Nadie viendo la fachada circular del edificio diseñado por el estudio de arquitectura de Akinari Tanaka, diría que en sus instalaciones se atiende a pacientes que acuden para evaluar el estado de su estado bucal.
Se trata de un edificio sobrio cuyo exterior laminado en color azul ceniza y ondulado, le da un aspecto elegante, en contraste con el reflejo del azul que proyecta el cielo sobre el jardin de estilo zen que hay en la parte posterior del edificio.
Operativo desde 2.007, su ubicación la encontramos en la ciudad japonesa de Aichi. Su aspecto taciturno queda en impresión parcial, cuando el usuario accede a la recepción. Un espacio diáfano inundado por la luz natural que se cuela por una gran abertura situada en uno los extremos del techo y que cubre un tercio del mismo, contando con una leve inclinación de diez grados para facilitar su ventilacion y mejorar sur rendimiento térmico.
El enfoque del proyecto esta inspirado en los campos de arroz que dominan el paisaje circundante, que sublima su status visual, erigido en uno de los laterales de un cruce de carreteras. El blanco del interior alternado con grandes ventanales le otorga sensacion de amplitud y serenidad, elementos que conjugan con el mobiliario interior donde se ha buscado la comodidad y la accesibilidad tanto del personal como de los pacientes que esperan en consulta a ser atendidos.
Esa armonía se respira en cada instancia, agua y luz, exterior-interior, la inercia del discurrir del tiempo y lo orgánico que continua en ciclos infinitos.
Fabricado con materiales elaborados obtenidos de los residuos generados en las numerosas plantaciones de arroz y papel reciclado, que después de ser tratados, cobran una nueva vida como elemento constructivo. Estamos ante una estructura compacta y funcional determinada por el territorio donde esta ubicada y del que adquiere su singular personalidad.
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