A todos en alguna ocasión cuando eramos niños nos han contado un cuento para conciliar el sueño, relatos en apariencia inocentes que nos trasladaban a mundos ideales donde la bondad se acababa imponiendo a la maldad.
Pero curiosamente todos esos cuentos con moraleja que nos trataban de inculcar valores nobles, cuando por primera vez fueron redactados, sus autores originales no estaban pensando en un publico infantil como destinatario de lo que escribían.
Sino en un lector adulto, que era el que aquella había adquirido suficiente comprension en la lectura como para poder asimilar un texto legiblemente.
Fue ya entrado el siglo XX cuando lo que eran historias dirigidas a un publico adulto se transforman en tiernos cuentos con moraleja y final feliz consumidos por el publico infantil. De alguna forma la celebre fotógrafa Dina Goldstein pone las cosas en su sitio con la serie Disney Princesesses.
Una selección de composiciones donde además de cuestionar los estereotipos femeninos mediante los retratos que realiza de algunas de las mas famosas de las protagonistas de las versiones de aquellos cuentos, retistuye su verdadero significado o al menos le devuelve parte del contexto literario en el que y por el que fueron concebidos.
Goldstein crea un lenguaje visual matizado que coloca lo mundano y cotidiano en entornos inusuales para inspirar la comprensión de la condición humana. Goldstein comenzó su carrera hace más de 30 años como fotoperiodista, evolucionando de una fotógrafa documental y editorial a una artista independiente centrada en producciones a gran escala de cuadros de fotografía narrativa.
Su trabajo es un comentario social altamente conceptual y complejo; incorporando arquetipos culturales e iconografía del imaginario común colectivo con narrativas inspiradas en la condición humana. Apoyándose en el lenguaje visual del surrealismo pop, escenifica composiciones que exponen de la vida moderna, desafiando las nociones de influencia cultural y sistemas de creencias inherentes.