Cuyo epicentro se ubicó en mitad del Océano, frente a la costa de Honshu, a 130 km al este de Sendai, en la prefectura de Miyagi, Japón, a una profundidad de 32 kilómetros, para comprender dos cosas. Una que a día de hoy las catástrofes naturales no se pueden evitar, y dos que como muchas veces si en esta ocasión se hubiera actuado realizando una planificación urbanística.
Que atendiera a las características del territorio afectado, seguramente se podrían haber evitado la perdida de miles de vidas que el día 11 de Marzo de 2.011 se vieron arrastradas mar adentro por las batidas de una colosal ola, cuya altura máxima llego alcanzar una cresta de cuarenta metros en su maximo pico.
El fotógrafo de una catástrofe
Una de estas víctimas pudo haber sido la señora Hatakeyama cuyo hijo Naoya Hatakeyama fotógrafo de profesión documento todo el proceso de reconstrucción de la vivienda en la que han vivido la mayor parte de su vida. Residente en la localidad de Rikuzentakata (una de las mas dañadas) la señora Hatakeya que en el momento que producia el maremoto encontraba oyendo la radio.
Cuya programación habitual había sido cancelada siendo sustituida por los llamamientos lanzados por las autoridades locales recomendando a la población que huyera lo mas rápidamente posible de sus casas, avisos que lamentable no evito la perdida de miles de vidas humanas.
Cuya programación habitual había sido cancelada siendo sustituida por los llamamientos lanzados por las autoridades locales recomendando a la población que huyera lo mas rápidamente posible de sus casas, avisos que lamentable no evito la perdida de miles de vidas humanas.
Que pese a disponer de tiempo suficiente no pudieron evitar ser engullidos por el torrente de agua. Algo que afortunadamente evito la señora Hatakeyama debido a que justo en la parte posterior de su vivienda (finalmente derrumbada). Hay una ladera cubierta por un frondoso bosque de pinos y bambú cuya pendiente freno el avance del agua convirtiéndose en refugio para muchas personas como la señora Hatakeyama huían desesperadas.
Historia de supervivencia en la que poco después se inspiro el arquitecto Toyo Ito para que diseñara los planos Home for all la actual vivienda de la señora Hakeyama, un edificio que pretende reflejar tanto el paisaje humano y los terribles acontecimientos que les toco vivir como el natural y su enorme riqueza en forma de conocimiento y que aplicado a su entorno. Serviría para conseguir el equilibrio preciso entre un desarrollo urbanístico.
Del bosque de bambú al León de Oro
Enfocado a la sostenibilidad y las características tanto sísmicas como geológicas y organicas del terreno donde fue construida. Presentada a los medios a finales de ese año Home for all, la casa que fue diseñada en colaboración con los arquitectos Kumiko Inui, Sou Fujimoto y Akihisa Hirata.
Al año siguiente formo parte del programa Architecture Possible here?, organizado por delegación japonesa que participo en la Bienal de Arquitectura de Venecia en su décimo tercera edición.
Al año siguiente formo parte del programa Architecture Possible here?, organizado por delegación japonesa que participo en la Bienal de Arquitectura de Venecia en su décimo tercera edición.
Siendo finalmente galardonada con el León de Oro, por su contribución a la visión de una arquitectura cuyo modelo constructivo obedece y esta en consonanacia con las características del lugar donde se integra. La casa resultado de largas conversaciones del propio Toyo y Hatekayama se levanta sobre tres volúmenes que van desde el mas grande situado en la planta baja, donde se encontramos la cocina y el comedor además de un pequeño almacén.
Y que es sobre la que se apoyan las dos alturas de la que se compone el edificio, la primera planta y un atillo culminado con un techo a dos aguas. En el primer piso que albergan los dormitorios y al que se accede por una escalera exterior sujeta a una empalizada formada por trece pilotes o postes, y cuya disposición alrededor de la vivienda actúa como un autentico muro defensivo reduciendo el impacto visual y ecológico además de frenar las avenidas de agua.
La casa construida en poco mas de tres meses fue un trabajo colectivo y de comunión en el que participaron los supervivientes de la catástrofe de forma solidaria. Su estructura es una replica del modelo tradicional de construcción japonés, y un homenaje Kenka Tanabata festividad de origen chino también conocida como star, celebrándose cada año el 7 de julio y que sirve para conmemorar la unión de dos estrellas que fueron separadas por la Vía Láctea.
Home for all forma parte de un proyecto mas amplio, por el que desde 2.011 se esta interviniendo en la zona afectada por el tsunami, a través de la construcción de equipamientos en diferentes áreas de la costa utilizando materiales autóctonos principalmente madera de cedro y pino de los bosques que prácticamente habían desaparecido. Y que debido a la presión ciudadana están siendo poco a poco recuperados.