Los visitantes que por primera ven pasan el umbral del edificio que alberga el Museo Ruhr en la localidad de Essen en Alemania, son recibidos en el hall de lo que fue una antigua mina de carbón.
En su apogeo, la mina de carbón Zollverein (que era como se conocía en la comarca), y que fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 2001, quince años después de su cierre, se propuso un plan integral para recuperar uno de los primeros ejemplos de la modernidad en Alemania.
Con su prominente torre, erigida en 1930, la mina se ha convertido recientemente en un poderoso símbolo de la zona reconvertida del Ruhr y su intento por dejar atrás su pasado basado en la actividad minera e industrial. Como si Zollverein en sí no fuera suficientemente sugerente en términos arquitectonicos.
Una pasarela de cincuenta y ocho metros de largo se ha añadido para agilizar la movilidad exterior-interior. La pasarela adopta de esta forma un papel simbolico, que alude a los puentes de transporte de carbón en el complejo original, que fue diseñado por Fritz Schupp y Martin Kremmer.
La remodelación del antiguo lavadero de carbón y el complejo donde esta integrado, ha sido diseñado por el estudio de arquitectura HG Merz con sedes en Sttugart y Berlín. Siendo uno de los muchos proyectos que estan desarrollando en la región del Ruhr.
La prioridad fue optimizar el espacio con elementos estructurales que lo habilitaran como recinto expositivo, pero sin que por ello perdiera su antigua identidad. Que el visitante tuviera noción de que las diferentes salas que componen el museo asi como las dependencias administrativas.
Antaño había formado parte de uno de los complejos industriales más importantes de Europa. Esto exige métodos innovadores y de un cuidadoso proceso en la plantificación del espacio expositivo.
Con el fin de definir la primera y segunda planta HG Merz utilizo el blanco como color principal, elección que visualmente destaca sobre el color oscuro que queda en segundo plano. HG Merz se acercó de nuevo al lenguaje arquitectónico a través de tabiques blancos, la iluminación y unos acabados suaves con el fin de buscar el contraste en el edificio.
El punto de partida de los proyectos del estudio es siempre el nivel de contenido desde el que crean entornos significativos que permiten experiencias emocionales, intelectuales, entretenidas y contemplativas. Como una presentación de marca holística, museos y exposiciones son siempre el resultado de un proceso de diálogo que ayuda a identificar los objetivos específicos de cada proyecto.