a través del que disuadir a todos aquellos visitantes que podían potencialmente introducir cepas del virus en uno de las localidades más castigadas del condado.


Acción estética cuyo activismo se ha completado a través de la organización de un programa de activadades que basadas en la solidaridad y en la auto/gestión conseguiendo afortunadamente paliar los efectos de la presencia del virus entre sus habitantes.

New York, un iglú para tomarse un café contra la pandemia

Todas las grandes ciudades (y no tan grandes) arrastran una serie de esterotipos que por regla general suelen traducirse en una serie de pros y contras que tanto les beneficia como les estigmatiza de cara a la opinión pública. 


Cliches que pueden deberse a muchos y variados factores, pero fundamentalmente se deben a que ya sea por pereza, o simplemente desinterés, preferimos quedarnos con los argumentos que de forma preconcebida hemos construido, sesgos que dependiendo del grado de flexibilidad que mostremos, suelen permanecer inamovibles. 


Replicandose como un meme casi de forma indefinida hasta que en un determinado momento y dándose las circunstancias propicias se desmorona como un castillo de naipes. La actual crisis sanitaria ha puesto a prueba la capacidad, no sólo de adaptarse y enfrentarse a desafios muy adversos e imprevisibles, sino de resiliencia de la mayoría  de estas ciudades en los más diversos aspectos


Uno de estos aspectos tiene que ver con el ámbito de la actividad económica, más concretamente con el sector de la hostelería, quizás el que debido a la gran presencia de este tipo de actividad comercial en el espacio público y por lo tanto a los estrechos vínculos que como consumidores hemos establecido a la hora de cubrir nuestras necesidades y tiempo de ocio.

Conocido popularmente como iglús, estos domes o cup ulas han evitado miles de cierres

Hemos podido ser testigos de cómo miles de estos establecimientos pasaban enormes dificultades para sacar su negocio adelante, viéndose muchos de ellos obligados a cerrarlos por insuficiencia de ingresos debido fundamentalmente a las restricciones causadas por el confinamiento impuesto por las autoridades. 


Aunque en principio pueda difícil de creer ha habido pocas iniciativas tan interesantes y estimulantes, que hayan mostrado tanta celeridad en su implantación y tan buenos resultados en su ejecución, como la batería de medidas adoptadas por los hosteleros de New York. 



La gran ciudad de New York ha demostrado su gran versatilidad para adaptarse económicamente, sobrevivir y salir fortalecida en plena pandemia aplicando una fórmula donde el diseño ha sido el gran protagonista. 



Que en un tiempo récord consiguieron repeler las consecuencias negativas de la cuarentena, reduciendo a la minima expresión el impacto producido por la orden prematura emitida por la administración de cesar en su actividad. Medidas que aparte de potenciar  aspectos relacionados con el servicio a domicilio cuidando al máximo la higiene y seguridad de los productos que servían. 


Han apostado por seguir con las prácticas tradicionales de servicio al cliente sacando al exterior sus aforos, estrategia que han adoptado de forma mayoritaria y de forma más o menos acertada, en función fundamentalmente de las características del espacio publico donde operaban, algo que en la mayoría supone un condicionante arbitrario. 

Instalado en la acera o en la calzada los porches de madera han sustituido a las tradicionales terrazas

Requeriendo por lo tanto en la mayoría de las ocasiones de grandes dosis de paciencia, a lo que hay que añadir una capacidad para mover recursos logististicos y financieros, en ocasiones de una embergadura y magnitud considerables. 


Pero cuyos resultados se pueden valorar como muy positivos tanto desde una óptica netamente económica. Como de la incorporación de una variedad de soluciones estructurales exteriores con las que operar pudiendo servir a los clientes. 


Los cuales de forma mayoritaria han mostrado una respuesta positiva ante la diversidad de alternativas planteadas por los empresarios hosteleros, como estrategia ante el desafio que suponía la pandemia y las medidas decretadas de aislamiento debido a la pandemia. 


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Estructuras que van desde las tradicionales sombrillas, las cuales han compartido su protagonismo con otros cerramientos más sofisticados y acogedores, como los cientos de porches que construidos en madera ocupaban la acera y parcialmente la calzada garantizando la higiene y el distanciamiento social. 


