Aunque a medida que se desciende a latitudes mas septentrionales los efectos del cambio climático se vuelven mas benignos, los casquetes que forman el Polo Sur se están convirtiendo en el laboratorio perfecto.
Donde poder estudiar algunos de sus efectos sobre el medio-ambiente y los diferentes ecosistemas que lo componen. Cuando el 25 de Noviembre del año pasado zarpo del puerto Sudafricano de Ciudad del Cabo el buque oceanográfico Akademik Tryoshnikov, con una tripulación compuesta predominantemente por un equipo interdisciplinar formado por personal científico.
Los objetivos planteados en las semanas previas de preparación de la Antarctic Circumnavigation Expedition (ACE), ya auguraban algunos de los peores augurios relacionados con la alteración tanto de la fauna como de la flora marina. Como consecuencia de la acidificación del mar provocado por el calentamiento global.
Y que se pudieron constatar en todas y cada una de las escalas que componía esta travesía, que a lo largo de los tres meses siguientes circunvaloraron la totalidad de la Antartida. Siendo la primera expedición polar inminente científica que completaba este viaje épico.
Compuesto por una diversidad programas tan ambiciosos como el SORPASSO, en cuya elaboración ha participado instituciones de todo el mundo. Teniendo como propósito principal estudiar la distribución de las trazas de gases de efecto invernadero y partículas contaminante supendidas en el océano y que son de especial interés cientifico.
Finalizada hace poco mas de dos meses, la expedición científico (ACE) cuya tripulación ha bordeado por primera vez en su totalidad el continente helado de la Antártida. Aparte de la importancia de su labor estudiar y registrar los datos con los que poder valorar el estado de los diferentes habitats que lo componen. Se ha convertido en un referente de como a partir de un binomio formado por el conocimiento y la investigación se pueden crear vinculos donde la convivencia, la fraternidad y los valores humanos y medio-ambientales prevalezcan como nexos de unión universales.
Debido a su determinante influencia en el equilibrio de la química atmosférica y el clima. Esta expedición pionera en su concepción científica, además ha fomentado entre los participantes de la expedición cuya cifra asciende a 55 investigadores sin contar a los miembros de la tripulación.
El espíritu de aventura y desafió frente a lo desconocido que guiaba a los grandes expedicionarios del finales del Siglo XIX, en su afán por conquistar el centro de Polo Sur geográfico.