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Bruce Willen - Ghost Rivers, trazando los ríos que hay ocultos en la ciudad de Baltimore y su historia


Casí todas las grandes ciudades por no decir todas cumplen con un patrón de crecimiento sino igual si definitivamente muy similar. Cuyo origen en la práctica totalidad de los casos se situa en el tiempo, cuando un pequeño grupo o clan decidió asentarse en un determinado emplazamiento. 


Inducidos básicamente por qué tras completar un largo peregrinar. Debido a una serie de consideraciones que les indicaba que aquellas tierras que por primera vez tenían la fortuna de pisar, reunían las condiciones para ser trabajadas o poseían las suficientes reservas de caza que les proporcionarán los recursos alimenticios precisos. 


Con los que cubrir sus necesidades básicas de nutrición. Fundamentos en definitiva que les garantizará la supervivencia en ese territorio que habían acabado de descubrir y que se disponían a colonizar con el propósito de sacar adelante a su prole y poder prosperar. Objetivo difícilmente realizable sino se tiene en cuenta que es imprescindible la presencia de otro elemento vital para la subsistencia del ser vivo.

Y que no deja de ser otro que el agua, fuente inagotable de vida y sin cuyas reservas sería imposible a día de hoy que cualquier proyecto, que se proponga sacar adelante una comunidad salga adelante. Esta variante en la ecuación ha sido desde los albores de los tiempos

Y desde que se tiene constancia un fundamento alrededor sobre el que había escaso margen para discutir. Un oxioma que ha sentado cátedra convirtiéndose en la prioridad para fundar y desarrollar cualquier asentamiento, poblado al menos por seres humanos. 


Existiendo una numerosa bibliografía que muestra casi infinitos antecedentes, de los cuales, algunos de ellos, se remontan hace miles de años. Como por ejemplo las dataciónes que nos hablan de que las primeras concentraciones se localizaron en la cuenca del Eufrates la actual Siria.

Foto-montaje del cauce de un río en la actualidad subterraneo que cruzaba por lo que ahora es un parque


Primer episodio que se ha multiplicado de forma más o menos ordenada y siguiendo la misma secuencia desde hace miles de años hasta la edad contemporanea, replicandose una y otra vez de forma muy similar teniendo como escenarios lugares muy tan  diversos como distantes geograficamente.

Y que en conjunto nos transmite la idea básica y que por lo tanto que debería ser relativamente fácil de aprender. De que este preciado recurso a pesar de poseer diferentes estados, no deja de ser en términos cuantitavos proporcionalmente hablando más o menos escaso. 

Por lo que estamos obligados ha comprometernos con su gestión y uso. Comenzando por la lección de que buena de las concentraciones urbanas, hasta hace relativamente poco tiempo habían acabado por dar la espalda a sus afluentes. Aquellos cursos de agua que les había proporcionado  un entorno en el que sentirse comodos y seguros. 


Las intervenciones que dan cuerpo a Ghost Rivers obedecen a un enfoque que tiene como propósito recuperar la memoria de un paisaje primigenio que ha sido sepultado por miles de toneladas de cemento y alquitran.


Y que por una serie de circunstancias, en la mayoría de las ocasiones atribuible a la desidia y a la nula sensibilidad de sus autoridades y ciudadanos respecto a su paisaje, han sido parcialmente ocultados o directamente eliminados de la ciudad y el cauce por el que discurrian, así como los diferentes ecosistemas que abastecía de agua.

Ya fuera por más o menos sofisticados proyectos de ingenieros, estos afluentes han sido soterrados, desviados o en el caso más radical y violento han sido cercenados viendo limitada su longitud debido a la construcción de una intimidante presa en la que se han empleado millones de tonaladas de cemento.

Sepultando de un plumazo la historia de un lugar y su paisaje, cuya  memoria es relegada en el mejor de los casos a algun archivo municipal. En cuyos ficheros se deja constancia ya sea escrita  o gráfica de como en otras epocas la fisionomía de la ciudad estaba protagonizada por la presencia del rio.

Cruce de calles por el que cada día pasan miles de personas sin saber que por debajo discurre un rio

Documentación que puede permanecer en el anonimato durante largos años, hasta que individuos como el artista Bruce Wellen deciden consultarla un buen dia. Con el propósito de realizar una serie de intervenciones que tienen como marcó de ejecución algunos de los distritos de la ciudad norteamericana de Baltimore.

