Las experiencias pop-up (temporales), cada vez son mas frecuentes, se trata de iniciativas que aprovechan espacios o materiales, para darles una utilidad concreta durante un determinado intervalo de tiempo. En el caso del comedor Richmond, desarrollado por los estudios de arquitectura y diseño Foolscap y Right Angle, es el encargo del dueño de un edificio, que en breve lo demolera, para construir una torre de apartamentos. Pero que antes ha querido compartir con la comunidad las viejas instalaciones, dándole un contenido lúdico y social.
Se trataba de transformar una antigua fabrica de pianos, que en su ultima etapa habia albergado los estudios de una cadena en de televisión en la ciudad de Melbourne (Australia), en un centro destinado a realizar diferentes actividades con el propósito destinadas a enriquecer la vida de los miembros de la comunidad, muchos de ellos antiguos trabajadores de la fabrica, o de su descendencia, que han tenido la oportunidad de vivir el espacio donde han desarrollado su vida laboral de forma diferente.
Cada fin de semana decenas de familias se dan cita en The Richmond Weekender en los antiguos platos del Canal 9, ahora se puede degustar una delicioso menú cocinado, con los ingredientes que se cultivan en la parcela que recorre paralelo a la tapia, o deleitarse con los trabajos que han filmado los estudiantes de imagen de la ciudad, y que pasa en lo que era la sala de visionado. El primer fin de semana este proyecto atrajo a más de dos mil visitantes, lo que desbordo todas las previsiones de los organizadores, que ya han recibido nuevas propuestas para realizar proyectos similares.
Los tres espacios han sido enfocados de manera holística, por lo que el lenguaje estructural y la paleta de materiales se repite en todas partes. Uno de los objetivos clave para el diseño se ha ocupado de la fenomenología o la experiencia sensorial, y la forma en que interactúan con el espacio, estos entornos temporales deben ser lugares que exaltan y dan vida al usuario final.Como no podía ser de otra forma los materiales, que se han empleado en el diseño y decoración interior de las diferentes salas, son de origen renovable. Así como los que se emplean en la elaboración de los productos que el visitante puede adquirir en el mercado de artesanos. Mesas y bancos construidos a partir de andamios, tableros y listones de madera proporcionan el café un aspecto rustico pero acogedor, consiguiendo que el visitante se sienta como en casa.