Una de las grandes incógnitas del vértigo era establecer su origen molecular, una de las vías de investigación que se están siguiendo es la que coordina bioquímico Carlos López-Otín que en un experimento realizados con ratones modificados genéticamente, mas concretamente el experimento que han realizado en la Universidad de Oviedo en colaboración con el Instituto de Oncología del Principado de Asturias. Ha consistido en inocular en ratones una autofagia reducida (La autofagia conjunto de moléculas que se encarga de regular el sistema de mantenimiento celular). Al suprimir un gen la autofagina/1 que se encarga de codificar una de las proteasas enzimas que están directamente implicadas en el ciclo que regula la autofagia, se observo como variaba el comportamiento de los ratones, desarrollando un cuadro clínico de síntomas que reunía todos los comportamientos que se dan en los desordenes de vértigo
De esta forma han llegado a la conclusión que una alteración genético en el proceso celular, estaría directamente relacionado con la manifestación del vértigo, esta información procesada farmacológicamente podría conducir al desarrollo de tratamientos específicos para el vértigo