A la par que ofrecían una experiencia cuya atención y servicio era en muchos casos equiparables a los que se podía recibir en el interior de locales, solución que se ha complementado con la incorporación de los denominados por el gran público como iglús (por su forma semi esferica), y que no son otra cosa que los ya tradicionales domes o cúpulas. 


Los cuales han proliferado ofreciendo una alternativa auxiliar muy competitiva, debido a  su fácil gestión en el transporte y montaje, además de su excelente comportamiento y óptimo rendimiento como espacio en el ámbito de la hostelería, solución que ha obtenido una gran aceptación tanto por parte de los dueños de los restaurantes y cafeterías. Cómo de los miles de clientes que han percibido en estos volumenes transparentes, un espacio acogedor, a la vez que discreto y ante todo seguro desde el punto de vista sanitario. 


Las plantas como publicó solidario en plena pandemia por Covid

 

Una de los cambios que mas me han llamado la atencion como efecto del periodo de confinamiento producto del decreto de alarma sanitaria debido a la pandemia del Sars Covid-2, fue la transformacion paisajistica que se pudo observar en muchos lugares y rincones, fenómeno de parasitacion vegetal que sobretodo en las grandes ciudades. 

Se trataba de la aparición de incipientes restos de vegetación que en muchos casos (la mayoria) asomaban a través de los alcorques de arboles, pequeñas hendiduras, recovecos o grietas en paredes o tabiques, pero que en otros muchos casos se podrian considerar que la marabunta y la voracidad de las plantas invadian cualquier tipo de superficie  independientemente del material con el que estuviera fabricada. 


Exhibiendo una capacidad de adaptación asombrosa en principio a un medio totalmente ajeno y adverso, a un entorno muy hostil respecto a las propiedades oeganicas de la diversidad de especies que han aflorado en nuestras ciudades en un intervalo de tiempo relativamente breve. 


Si se analiza fríamente se podria pensar que estamos asistiendo a un acto de rebelión por parte del mundo vegetal, que reinvidica por derecho lo que considera legítimamente suyo, un conato de sediccion cuya prolongación en el tiempo será en todo caso efimera.

 

En total asistieron 2000 plantas como publicó representado a la totalidad de las especies de la ciudad

O una alegoría bíblica antesala de lo que nos espera como no nos concieciemos de la importancia de contrarrestar los efectos del cambio climático, pero en el fondo creo que representa un epitome, o si se quiere una reacción concruente vinculada a las mínimas condiciones de habitabilidad que precisa casi cualquier variante perteneciente al reino de vegetal para crecer e incluso transformar las características del paisaje urbano que le rodea. 

Hasta el extremo de que lo que atentaba amenazando su supervivencia, lo convierten en su aliado de tal manera que les acaba  favoreciendo,  un proceso que en bucle lo completan una y mil veces dejando que la naturaleza fluya, una cadencia cuya armonia al final restablece el equilibrio natural.

La gala organizada en el Teatro Liceo de Barcelona con la asistencia como público de plantas que aborraton su aforo, simboliza la solidaridad del mundo del arte con la comunidad del ámbito de la sanidad publica y su dedicación a los demás. 
 

Liberando la tensión, el nudo que les amenaza en forma de polucion, reconciliandolas con su entorno natural. Como lo que sucedió en junio del año pasado en el teatro el Liceo de Barcelona cuando el cuarteto UceLi Quartet, consiguió arrancar una ovación metaforica de las 2292 plantas.

De los diversos tipos de plantas que escuchaban atentamente y con rigurosa discreción, las notas embriagadoras de una bella y concisa pieza del compositor italiano especializado en la composición de libretos para ópera Giacomo Puccini.  Que escribió en enero de 1890 esta breve (algo inusual en su trayectoria) pieza para cuarteto de cuerda en homenaje póstumo. 


 Tras finalizar el concierto las plantas fueron distribuidas entre los facultativos de un hospital local

Al segundo hijo del rey Víctor Manuel II, Amadeo de Saboya, duque de Aosta y rey de España. Titulada Crisantemi en referencia al tipo de plantas que suelen emplearse tradicionalmente cuando se produce una defuncion para honrar al fallecido. 




