Nomada Q : bioarte

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Realizada con motivo de las actividades de la Ciudad Europea de la Cultura 2.016, cuya sede ha recaido en la ciudad polaca de Wroclaw. La instalación titulada Infinite se inspira en la forma que completa un bucle de símbolo.

Creada por el artista Adam Kalinowsk, la pieza cuya estructura esta divida en diferentes alturas ha sido instalada en una de las plazas mas céntricas de la ciudad. Donde aparte de cumplir un función estética se integra en el espacio publico como parte del mobiliario urbano.

Distribuidas en terrazas que van de mayor en la base a menor desbordan en la parte más elevada, diferentes especies de plantas seleccionadas. Por su capacidad para adaptarse al patrón climatológico que se respira en la ciudad e integrarse en el entorno en el que actua.

Montada sobre un armazón fabricado en hierro forjado se trata de una intervención de carácter especifico que representa la casi infinita capacidad de la naturaleza para renovarse. La idea es construir una estructura que interactúe con el entorno. Las plantas parasitan la estructura.

Infinite es una intervención que resalta la importancia de preservar nuestro entorno urbano, armonizandolo con nuestra necesidad de crear espacios verdes, que conserven el equilibrio en el paisaje y simetría de la ciudad.

Que representa que se transforma debido a que se anidan formas orgánicas de vida. El concepto de una escultura viva incluye plantas, que se colocan sobre la estructura en capas. La estructura se coloca entonces en la esfera pública. Esto requiere solo riego y algo de monitorización que puede ser proporcionada incluso por espectadores o voluntarios. Este esfuerzo puede producir un tipo de ritual público, inculcando el sentimiento de empatía y un sentido de responsabilidad dentro de la comunidad.

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Alrededor de hace dos años se perpetro uno de los atentados mas importantes de los que se ha producido en Europa, desde que finalizara la segunda guerra mundial.

En la isla de Utoya, una de las numerosas islotes que suelen ser lugar de ocio y esparcimiento. Donde miles de noruegos se suelen acercar con sus familias y amigos, con el sano propósito de disfrutar de sus increíbles paisajes y variedad de fauna y flora. Un francotirador oculto entre la maleza disparo indiscriminadamente contra los miembros de una comunidad escolar, produciendo la muerte de 77 victimas mortales, mas los numerosos heridos y sus secuelas.

Con el doble propósito de crear un mausoleo donde honrar a sus familiares desaparecidos y denunciar la barbarie y la irracionalidad del fanatismo ideológico. El artista con sede en Estocolmo Jonas Dahlberg, propone simbolizar todo ese horror mediante una enorme incisión que corte el promontorio próximo de Sørbråten dividiendolo en dos.

Titulado Memory Wound (herida en la memoria), esta colosal intervención sobre el terreno abriría un enorme caudal de agua modificando el paisaje y su significado. Adherido a una de las un mirador permitiría contemplar el lugar donde se cometió el atentado.

El monumento pretende ser un espacio de encuentro, que ofrece las condiciones óptimas para el diálogo y la interacción a través del duelo y la reflexión. El lugar en sí transmitirá la topografía específica que existe como un reflejo de la vida en medio de la pérdida, la curación, la memoria y un futuro en paz.

Pese a la aparente pasividad de los arboles. Si te acercas puedes darte cuenta de la enorme actividad que supone para su entorno, y de las muchas y diferentes especies tanto de flora como de fauna que dependen de su actividad.

Realizadas desde 2.006 el proyecto artístico ejecutado por el estudio de arte Zonenkinder. Pretende humanizar el entorno natural a través del arte. Las tallas cuya localización se encuentran en diferentes bosques situados en países europeos, actúan como totems que enriquecen el paisaje y la diversidad de ecosistemas que existen en Europa.

El proyecto The Tree Project, reune un conjunto de esculturas y tallas donde la expresividad provocan diferentes reacciones emocionales, creando una complicidad con el espectador que se identifica estéticamente con la representación que contempla.

Abordando el entorno natural como un espacio creativo piezas con las que reflexionan sobre una diversidad de temas en los que vinculan la naturaleza e identidad y, por ende, sobre nuestras relaciones Animal-Humano explora cuestiones como el consumismo y de como afecta a la naturaleza.

Fundado Berlin en 2003 por la pareja de artistas Carolin & Philip, sus árboles turnando son producto sin embargo de una paradoja estilística. Ya que a pesar de que sus intervenciones tienen el espacio natural como campo de acción sus raíces y referentes creativos estan en referentes como la cultura del hip hop, el graffiti, el arte urbano, el punk, el anime o el Pop Art.

Desde los años noventa han participado en la cultura del graffiti y el tecno, y se encuentran entre los pioneros del graffiti narrativo figurativo y el arte urbano en Alemania. Tras trasladarse a Hamburgo ciudad en la que finalmente se han instalando, implicando en movimientos activistas en las que la expresión urbana tiene como objetivo crear conciencia social.

Realizadas en una variedad de superficies como lienzos y fachadas con las que construyen pinturas narrativas figurativas, esculturas e instalaciones al aire libre con las que han creado su propio lenguaje. Su trabajo de estudio se centra en reflejar el impacto de la vida humana en la naturaleza, y cuestiones sociológicas vinculadas a nuestro estilo de vida y los efectos en relación a la crisis climática así como la explotación animal por la que exterminan millones de animales en mataderos gestionados por la industria carnica.