Ciudad que ya ha aparecido en varias ocasiones citada en NQ concretamente en el siguiente enlace AQUI, podéis recuperar El proyecto que publicamos en 2014 Baltimore Love Project que fruto de la colaboración con las entidades y comunidades locales, consistía en la creación de una tipografía especifica que tradujera los cuatro fonemas que hay contenido en el término love (amor).


En el  caso de Ghost Rivers se trata de una serie de actuaciones que de forma más o menos comprensible pretendían realizar sobre el terreno un trazado fiel de los cauces de los diferentes afluentes que discurrian, por lo que ahora están cubiertos por un entramado urbanístico compuesto por sólidas calzadas de alquitrán.


En Ghost Rivers se trata de excavar en los pliegues de la ciudad para revelar el paisaje que se ha perdido a causa de la urbanización, estableciendo un vínculo entre sus ciudadanos y la historia del emplazamiento en el que se han levantado las urbanizaciónes donde residen y de como se ha modificado el territorio.



O jardines pertenecientes a propiedades privadas, cuyos dueños ignoran de que a escasos metros, en el subsuelo hasta hace no mucho tiempo había pasado una corriente de agua. La cual se había empleado para regar los numerosos campos de hortalizas, maíz y cebada que ya prácticamente han desaparecido.

Lo que no es óbice para que todavía discurran la nada desdeñable cifra de 50 cursos de agua que se extienden a lo largo de kilómetros por toda la ciudad, incluido un salto de agua conocido como Jones. Catarata que corre paralela a una de las principales arterias de la ciudad, hecho que nadie prácticamente conoce en la ciudad.




Desarrollado a lo largo de todo el 2023, el enfoque que ha aplicado Bruce ha tenido como propósito recuperar una parte del legado que había ocultado la ciudad, reflotandolo de alguna manera a traves de pautas no solamente creativas. Sino en las que se han contemplado otros tipos de modelos comunicación urbana a través de los que hacer pedagogia.

Como paneles de información o visitas a puntos concretos en el subsuelo de la ciudad, conjunto de actividades en las que los ciudadanos a través de una participación activa. Han tenido la oportunidad de recuperar su memoria conociendo los antecedentes y las características naturales de un paisaje radicalmente transformado.

Bruce Willen residente en Baltimore es un diseñador multidisciplinar, artista, músico y fundador de Public Mechanic, un estudio de diseño que trabaja en espacios públicos colaborando con otros artístas y diseñadores en proyectos que exploran el rendimiento expresivo y creativo del espacio publico poniendo énfasis en el arte como experiencia.


Charles Gaines, The American Manifest, tras las raíces de la esclavitud



Los Estados Unidos de América es un gran país cuya historia está presidida por grandes acontecimientos que en mayor o menor medida han influenciado al resto de la humanidad. Entre sus muchas virtudes, quizás la mas sobresaliente sea la diversidad étnica que presenta.


Característica que se pueda percibir inmediatamente sobretodo en los grandes núcleos de población, si visitas alguna de sus ciudades, te percatas como este aspecto domina el paisaje urbano habiendose convertido en una convención demográfica y socio-cultural. Hecho que por una parte es totalmente es una propiedad positiva y deseable, pero que también adolece y presenta algunos reparos y agravios políticos-sociales que han sufrido casi todas las minorías étnicas que comparten ese mismo espacio de convivencia.  En este contexto quizás sean los miembros perteneciente a la comunidad afro-americana los que por ser la comunidad más numerosa.


Y por sus hondas raíces que los vincula a los EE.UU, desde antes de que se constituyó como pais libre y soberano, contribuyendo de forma sobresaliente ya no sólo a su construcción debido a que fueron la principal fuerza de trabajo durante el periodo esclavista. Época en la que su presencia significó un acicate para fortalecer tanto su legado histórico-cultural y el de los E.U.A. Desarrollando unas señas de identidad, así como unos principios y unos valores, un espejo en los que hoy el resto del mundo civilizado se quiere mirar.

Un enorme legado aportado que sin embargo a dia de hoy no ha sido lo suficiente reconocido por algunos sectores de la sociedad estadounidense, que en igual sentido todavía se oponen a que gocen de los mismos derechos fundamentales que el resto de los ciudadanos norte-americanos. Negándose a cuestionar la inmoralidad de episodios tan execrables como el de la exclavitud.

