Siempre ha existido por parte del ser humano el sueño de transformar la aridez del desierto en un vergel exhuberante, sustituir las dunas del desierto por frondosos bosques.
La esterilidad de sus suelos areniscos por tierras cultivables que transformen unos terrenos improductivos. Fenómeno que se esta acentuando debido a los efectos del cambio climático,
Ampliándose el territorio desertico, realidad que esta poniendo al borde de la extinción a ecosistemas enteros. En su lugar crear las condiciones óptimas para regenerar la cubierta de nutrientes favoreciendo la recuperación fertil del suelo y su productividad biológica.
El proyecto The Sahara Forest Project se plantea en este contexto adverso, con el objetivo de revertir el avance del desierto. Fruto del acuerdo suscrito por los países de Jordania y Noruega, se trata de una idea que comenzo a gestarse en 2.008.
Cuando el arquitecto Michael Pawlyn, el diseñador Charlie Paton, y el ingeniero Bill Watts a los que se les unió la Fundacion Bellona. Una organizacion no gubernamental con sede en Oslo, los que presentaron el proyecto a las autoridades de Jordania que tras estudiar su viabilidad aprobaron una comisión conjunta.
Con el proposito de iniciar los trabajos previos a la construcción del proyecto. Ocupando una franja costera de 200.000 metros cuadrados ampliables en sucesivas fases hasta completar los 2.000.000 de metros cuadrados urbanizables.
Superficie perteneciente al limite municipal de la ciudad jordana de Aqaba localizada en las proximidades del Mar Rojo, en lo que pretende ser el mayor proyecto sostenible emprendido por la humanidad en su historia.
Entre las actuaciones que contemplan el proyecto, que si todo va según los plazos establecidos entrara en funcionamiento a partir de 2.015. Esta la construcción de una desaladora para potabilizar agua extraída del mar y volcarla posteriormente a la red de regadío con la que abastecer de agua a los cultivos de hortalizas y masa vegetal que se extenderán miles de hectáreas en el interior del desierto del Sahara.
En el ambicioso proyecto, donde todo está interconectado, invernaderos de agua salada, dedicados al cultivo de algas y vegetales, desalar el agua de mar transformándola en agua dulce. La energía solar concentrada proporciona electricidad para hacer funcionar las instalaciones.
La reforestación del desierto garantizará la producción de alimentos, agua dulce y biocombustibles, ademas de la energía producida a partir de fuentes de origen renovable.
El aire húmedo y fresco en los invernaderos contribuye a bio-climatizar creando unas condiciones optimas en el interior que permita un crecimiento satisfactorio en términos medio-ambientales. Mientras que la condensación y el vapor de la planta garantizará el crecimiento constante.
Tanto, el agua dulce que se utiliza para cultivar las zonas circundantes secas, así como para proveer de agua a la planta de energía solar concentrada. La que requiere grandes cantidades de agua. Además, el cultivo de algas proporcionara la biomasa necesaria, que puede ser utilizada para producir energía o los alimentos.
En esencia, este conjunto de soluciones bio-tecnologicas son objeto de un uso en un enfoque combinado. Los procesos que se inician se fortalecen mutuamente, además de las ventajas puramente ambientales, el proyecto ofrece un potencial comercial enorme.