La intervención está hecha en el contexto de una fascinación de Thomas por la vida como un fenómeno difícil de capturar en una situación no casual. Teniendo que recurrir a herramientas opticas muy sofisticadas.
Debido a las propiedades con las que se ha diseñado la escultura, brilla despertando la curiosidad de los espectadores que se aproximan tratando de averiguar a qué objeto u organismo obedecen las formas de la pieza.
Matices que sólo percibes si te aproximas a la instalación pudiendo ver sus detallados patrones. Con este propósito el contorno de la obra esstá iluminada con diodos LED integrados en el marco blanco.
Fascinado por la cualidad de la fluorescencia de la amoeba, un fenómeno muy raro en la naturaleza y que debido a su escala resulta imperceptible al ojo humano. Thomas reproduce desde la abstracción visual su funcionamiento mostrándonos su mecanismo utilizando un lenguaje artístico.
Thomas Medicus nacido en 1988, es un artista visual con sede en la ciudad austriaca de Innsbruck. La trayectoria de Thomas comenzó a ser conocida por sus cubos anamórficos. Exploración de las geometrías desde un enfoque artístico que ha combinado, enriqueciendo con otros campos como la ilustración, la animación, el arte digital, las vidrieras, la restauración y la conservación, así como el arte público. Aunque su vínculo con el arte se produjo cuando finalizo su formación como trabajador social. Trabajo que no ejerció incribiendose en la Glasfachschule Kramsach, una escuela de arte en vidrio, donde obtuvo un título de maestro vidriero.
RELACIONADO: Toshihiro Oki - Tree wood