Michael Johansson, el arte compacto del objeto cotidiano




El artista conceptual Michael Johansson emplea como base la superficie de una figura geométrica, en la mayoría de las ocasiones un cubo rectangular y lo rellena de objetos seleccionados y  recogidos del vertedero, organizados en un orden escrupuloso.

Narrativas masivas que se observan en sus instalaciones tanto las realizadas  para exterior como las de interior, nos describe  a una sociedad marcada por el consumo. Realizando una critica implícita al afán que tenemos por acumular cosas,  como en el mal de Diógenes.

Guardamos todo lo que podemos hasta que nos deshacemos de ello, desbordados por espacios limitados y porque necesitamos seguir consumiendo, excitados por  un mercado siempre dispuesto alimentarnos de novedades, que la mayoría de las veces no son mas que sucedáneos,  argumentando un ciclo infinito en el que participamos irreflexivamente.


Obras impactantes visualmente que mantienen un patrón en su ejecucion. Propuestas muy descriptivas a la vez que lúdicas esteticamente, que te invitan a jugar pues poseen una dinámica muy intuitiva, que sugiere que dialogues con sus construcciones más allá de la observacion. Al estudiar el trabajo de Michael Johansson, una cuestión notable es lo bien que funciona su trabajo en diferentes contextos. 


Al igual que las esculturas creadas a partir de objetos cotidianos encajados formando imágenes de cubos u otras formas geométricas, incluso estas obras ofrecen la comodidad de pensar que es posible organizar nuestras vidas de otro modo tan caóticas


Incluso si eso es solo una ilusión. Sin embargo, estas esculturas tienen una forma diferente de ligereza debido a su construcción. No se trata de apretar objetos cotidianos. En su lugar, se ofrecen una serie de partes que, cuando se juntan, crean un objeto con identidad propia. Su trabajo es muy flexible.

El método artístico que ha encontrado funciona igual de bien en obras monumentales en espacios públicos, en galerías y en entornos abiertos.  el enfoque correcto lleve a la repetición y al estancamiento. Sin embargo, también puede conducir a habitaciones infinitas que nunca terminan y en las que hay una abundancia de cosas por descubrir y probar. Michael Johansson estudio en la Academia de Bellas Artes de Trondheim. Le quedaba un año de su BFA cuando comenzo a enseñar en la Academia y trabajar en su identidad creativa.



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