Que tras casi una decada asolado el pais, si antes de iniciarse el conflicto mayoritariamente y casi en exclusiva apenas podíamos citar la ciudad de Damasco como capital del estado arabe.
Pero que sin embargo esta ultima, es la tercera ciudad del país por numero de habitantes y que tras mas de siete años de enfrentamientos ha quedado practicamente reducida a escombros, presentando un paisaje desolador que ahora toca reconstruir, proceso que se puede completar desde diferentes ópticas.
Siendo uno de los planteamientos mas interesantes el aportado por la arquitecta Marwa Al-Sabouni, perfecta conocedora del terreno que pisa, pues no en vano ha nacido en la ciudad residiendo la mayor parte de su vida en el distrito de Baba Amr.
Estableciéndose un vinculo muy fuerte con el paisaje cuya destrucción ha contemplado in-situ, convirtiéndola en un testigo de excepción. Experiencia cuyo efecto traumático ella ha canalizado a través de una teoría arquitecto-urbanística.
Cuya tesis parte de una interrogante consistente en la exploración de la idea de como todos y cada uno de los elementos que forman parte del espacio publico, tanto por separado como de forma conjunta puede influir emocionalmente para que en un contexto de violencia generalizada.
Como es el de una guerra se pueda potenciar actuando como detonante de una situación donde las dinámicas generadas a raíz de un determinado conflicto se exacerben, o en sentido contrario como la arquitectura y el diseño posean la capacidad para reducir la carga de violencia en la atmósfera.
UNA CIUDAD PACIFICA QUE APUESTA POR LA CONVIVENCIA DUAL
Reflexiones que manan de experiencias vividas en carne propia tanto a nivel humano como profesional, y que ha reunido Marwa en un libro, que bajo el titulo de The battle for home the vision of a young architect in Syria (2016). Analiza mediante diferentes escenarios.
Como el entorno y los elementos que lo componen puede afectar a la percepción de la persona y su estado emocional, como por ejemplo como algo tan cotidiano como las señalizaciones de trafico, que sirven en principio y exclusivamente para ordenar de forma cívica la conducta de los conductores y peatones dentro de la esfera de lo publico.
Y como en este ámbito de lo común independientemente de que las circunstancias sean mas favorables o no para que se puedan aplicar estrategias encaminadas a resolucion de conflictos de forma pacifica, se puedan establecer relaciones donde la coerción producida por el entorno urbano, condicione el comportamiento de los sujetos o su estado de animo en un sentido positivo.
Esta vía en esencia la de la violencia generada a partir de factores relacionados con las caracteristicas del espacio, ya cuenta con una amplia bibliografia, aunque quizás el texto que de forma mas fundamentada y detallada alerto sobre cuales eran las propiedades que debía reunir un lugar concreto para que propiciara una situación que incitara a la violencia.
Fue el redactado por el sociólogo y matemático noruego J. Galtung, que en su informe titulado Triángulo de la violencia, texto esclarecedor denomina como violencia cultural, aquella que sustenta y alimenta los otros tipos de violencia: la violencia estructural, y la que se proyectan desde las instituciones sosteniendo las injusticias, independiente de su contexto y magnitud.
Describiendo una relación toxica en las que los diferentes actores que participan se retroalimentan, y que Marwa de forma elocuente utiliza para elaborar una practica arquitectónica cuyos ingredientes principales se nutre de diseños y formas locales poniendo acento en la introducción de un enfoque feminista del diseño y planificación urbanistica.
Conceptos incluidos en el libro a través de una colección de bocetos realizados a mano por la autora, cuyas ilustraciones se componen de elementos constructivos que se basan en valores donde la mutualidad y la equidad estructuran un espacio abierto y colectivo que es articulado de forma transversal.
Como el entorno y los elementos que lo componen puede afectar a la percepción de la persona y su estado emocional, como por ejemplo como algo tan cotidiano como las señalizaciones de trafico, que sirven en principio y exclusivamente para ordenar de forma cívica la conducta de los conductores y peatones dentro de la esfera de lo publico.
Y como en este ámbito de lo común independientemente de que las circunstancias sean mas favorables o no para que se puedan aplicar estrategias encaminadas a resolucion de conflictos de forma pacifica, se puedan establecer relaciones donde la coerción producida por el entorno urbano, condicione el comportamiento de los sujetos o su estado de animo en un sentido positivo.
Esta vía en esencia la de la violencia generada a partir de factores relacionados con las caracteristicas del espacio, ya cuenta con una amplia bibliografia, aunque quizás el texto que de forma mas fundamentada y detallada alerto sobre cuales eran las propiedades que debía reunir un lugar concreto para que propiciara una situación que incitara a la violencia.
Fue el redactado por el sociólogo y matemático noruego J. Galtung, que en su informe titulado Triángulo de la violencia, texto esclarecedor denomina como violencia cultural, aquella que sustenta y alimenta los otros tipos de violencia: la violencia estructural, y la que se proyectan desde las instituciones sosteniendo las injusticias, independiente de su contexto y magnitud.
Describiendo una relación toxica en las que los diferentes actores que participan se retroalimentan, y que Marwa de forma elocuente utiliza para elaborar una practica arquitectónica cuyos ingredientes principales se nutre de diseños y formas locales poniendo acento en la introducción de un enfoque feminista del diseño y planificación urbanistica.
Conceptos incluidos en el libro a través de una colección de bocetos realizados a mano por la autora, cuyas ilustraciones se componen de elementos constructivos que se basan en valores donde la mutualidad y la equidad estructuran un espacio abierto y colectivo que es articulado de forma transversal.
Reconocida a lo largo de 2018 con diferentes premios como una precursora de una arquitectura mas integradora y con fines pacifistas, la arquitecta Marwa Al-Sabouni esta contribuyendo ha redimensionar el diseño arquitectonico desde una perspectiva mas humana y comprometida con valores como el dialogo y la convivencia.
_edit_188822180547080.png)
_edit_8099193296908.jpg)