Todos los elementos que forman parte de la naturaleza se definen además de por conservar una herencia biológica, por cuardar cierta simetría y proporción observadas en su volumen y forma.

Condiciones que ya en la antigua Grecia se consideraban como cualidades que definína la belleza tanto de las deidades como de los humano. Propiedades que te convertían inmediatamente en objeto de veneración o admiración por tus semejantes.

El artista Ludovic Fesson interviene sobre el paisaje incorporando como rasgo reconocible de su obra destacan las geometrías en sus esculturas orgánicas. La mayor parte de ellas realizadas en un entorno acuático, algo que no es muy habitual en los artistas de Land Art.

Pero lo realmente sugerente en sus instalaciones es que las estructuras que reproducen formas que se observan en la naturaleza, conviven con la simetría producto de la proyección que provoca el reflejo sobre el agua. Causando un efecto que aunque efímero como la obra te transmite cierto sosiego.

En el límite entre la realidad y la reflexión sus esculturas tienen por objeto el efecto de la pérdida medio-ambiental. Las imágenes que crea aparecen como formas geométricas flotando, pudiendo representar las puertas a otra dimensión o extraños animales desconocidos.

Realizadas con materiales extraídos de su entorno natural como ramas, tocones, vainas o raíces. El artistas con sede en la localidad francesa de Jargeau. Nos describe mediante la utilización de tipologías arquitectónicas esculturas naturales que se caracterizan por su delicada sobriedad y sencilla comprensión. Inspirado por los grandes artistas del Land Art como Andy Goldsworthy y Nils Udo, crea instalaciones sobre la superficie del agua como espejo desdibujando la línea entre la realidad y la ficcion.

Nuestro entorno natural ha sido hasta relativamente poco tiempo sin distinción ni perjuicios el hilo conductor, a partir del que hemos diseñado nuestra realidad amoldándola al imaginario colectivo que hemos heredado.

Y que desde el inicio de la civilización ha adoptado múltiples formas estéticas que han definido una época concreta. Relación entre el ser humano y el medio natural, en la que sin embargo ha mantenido una constante, una variante que nunca ha variado en la ecuacion.

Y que se podría definir con el término de saqueo, o depredacion del medio por parte del humano. Que casi ha percibido el planeta que lo cobija como un entorno que le pertenece o que en otro sentido le resulta desafiante o simplemente amenazador.

Por lo que independientemente del contexto y de las características del territorio que se ha propuesto habitar. Simplemente opta por activar una respuesta que se reduce a tratar de dominar el paisaje y sus propiedades por todos los medios.

El artista Holandés Karin van der Molen, realiza proyectos escultóricos donde las referencias étnicas y el tratamiento orgánico de los materiales empleados, representan un constructo donde las practicas ancestrales de construcción.

Se combinan con criterios artísticos, trazando una tenue frontera entre lo material y lo funcional o lo meramente contemplativo. En su obra, realizada en su mayoría parte para exterior, espacios abiertos donde se siente más comoda.

Algo que se transmite en sus instalaciones, que evocan rituales del pasado y metodologías arquitectónicas. Con las que redibuja el paisaje donde se asientan, hasta que debido al paso del tiempo se degradan volviendo a la tierra donde se diluyen.

Convirtiendo en humus con el que abonar el terreno el cual embellecen de forma temporal. Intervenciones de Land Art que debido a la naturaleza biodegradable de los materiales que recolecta de los bosques, formados por especies como el sauce o la haya muy comunes donde reside.

Inspirado en formas celulares el conjunto de esculturas que forman Synthetic nature emulan la vieja aspiración del ser humano de crear entes artificiales a partir de patrones naturales.

Firmadas por el arquitecto con sede en Londres Vlad Tenu, las instalaciones representan formas orgánicas y su pauta de auto-organización. Mostrandonoslas desde una óptica creativa y una narrativa estética cuya atmosféra evoca la lírica del lenguaje corporal.

Siguiendo el modelo taxonomía biológica, la colección desafía la noción de artefacto a través de la creación de un conjunto de especies que se inspiran en el diseño morfológico que se podemos identificar cuando se observa una muestra de tejido tisular a través de la lente de un microspio.

Explorando sus cualidades espaciales, efectos materiales y la complejidad volumétrica a través de geometrías de superficie continua y su exposición a su entorno, Vlad reproduce su propia versión de lo que según su percepción es la unidad esencial a partir de la que se constituye cualquier inicio de vida viable y verosimil.

Su complejidad y fragilidad estética y funcional contrasta con la solidez de los materiales en su elaboración, pudiendo el espectador intuir en sus formas la disciplina en su estructura biológica y la belleza que encierra su simetría y proporción arquitectónica.

Vlad Tenu es un arquitecto rumano-británico afincado en Londres. Es conocido por su enfoque interdisciplinar del diseño y la arquitectura, que se propone reinventar la artesanía a través de un enfoque digital. Constante que se observa tanto en el ámbito artístico como en sus diseños arquitectónicos como pabellones de exposiciones y soluciones pop-up.

Su obra es una continua investigación sobre el rendimiento del espacio, la escala y las capacidades y propiedades de los materiales empleados. Diseños cuyas formas se basan en los mecanismos biológicos subyacentes de la naturaleza, siendo una fusión simbiótica de arte y ciencia en la que intervienen conceptos matemáticos y formulas algorítmicas.