El Cernicalo, un ave rapaz cada vez más presente en nuestras ciudades

No hay nada como tener una experiencia in-situ para qué te haga tomar conciencia sobre algo que hasta ese momento, por la razón que sea te resultaba ajeno. Si ese acontecimiento además implica el alumbramiento de un ser vivo. 


Por el que una especie que está catalogada como de especial protección aumente considerablemente su población, mucho mejor. Y es que recientemente he tenido la oportunidad de rememorar uno de los episodios más felices que viví. 


Durante un aciago año 2020 marcado por la presencia de un enemigo imperceptible de cuya última variante (una mutación bautizada con el nombre de Omicron que está provocando en estos días que se aceleren los planes de vacunacion masiva dirigidos a una población cada vez más resignada.) Cuando en pleno confinamiento a mediados de abril. Uno de mis hermanos se dirigió a mi anunciandome que teníamos unos inesperados vecinos andando en una de las jardineras. 


De la vivienda donde resido en la actualidad, tras indagar en la red. Nuestras pesquisas coincidieron en que trataba ni más ni menos que de una familia compuesta por  seis crías de cernicalo y sus respectivos padres. 

Individuo adulto posando antes de iniciar su primer vuelo

Dos majestuosos ejemplares de este ave rapaz (que en rara ocasión se dejan ver por entornos urbanos), y que apostados en la cornisa de enfrente vigilaban a su prole. Mientras ojo avizor oteaban la superficie identificando algún insecto con el que poder saciar la demanda de nutrientes de sus ansiosos polluelos. 


Los cuales todos excepcionalmente salieron adelante transcurridos las poco más de seis semanas que en teoría precisa su crianza. En cuyo transcurso se convirtieron en el centro de atención casi exclusivo de mi familia, alrededor de cuya presencia giraba la mayoría de los temas de conversación. Las cuales versaban hasta ese momento alrededor del repentino confinamiento decretado debido a la expansion vertiginosa. 


Muy abundante en nuestros campos y cada vez más presente en entornos urbanos, el cernícalo destaca por su singular estilo de vuelo y por su exhibir una vista muy aguda. 


De una pandemia de la que apenas conocíamos algunos datos hasta su aparicion. Recibiendo a partir de ese momento un alubion de información de cuya emisión  y origen, más que esclarecer dudas, sólo conseguía que nos desconcerteramos aún más, siendo la presencia de los seis mochuelos de cernícalo, cuyo avistamiento en entornos urbanos es muy inusual un contrapunto a una situación presidida por la incertidumbre. 


Siendo una especie por cuyas características morfológicas y comportamiento precisa de grandes espacios abiertas donde poder prosperar,  Sus presas suelen ser pequeños mamíferos, fundamentalmente roedores, pequeños pájaros, reptiles, grandes insectos, gusanos y ranas. 

Pareja de cernícalos iniciando el cortejo para encontrar pareja

Por lo que se han convertido en un excelente depredador, en muchos de los campos de cultivo en las que sus colonias han aumentado de forma notable. Sustituyendo en mucho caso a los métodos de fumigacion basados en químicos que han sido adoptados como estándar para evitar la proliferación de especies parásitarias. 


Y cuya utilización está siendo altamente cuestionada por su alta toxicidad, lo que está provocando que cada vez más explotaciones, esten recurriendo a reintroducir  en sus hábitats naturales a esta majestuosa y noble ave. Cuyas pequeñas dimensiones comparadas con muchas otras aves rapaces. 


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La convierten en el candidato ideal a la hora de mantener los campos de cultivo limpios de vecinos incómodos. Habiendo sido avistado de nuevo en comarcas del Sur de Europa como en Tierra de Campos, en la provincia española de Palencia


Donde después de un periodo de tiempo en el que prácticamente había desaperecido, gracias ha diferentes programas de conservación, que a pesar de contar con muy escasos recursos, financiación y apoyo por parte de la administración. 


Están consiguiendo incrementar de forma sustancial el número de colonias, feliz acontecimiento que no sólo favorece que una de las poblaciones más seriamente diezmadas hasta hace relativamente poco se recuperen. Sino que su reintroduccion contribuye al reequilibrio de la meseta castellana y su ecosistema específico. Un hábitat que lejos de lo que pueda parecer presenta una diversidad muy rica, tanto en términos de flora como de fauna. 



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