Un período de su historia, en el cual millones de personas fueron privadas de los derechos humanos más básicos, siendo deportados contra su voluntad de África natal. Siendo secuestradas y subastadas como si fueran ganado con el objetivo de que trabajarán en plantaciones en interminables jornadas de trabajo, donde carecían de las mas mínimas condiciones humanitarias. Por lo que perecieron millones de ellos víctimas como consecuencia de vivir bajo un estado presidido por el terror más absoluto.

Período que siglos después de finalizar, tras abolir la esclavitud principalmente en los estados del Sur, sigue causando controversias y litigios juridicos, cuya transcendencia mediática y social. Supone que artistas como Charles Gaines se sinsibilice y solidarice con las víctimas cuya memoria ha llegado hasta nuestros dias, recordándonos que todavía que mucha labor que realizar relacionada con la conciacion social y pedagogía en valores y derechos humanos como la igualdad.

Las raíces invertidas de Roots nos habla de la fragilidad de la memoria y de la importancia de conservar el pasado 

Que impida que haya una involución y que se rompa la frágil resistencia que se proyecta desde diferentes ámbitos, tanto institucionales, como políticos jurídicos y ciudadanos. El refleja esta preocupación y compromiso con la realización de instalaciónes a gran escala, cuya magnitud no reside tanto es sus aspectos estéticos y visuales. Sino en el mensaje simbólico y elocuente que pretende transmitir, cuya visión causa un efecto inmediato en la psique del que la contempla.

Pues Moving Chains, exhibe una narrativa tan diáfana como contundente y honesta en su planteamiento y ejecución, tan alejada del sensacionalismo demagogico de otros proyectos similares, que no profundizan en la problemática del asunto que trata, que se diluyen de forma efímera por pecar de pretenciosas sin proporcionar un contexto creible. En este caso sucede todo lo contrario, ya que para el espectador es casi imposible abstraerse de todas y cada una de las connotaciónes historicos-sociales, llegándose a sentir aturdido y abrumado con el significado opresor de las cadenas que se exponen de forma cruda ante sus ojos.

Que te rebotan entre las sienes cada vez que miras algunas de los 1600 eslabones con las que se han engarzado todas y cada una de las cadenas, que están colgadas dentro de un armazón de madera situado en el exterior de Outlock Hill, que pertenece ni más ni menos que a las instalaciones de Governors Island en New York. Siendo un lugar tan emblemático como cargado de mitología,  por ser un lugar que tiene establecido un vínculo tan estrecho con la tragedia que representa la obra.


El triptico The American Manifest son una serie de instalaciones a través de la que se documentan uno de los periodos más polémicos de los EE.UU, en la que la materia prima es el compromiso con la verdad y la concordia.


Que se ha podido visitar hasta junio de este año. Siendo la segunda de un total de tres experiencias o como ha definido Charles de tres capitulos, con los que puede se considerar que se trata de un triptico, cuya concepción se nutre de un manifiesto creativo y activista titulado The American Manifest. Una experiencia en la que el arte en el espacio público, sirve para describir pasajes historicos que nos trasladan a periodos como el colonialismo y la esclavitud en los Estados Unidos de América. 


Las obras se centran en el histórico fallo de la Corte Suprema del caso presentado por Dred y Harriet Scott. Sentencia que se produjo Hace ciento sesenta y cinco años, fallo histórico por el que la Corte Suprema de los Estados Unidos dictaminó en la causa de Scott v. Sanford, un caso presentado por Dred y Harriet Scott contra el patrimonio de su esclavizado, encarnado por Sanford el cual consideraban que eran de su propiedad. 


Este fallo, que se conocería popularmente como Dred Scott Ruling, estableció que ninguna persona de ascendencia africana, esclavizada o libre, era elegible para la ciudadanía estadounidense y no tenía derecho a demandar por su libertad. El precedente no sería revocado hasta el anuncio de la 14ª Enmienda más de una década después, y ha perdurado como uno de los ejemplos más claros de duplicidad estadounidense. Un letigio que a día de hoy sigue vigente y que persigue que la celebre cita una "tierra de los libres", construida y mantenida sobre la dominación violenta sobre  las minorias raciales, cambie su significado acabando con este agravio actual eliminando la injusticia racial. 

