El artista con sede en Londres Quayola fusiona lenguajes narrativos como la videoinstalación, las geometrías o la música electrónica, con artistas flamencos como Rubens o del renacimiento como Caravaggio.
Con otros mas recientes en el tiempo y contemporáneos entre los que se podría citar a Kandinsky, Paul Klee o Oscar Fischinger. Produciendo artefactos audiovisuales donde el color producto de la mezcla de pigmentos con las que se crearon algunas de las obras, mas la historia del arte.
Se pixelan adoptando un formato gráfico donde se incorpora el sonido realizados con programas de edición digital como banda sonora. La materia en su obra se reinventa como escultura digital a través del tiempo. Dando como resultado una celebración de la materia misma.
La sustancia de todas las cosas físicas describe una articulación dinámica, continuación de un bloque sólido basada en formas primitivas. Una obra maestra que nació como el avant-garde
que se ha convertido en un icono clásico universal y ahora se considera el puente
desde lo clásico a lo moderno.
Esto provoca sucesos multimodales en la percepción de una obra ya conocida por el publico, que hace una relectura donde la obra se contextualiza como un fenómeno donde el sonido y el movimiento se añaden a lo estético, en una experiencia enriquecedora de una referencia artística conocida.
Las imágenes producidas ceden parte de su exclusividad relacionandose con la acción de la accionn que transcurre al dictado de la melodía interpretada a partir de una partitura digital. El software ofrece un control con más de quinientos parámetros visuales diferentes, así como algoritmos para la creación de cientos de tonalidades diferentes complementando la paleta de colores como herramienta de trabajo.