Entre los 500 y 2000 millones de ciudadan@s, cuyas raíces y herencia de alguna manera están vinculadas a los lugares que a continuación me dispongo a enumerar y describir. En unos casos de forma más pormenorizada y en otros poniendo más énfasis en los acontecimientos trágicos que simbolizan diferentes periodos de su historia.
Y que en algún sentido se vuelven a asomar a nuestras vidas últimamente como fantasmas cuyas sombras proliferan y se alargan acaparando toda nuestra atención e inundanos de temor e incertidumbre. Más de algun@ habrá ya intuido a la altura de este parrafo, que cuando menos nos hemos trasladado a Berlin.
Con todo lo que ello representa tanto desde una perspectiva histórica como desde un contexto mucho más próximo en el tiempo. Y es que en ese breve pero intenso recorrido que se inicia la Potsdamer Platz, uno de los lugares más cosmopolitas que se puedan visitar a día de hoy.
Y finaliza en el parcialmente derruido o reformado (según se contemple) monumento del Reichstag y cuya autoria es de Norman Foster. Una intervención que causó estupor entre la opinión publica, la cual se incremento cuando el artista Christo lo envolvió en 1971 convirtiéndolo en un "regalo". Un edificio institucional y de gran transcedencia histórica y política, no en vano en la actualidad es la sede del parlamento de la Alemania unificada tras el derrumbe del bloque del Este y la caída del muro de Berlín.
El Monumento del genocidio Judío invita a reflexionar sobre nuestros dilemas históricos y contradicciones que vivimos en la actualidad
Cuya presencia imponente y casi intimidatoria es fácilmente identificable gracias a su cúpula semitransparente, una de la más fotografiadas solo comparable a la del Panteón de Agripa o a la del Domo de Florencia en Italia o más recientemente a la de la Esfera en Las Vegas.
Y que nos servirá de guia actuando como un faro por lo que sera muy difícil que nos podamos desorientar, entre el maremágnum de turistas que invaden la ciudad en casi cualquier época del año. Algo que en otro tipo de entornos urbanísticos más reducidos puede molestar, pero que en un recorrido relativamente largo y con tantos susceptibles lugares de ser visitados como este se puede asumir.
En nuestro caso hemos alcanzado la superficie de una plaza majestuosa a la par que cosmopolita, saliendo por unos de los accesos del suburbano. Un enorme lugar de actividad en la que confluyen múltiples calles, y cuya composición urbanística en la actualidad. Flanqueada por el edificio Sony Center y por el proyectado por el arquitecto Renzo Piano.
Es asombroso como en un espacio relativamente reducido se puede contemplar buena parte de los hechos más determinantes de la historia de Europa de los últimos 150 años y sus heridas.
Ambos proyectados a finales de la última décadas del Siglo XX, eliminando la mayor parte del muro que dividío la ciudad a lo largo de su segundo periodo. Aunque todavía se conservan algunos tramos que sirven como lienzos de expresión urbana o como expositores de exhibición. Los cuales conparten espacio con obras de arte contemporaneo de artistas de Koontz, di Suvero o Haring.
Poco tiene que ver con la que a finales del Siglo XIX se construyó en las afueras de una ciudad, que se encontraba en plena expansión y que era producto de lo que sería conocido como el milagro aleman. Periodo de bonanza y prosperidad económica que desembocaria en la declaración de la Primera Guerra Mundial a mediados de la segunda decada del Siglo XX.
Un pasado del que apenas quedan restos, al menos perceptibles, a no ser que se cite que las bicicletas han vuelto a inundar sus calles, hábito muy común en aquella epoca. Cuando buena parte de la población sustituía el tiro de caballos por la bici o el incipiente tranvia.
Ya de camino a nuestro primer alto en el camino situado en la Brandenburg Gate, repararemos en la presencia de lo que fue el Hotel Kaiserhof. Lugar emblemático aunque poco visitado, conocido por haber sido el lugar de encuentros de los oficiales nazis en el prólogo de la II Guerra Mundial.
Procurando a la vez mirar al suelo de vez en cuando para poder encontrar algunos de los nombres grabados en la acera, que hacen referencia fundamentalmente a luminarias del cine alemán como la Oscarizada Marlene Dietrich. Que aunque de forma modesta supone un homenaje a su singular cinematografia.
Paseo en el que ambos calles de la avenida tendremos la oportunidad algún de tomar refrigerio, a pesar del que el paseo hasta la Brandenburg Gate es relativamente corto. Por lo que es recomendable esperar a ver, los que quizás sean la serie de arcos mas simbólicos del mundo, para después sentarse a almorzar algo.