Finalizada tan singular interpretación el público (no menos singular) a pesar de que no pudo ponerse en pie para aplaudir (por razones obvias) fervorosamente al cuarteto que tan virtuosamente había inundado con tan bella melodia cada rincon de este templo de la música que es el Liceo. 

La iniciativa para la organización de esta velada partio del artista conceptual Eugenio Ampudia, una idea con la que ha querido reconocer el compromiso de la práctica artística con la labor desarrollada por el personal sanitario, por lo que tras finalizar la interpretación se entrego una planta a cada uno de los empleados del Hospital Cinic de la ciudad de Barcelona. 



My Boyfriend Died of COVID-19 es un corto de animación sobre como superar la perdida de un ser querido


En un año dominado en todos los aspectos por el Covid-19, un microorganismo patogeno que perteneciente a la familia de los coronavirus, cuyo aspecto amorfo apenas es perceptible para el ojo humano, a no ser que armandonos de paciencia lo observemos a traves de la lente de un microscopio electronico.


Pocas cosas reseñables se salvan de proyectar una connotación tan negativa, ha sido tal el grado de acaparación informativa que sin querer parecer que subestimo las cualidades viricas innatas del adversario, ni que le trato de restar merito a su capacidad para cuando menos hacernos dudar de los fragiles e insignificantes que somos tanto fisicamente como moralmente.

Si pienso sin embargo que el ruido mediatico en ocasiones ha derivado hacia posiciones que se podrian calificar cuando menos de sensacionalistas. Lo que como en otras ocasiones recientes parecia que quedaria en un conato epidemico de ambito local a cuyos efectos el resto de la humanidad permaneceria ajena. 

Corto de poco mas de seis minutos publicado por The Atlantic


De repente se extendio anunciandose focos aqui y alla a la par que se acrecentaba la sensación de temor frente a un fenomeno de caracter estacional como es el de las infecciones respiratorias. Provocando en los casos mas graves un debilitamiento acelerado de la funcion respiratoria y finalmente el fallecimiento del paciente. 

Cuyo nombre pasaba inmediatamente a engrosar un registro estadístico, y en un alarmante titular que en la mayoria de los casos acaba reduciendose a un numero que añade cifras engrosando la lista de defunciones, cuyos cuerpos segun se suceden los dias, las semanas y meses pasan de recibir sepultura a ser incinerados sin siquiera haber sido velados.



El corto de animación titulado My Boyfriend Died of COVID-19, nos habla del duelo de una mujer residente en Wuhan llamada   Niunlu que lamenta la perdida de su prometido a causa del Covid-19, cuando estaban a punto de celebrar su boda.     



Diluyendose las identidades de las victimas y con ellas sus proyectos, sus deseos, sus aspiraciones... Coincidiendo con los episodios mas virulentos de la pandemia la publicación digital The Atlantic empezo a publicar una serie de trabajos, de pequeñas filmaciones relacionadas con los estragos que estaba produciendo el coronavirus en diferentes lugares del mundo.

Editados y publicados bajo diferentes formatos y tratando las consecuencias del drama que estabamos viviendo desde perspectivas, puntos de vista y sensibilidades muy diversas, nos brindaba la oportunidad de construirnos una imagen de los hechos a los que estamos asistiendo a traves de miradas y testimonios.

Portada original de la animación titulada My Boyfriend Died of COVID-19

Que sin efectismos, demagogias ni relatos pretenciosos hacian una aproximación que se caracterizaba por su calidez y humanidad de una catastrofe de cuyo shock apenas podiamos tomar conciencia, poniendo nombres y apellidos a las victimas que hasta hace relativamente poco no podrian vislumbrar que su existencia finalizaria de forma casi anonima.

Una de estas pildoras visuales breves pero intensas era la que estaba firmada por el realizador desconocido llamado Olmo Parenti,  que contribuyo con una animación  titulada My Boyfriend Died of COVID-19. El corto ambientado en la ciudad de Wuhan poco antes de que se declarase la pandemia.


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Nos ofrece el retrato de Niunlu, una mujer joven y afligida que pierde a su pareja poco antes de contraer matrimonio, adoptando una mirada cargada de emotividad pero sosegada el director trata de forma pausada y secuencial, trasladando toda la consternación y emotividad de una mujer destrozada animicamente pero que es capaz de conservar la entereza para transmitirnos un mensaje donde prevalece la esperanza.