El arquitecto y diseñador con sede Zúrich Rafaa, ya tuvo la oportunidad el sistema de intercambio de bicis en el transcurso de la conferencia del año pasado Internacional sobre el clima en Copenhague. El sistema consiste en una intervención integral arquitectónica en el casco urbano. La mayor densidad del transporte privado lo convierte en insostenible en la era post-petróleo, lo que provocara que el costo del transporte se incrementará dramáticamente. La solución está en la deversificación de los medios de transporte limpios, así como en la búsqueda de formas alternativas en los desplazamientos.
New Bike Share System es un primer paso en la dirección correcta que se ha hecho mediante la ampliación de la red existente, extendiendo los carriles para bicicletas en los suburbios. Además, también existe una red de 13 rutas de bicicleta de carretera para los viajeros de bicicletas en planificación, que conectarán los barrios con el centro de la ciudad. El sistema de bicicletas compartidas debe integrarse en este concepto para crear sinergias con otros medios de transporte público e individual. Convirtiéndose en una parte integral de una movilidad global y la política energética.
New Bike Share System, debe convertirse en algo más que un sistema de transporte. Se trata no sólo el problema de los stocks y los flujos de personas, sino el de añadir un valor extra a la facilidad del uso de la bicicleta. New Bike Share System se convierte en una parte integral de la ciudad. Las bicicletas funcionan como sensores e informar al sistema acerca de todas las incidencias que suceden en la vía publica, de modo que el sistema puede reaccionar de acuerdo con la situación planteada.
Para este propósito las bicicletas están equipadas con GPS und W-Lan, por lo que están conectadas a un centro de control informando al sistema acerca de su posición y estado. La protección de la privacidad es un asunto que tiene que ser tomado en cuenta en el proceso. Para aumentar el número de pasajeros que viajan en bicicleta de 37% a 50% para el año 2015, aprox. 25.000 bicicletas tienen que ser integradas en el tejido urbano, este volumen se necesita por lo menos 20.000 m2 de espacio de almacenamiento. Un alto riesgo de sobrecarga de las plazas en calles y estaciones de Copenhague. Por lo tanto, el objetivo es reducir la "contaminación visual" siempre que sea posible.
Las estaciones están a ras suelo para reducir la contaminación visual. Con este modelo se unifica la trama urbana ya existente, que se ha creado en los últimos años, con los nuevos elementos de mobiliario urbano. Las estaciones se convierten en una parte integral de la reducción del apilamiento de bicicletas. Las baterías se cargan y la información se intercambia a través de un plug-in, que el lector de tarjetas tiene integrado en el manillar, lo que agiliza el proceso de alquiler de la bicicleta, automatizandolo.
Un canal de metal prefabricado, con todos los enchufes necesarios se incrusta en el pavimento existente y, posteriormente, se cubre con adoquines. El parking tiene un carril de deslizamiento lateral, haciendo más fácil el aparcamiento. El módulo puede adaptarse con todo tipo de superficies. Una pequeña luz intermitente indica el estado de carga de las baterías o si hay unidades disponibles.