En tan sólo cuatro paradas y poco más de veinte minutos a pie puedes trasladarte y ser protagonista de diferentes épocas y eventos históricos acaecidos en el viejo continente.
Y es que este iconico monumento construido durante la regencia del monarca prusiano Federico Guillermo II en el Siglo XVIII. Se trata de una construcción Neoclasica que fue concebida con el noble propósito de representar la Paz. Por lo que fue bautizada con la Puerta de la Paz. Título que contrasta con los acontecimientos de los que ha sido testigo mudo.
Caracterizados por numerosas revueltas y algún paseo triunfal como consecuencia de la victoria sobre Napoleón, hecho por el que se modifico la cuadriga que preside el arco central. O Cuando el Los nazis subieron al poder, que usaron la puerta como símbolo de exaltación de sus "principios" arios.
La puerta sobrevivió a la WWII a pesar de la magnitud de los daños producidos, aún estaba en pie entre las ruinas de Pariser Platz en 1945. Una cabeza de caballo de la cuadriga original sobrevivió, y hoy se conserva en la colección de la Museo de Arte Moderno. Otra andecdota que merece la pena citar es la visita que recibió en plena guerra fría por parte de John Fitzgerald Kennedy en 1963.
Se cuenta que tras acercarse a saludar a los soldados que estaban sirviendo en el Checkpoint, saltándose el protocolo consiguió llegar a la plaza. Al percatarse los soviéticos de su presencia procedieron a desplegar unas enormes lonas con el propósito de evitar que pudiera mirar al otro lado de los arcos.
Una efimeride que nos acompañará hasta nuestra penúltima parada, un lugar en principio anodino por su uniformidad estetica. Pero cuya percepción se modifica instantáneamente al conocer sus motivaciones, resultando cuando menos peturbador.
Y cuya atmósfera nos puede llegar a conmocionar. Curiosamente se trata de una obra que es fruto de la colaboración del arquitecto Peter Eisenman y el ingeniero Buro Happold, una obra racional que representa la sinrazón y que fue inaugurada en 2005. Sus 2711 bloques o losas situadas a diferentes alturas se proyectan en el espacio de forma monótona constituyendo un lugar de duelo y memoria. Cuya presencia nos recuerda la barbarie a la que fue sometida la comunidad Judia en los campos de extirminio.
No estando exento de controversia debido a que una de las empresas concesionarios, Degussa, fue designada para proveer el material que evitará los actos vandalicos en el conjunto monumental. Resulta que albergaba antecedentes que vinculaba su actividad con las autoridades nazis. Más concretamente con la fabricación del Zyklon B, el gas que se filtraba en las cámaras de gas.
Ahora, quizas, si es el momento de distraer la atención reponiendo fuerzas antes de finalizar este "breve" pero intenso paseo. Dependiendo del horario puede tocar almorzar o merendar, en todo caso contamos con una amplia oferta con la que poder satisfacer nuestro apetito. Que va desde la tradicional salchicha con curry y guarnición de patatas conocida como currywurst hasta algo más ligero y dulce como los bretzels o los omnipresentes Berliner Pfannkuche (donuts rellenos de chocolate o caramelo).
Lo suficiente como para afrontar nuestro destino final que se situa en el Reichstag, un edificio de corte neorrenancista que se encuentra emplazado en la Königsplatz o (Plaza de la Republica). Finalizado en su primera versión en 1918 entre sus muchos alicientes cuenta con una biblioteca que alberga más de 260000 volúmenes entre ellos incunables de dramaturgos como Goethe.
Pero lo que más llama la atención es su entereza no habiendo sucumbido a la casi interminable sucesión de bombardeos aliados, los que redujo prácticamente a escombros el distrito de Mitte. Aunque unos años antes en 1933 ya sufrió un aparatoso siniestro, que aunque fue deliberado todavía a día de hoy esta sin esclarecer. Lo que si es un hecho constatado es que el emergente partido Nazi, logro utilizar este incidente para que se emitiera un decreto de urgencia por el que se restringia el régimen de libertades del que gozaba el ciudadano alemán hasta la fecha. Liberado en abril de 1945 todavía conservamos en la retina la polémica y casi mitológica foto de Evguéni Jaldéi, instantánea en la que aparece un soldado soviético alzando la bandera con la hoz y el martillo sobre el edificio del Reichstag.