Arne Quinze, formas anidadas en el vació de un paisaje crepuscular


Formadas por miles de travesaños y laminas apiladas aparentemente de forma arbitraria. Las instalaciones monumentales por su gran escala del artista belga Arne Quinze, emulan a la naturaleza tanto en su ejecución como en su estética. 

Elaboradas en madera cuyos extremos son apuntalados siguiendo un riguroso patrón, con el objetivo de conseguir su estabilidad estructural frente a los elementos climatológicos. Pero sin perder de vista el componente estetico de la propuesta.


Con este proposito en ocasiones añade juntas de acero con las que reforzarlas y resinas con efectos fluorescentes, con la que consigue que refulgan en la oscuridad destacando sus siluetas entre las sombras. Dejando a la instalación de un componente visual que aparte de embellecer el conjunto de la obra atrapa la atención del espectador.

La intervención Uchronia en mitad del desierto de Black Rock en Nevada marco un punto de inflexión en la carrera de Arne

Debido a que se tratan de instalaciones que debido a su magnitud, precisan de grandes superficies y espacios abiertos donde ser instaladas. Pero que a la vez estén protegidas por edificios, con los que evitar accidentes como los producidos con motivo de una muestra organizada en la localidad de francesa de Moms y que servía como prologo del calendario de actividades organizadas para celebrar su sede como capital cultural europea 2.015. 


Caos, relación con el espacio y arquitectura confluyen en intervenciones que actúan sobre el paisaje urbano tansformandolo en una experiencia visual de efecto masivo.
 

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Arne Quinze es un artista contemporáneo, pintor y escultor belga. Su obra abarca desde pequeños dibujos y pinturas, esculturas de tamaño mediano hasta instalaciones masivas. Quinze nació en Bélgica en 1971 y actualmente vive y trabaja en Sint-Martens-Latem, un pueblo cercano a la ciudad belga de Gante. Su carrera inicial en la década de 1980 como artista urbano. Desde sus inicios exploro la posibilidad de concebir el papel de nuestras ciudades como museos al aire libre. Su obra evolucionó rápidamente del arte callejero al arte público con temas recurrentes como la interacción social, la urbanización y la diversidad.


Lo que impulsa a Quinze es la creencia en la posible realización de una sociedad idealista donde todos los individuos se comunican e interactúan, con el objetivo de unir a las personas y empujarlas a un diálogo vigoroso. Las esculturas de Arne Quinze son el resultado de numerosos encuentros personales con la belleza desenfrenada de la naturaleza. Simbolizan su reflexión sobre las diferencias cada vez mayores entre la diversidad de la naturaleza y la expansión continua de las ciudades monótonas.


La gigantesca construcción de madera Uchronia, que él y su equipo construyeron en el desierto de Nevada (EE.UU.) para el festival Burning Man de 2006, puso de relieve su búsqueda de la coexistencia entre cultura y naturaleza. A esto le siguieron numerosas esculturas y exposiciones que incluían tanto grandes instalaciones como pequeñas pinturas y esculturas. 



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