Música y paisaje urbano, la intervención realizada por el estudio EMBT , en el casco antiguo de la ciudad de Lleida en España, resulta de combinar el arte del paisajismo mas elegante y las melodías del compositor que lleva su nombre. El resultado es un espacio verde que enriquece el espacio publico de uno de los barrios mas antiguos de la localidad. La plaza dedicada al músico local Ricard Viñés, transforma un área relativamente pequeña de terreno embelleciendo y contribuyendo a la revitalizacion del resto de la población, actuando su simbología y sutil urbanismo como onda expansiva de una actuación donde el tratamiento de la luz natural y la iluminacion artificial representan un papel relevante en la plantificación urbanística del entorno donde esta esta enclavado.
Aprovechando la remodelacion de la antigua plaza se ha construido un aparcamiento para coches en el subsuelo de cuatrocientas plazas, lo que ha supuesto la liberación de los 9.200 metros cuadrados sobre los que finalmente se actuado. Su trazado parte del diseño de un dédalo o laberinto, al que se van añadiendo los elementos que componen el mobiliario de uso publico. Este se integra a la trama urbana a través de dos paseos longitudinales y un tapiz verde que orienta a los transeúntes hacia el interior de la ciudad.
A pesar de que la etimología precisa no está clara. Se propone un espacio abierto con una pista de baile con un camino laberíntico guiando los pasos de la coreografía en torno a la figura central - una característica que genera y guía el movimiento de la danza, llenando el espacio de sonido envolvente con la vida. Las personas y el tráfico se mueve de manera diferente en la plaza Ricard Viñes, donde los peatones son la prioridad de la movilidad en la plaza.
La plaza está dividida por zonas verdes, un laberinto de árboles y arbustos que son visibles desde la carretera. Esta vegetación ayuda a organizar las actividades del barrio de ocio con bares, áreas de juegos infantiles, bancos y caminos peatonales. Las dos calles que desembocan en la plaza son peatonales, con pavimento de piedra natural, suavizados por la plantación de árboles nuevos y pequeños espacios verdes que marcan el ritmo de las entradas a los edificios residenciales. De un lado del círculo de una amplia fuente de luz se ilumina escultórica toda la plaza, lo que subraya tanto la idea de la comunidad que habita en un espacio público y el concepto de fiesta en la calle como señal de identidad colectiva. Una nueva escultura instalada en el centro del círculo se convierte en el hito que hace que este lugar se destaque del resto de la ciudad.