Moving Chains es una instalación inmersiva que te permite ponerte en el lugar de una persona exclavizada


Si en esta segunda entrega se representa la desolación y la impotencia de sentirte despojado de tus derechos más elementales como ser humano. En el primer capítulo titulado Roots (raices), el proyecto tomo una lugar tan emblemático como Duffy Square en el corazón de Times Square con una instalación escultórica que reune siete árboles de la variante American Sweetgum. Pintados y presentados con raíces a la inversa tiene un efecto surrealista que evoca a la fragilidad de la memoria. 


Esta especie también conocida como árboles de goma dulce, son autóctonos del este de los Estados Unidos, se tratan de ejemplares que destacan por sus impresionantes sistemas de raíces que requieren vastos espacios abiertos para crecer. Siendo una de las muchas especies de árboles que han ocupado un lugar destacado en la práctica artistica de Gaines desde mediados de la década de 1970, cuando comenzó a trazar sus formas a través de un sistema de cuadrículas numeradas y codificadas por colores.


El Manifiesto Americano exige que el espectador se enfrente a los fantasmas heredados tras la abolición de la esclavitud. De las que se ha transmitido en ocasiones una visión sesgada y rodeada de una atmósfera brumosa y mitológica que sustentan los cimientos de la nación y persisten hoy en día. 


Un proceso que se convirtió en el centro de su práctica durante décadas a través del que exploró la relación entre el objeto y la subjetividad. Raíces marca tanto una continuación de esta investigación de décadas como la primera incursión de Gaines en el trabajo con árboles directamente en su forma natural.

Para la tercera obra con la que cierra una etapa que se inició hace ocho años el artista recorre miles de kilómetros trasladandose al estado de Ohio. Instalada en múltiples ubicaciones de la ciudad Cincinnati, El Manifiesto Americano se exhibio en lugares como a las riberas del río Ohio en el John G. and Phyllis W. Smale Park, acompañado de un trabajo adicional encargado en específico para la través que se profundiza en los matices geográficos de la expansión colonial. 




El río Ohio ha representado históricamente tanto una ruta hacia la liberación, como la vía del ferrocarril que circulaba entre los estados de los que huían los esclavos y su libertad, así como una ruta utilizada para transportar personas esclavizadas al puerto fluvial de Nueva Orleans. Una sede por lo tanto que era coherente con el espíritu del proyecto, una conexión final entre la lógica de allienante y opresiva de la plantación y de las personas que como propiedad trabajaban alli.



Anastasia Parmson, el espacio ilustrado como memoria


La delicadeza es un término que a mi particularmente me provoca una inmediata emoción cuando se aplica al arte. Esto que en ocasiones puede ser considerada una apreciación totalmente subjetiva que tiene que ver con una percepción personal.


En otras oportunidades es un criterio compartido que inspira a muchas personas. Una de las combinaciones de "colores" cuyo resultados suelen transmitir cierto grado de delicadeza, suele ser dos, el blanco y el negro. Dos colores tan básicos como neutros, que por separado no se suelen utilizar. Pero que cuando se combinan, independientemente del contexto suelen dar buenos resultados, e incluso suelen resultar elegantes.


Algo que aunque parezca que en una primera impresión carezca de mérito aproximandote más a una sencilla caricatura, sobre todo si estamos mirando los trazos rectilineos de un dibujo que se extienden sobre la superficie de un papel. Experiencia que en la mayoria de las ocasiones nos resulta cuando menos poco enriquecedora dejándole de prestar atención al instante.


Si suele suponer un aliciente extra si lo que se expone ante nuestros, se presenta de forma bidemensional, este cambio de perspectiva en relación a su plano e lo que proporciona a la obra propundidad. Cualidad está que bien tratada en términos creativos por el artista. Suele suscitar cierto grado de curiosidad en el que se detiene a verla.


Ya que está profundidad suele venir acompaña de una recreación más rica en matices que un simple dibujo sobre un papel o un lienzo, por muchos motivos que añada información sobre lo que se pueda estar representando en la obra. Esa diferencia cobra notoriedad si el objeto de la narrativa sobre el que se trabaja es una obra arquitectonica, con sus estructuras y medidas espaciales tridemensionales.


Donde debido a la relacion de cotidianidad que hemos establecido con el espacio que denominamos hogar, provoca que por defecto nos atraiga más una obra (que independientemente del formato en que esté realizada.) Si lo que refleja (en este caso una representación, ya sea de la fachada exterior de un edificio o de sus elementos interiores.)

Aunque de épocas muy dispares, los objetos pierden su antigüedad pareciendo de una misma etapa

Cobra vida y movimiento desplegando más de una dimensión sobre el lugar que se ha elegido para su exhibición. Si a estas consideraciones en el proceso creativo le añades la sutileza de la luz, puedes lograr que el destinatario último de tu creación (el espectador), pueda abstraerse por un momento de la realidad en la que se encuentra instalado y sumergirse en un estado de ensimismamiento y asombro.


O en otro sentido puede dejarse llevar por sentimientos vinculados con su trayectoria vital y seducido por la nostalgia, recuperar a través de la obra expuesta algún momento preterito. Que ya forme parte de alguna situación o episodio de la que ha sido testigo recientemente, o por el contrario de algún pasaje que anidado en los más profundo de su memoria aflora retrotrayendole a un momento más o menos reciente en su vida.

Segun la artista Anastasia Parmson con sede en Sydney.  Sus representaciones casi minimalistas de los diferentes espacios habitacionales que pueden formar un casa arquetipo, se apróximan mucho más a este segunda version. Ya que según ella cada una de las delicadas piezas que completan su hogar dulce hogar, estarína más próximas a indagar en la nostalgia que siente un individuo respecto a su pasado.


Aunque no se trata de obras inmersivas, cada instalación de Anastasia, si funciona como una maqueta con la que deseas interactuar dentro de las posibilidades que te ofrece el espacio.


Concretamente en el poso de recuerdos y vivencias acumulados por una artista nacida en un país que presenta unas dimensiones geograficas relativamente pequeñas como es Estonia. Una de las tres ex-repúblicas ex-sovieticas que se encuentran en el mar Baltico. País del que está artista con raíces siberianas tuvo que marcharse, formándose artísticamente en Paris.

Ciudad que tras varias escalas finalmente fue sustituida por la ciudad australiana donde reside en la que actualidad, y desde la que se ha dado a conocer. Principalmente a través de una selección de cuidadas y refinadas instalaciones a la vez que lúdicas e interactivas, a través de las que recrea fragmentos de lo que podría ser perfectamente su hogar familiar en Estonia.


Recuerdos vespertinos que plasma en formas tridimensionales que te podría por momentos recordar a las figuras de origami realizadas en papel. Si no fuera por que en sus propuestas añade el trazado de un lápiz o un rotulador. Que bien en términos inconscientes reflejan una sucesión de recuerdos que no fueron gratos a lo largo de estas primeras etapas de su vida.

En las reproducciones de Anastasia los detalles son relevantes a la hora de contextualizar la obra


Recreaciones que por otra parte incorporan todo tipo de elementos pertenecientes a lo que podría ser cualquier vivienda de la época en su país natal. Así como electrodomésticos de todo tipo, muchos de ellos prácticamente obsoletos como la clásica televisión de tubo con una pantalla cuyos ángulos levemente curvados y gris, que se complementa con objetos más vintage como un radiocasete de una pletina y doble baffle, cuyo dial todavía es manual.


Y que situado sobre una cómoda antigua con espejo y jarrón ya no desentona, como podria haber resultado en la epoca. Estancias donde predomina las vetas de los listones de madera que producto del paso de los años o décadas se convierten en las arrugas de una casa, y que contrasta con las muestras de vegetación que ya se muestren parasitanndo un rincón en el fondo del salón-comedor, o acompañando a objetos decorativos en estantes.



Construidas en madera la recreaciónes ilustradas de las partes interiores de un hogar de la Anastasia Parmson, crean una narrativa donde la memoria nos vincula al espacio que habitamos en algún momento de nuestras vidas.


Que en conjunto crean un micro-universo al que añade una colección de marcos con fotos y cuadros, que aunque apenas perceptibles en sus formas al ojo humano. Si contribuyen a la hipertextualizacion de la instalacion aportando la suficiente información para que como espectadores nos pongamos en contexto historico al respecto de lo que se nos está mostrando.


Efecto retroactivo donde acentúa aún más si cabe su faceta de ilustradora, que también es análogo en sus obras más intimistas. En las que se recrea en la reproduccion de piezas que abarcan todo tipo moiliario. Así como se atreve con la figura humana la cual reproduce a escala natural adoptando diferentes posiciones, pero casi mostrándose de forma conciliadora con su entorno.



Su manera de afrontar la realización de cada pieza diferencia entre el arte y la ilustración, estableciendo una tenue barrera entre ambos ámbitos creativos. En este sentido la ilustración de Anastasia es una representación de la dualidad de la memoria y el espacio exogeno-endogeno del que se nutre. El arte, en cambio, es la expresión de algo interiorizado, menos tangible y más subjetivo. Por lo tanto ella esta facultada para cruzar ambos campos, porque el medio de dibujo es también una de las principales herramientas utilizadas para la ilustración. 

Heather Benning - Dollhouse, el paisaje y su memoria después del incendio



La memoria cuando es nutrida por los caminos de la nostalgia, en buena parte de las ocasiones está detonada por recuerdos vividos. Los cuales recrean momentos felices, o en sentido contrario esta alimentada por recuerdos que se convierten en válvulas de escape "emocionales", y que sirven para enmascarar situaciones cuando menos incómodas o desagradables.


Ese tipo de memoria suele provocar que nos instalemos en una especie de limbo que se retroalimenta una y otra vez de los mismos pasajes que creemos ciegamente que nos han colmado de múltiples satisfacciones. Generendo cantidades ingentes de dopamina, inundando de esta molécula nuestras la principales areas de nuestro cerebro. Algo que provoca un efecto instantáneo en nuestra conducta hacia los demas.

Con los que nos mostrámos mucho más afables y cercanos, así como proclives hacer actividades juntos. Conductas empatica que en otros tipos de contextos ni nos planteariamos. Este específico tipo de recuerdo puede aflorar en las situaciones más inesperadas, pasando en la mayoría de las ocasiones desapercibidos, por lo que en rara vez deja en nuestro interior un sustrato.


Lo suficientemente apreciable como para poder conciencia del mismo, estado que impide que el sujeto establezca una causa del porqué esa sensación de felicidad y bienestar. Esos recuerdos por lo general nos suelen remitir a momentos únicos e irrepetibles que pueden evocar eventos puntuales como pueden ser por ejemplo un viaje, un encuentro especial, un concierto muy esperado episodios que en todo se desarrollaron según lo deseado.

O cosas que aparentemente son mucho más triviales como un desayuno por la mañana, o compartir tus pequeños momentos de tiempo y ocio con tu mascota. Sirviéndose de los mismos parámetros la arquitectura puede contribuir a que en un momento determinado de tu vida, en el que por la razón que sea te encuentras animicamente en horas bajas.

Provoque una reacción dentro de ti que suponga todo un revulsivo desde un punto de vista emocional y personal. Y si ese encuentro con la práctica arquitectonica, te permite retrotaerte y reconocer de alguna forma aquel espacio que compartistes con alguno de tus allegados más cercanos o amigos más intimos.

La fachada de flexiglas ofrecía protección a la vez que establecía un diálogo visual con su interior

Producirá emociones que suelen estar fuertemente vinculadas a tus primeros años y aquellos lugares que te vieron crecer y madurar como persona. Como demuestra la artista Heather Benning y quizás la que se pueda considerar su intervención más notable, a la par de que la de mayor embergadura. Pero comencemos con el detonante que se tiene que producir para que la artista comience a pergueñar un primer esbozo de Dollhouse (o casa de muñecas).

Hecho que habría que situar coincidiendo cuando se encuentra de visita en la localidad de Sinclair, perteneciente a Manitoba. Un enclave eminentemente rural situado en las llanuras del centro de Canada, Ella se encontraba residiendo en esos momentos en el estado contiguo de Alberta, más concretamente en Saskatchewan, donde estaba realizando una residencia gracias a una beca.

Cuando se topo por casualidad con la historia de una saga familiar, de la cual contaban los lugareños que había sido abandonada a principios de la década de los años 60´s del siglo pasado. Pese a que había permanecido casi cincuenta años sin habitar, aún conservaba en lo esencial las remiscencias que permitían al visitante hacerse una idea pormenorizada de los usos y costumbres con las que convivían sus antiguos residentes.


En esencia el proyecto cuya duración abarcó poco más de seis años se propuso explorar los fuertes efectos emocionales de los vínculos que desarrollamos con el entorno.


Lo que propicio que Heather tras restaurar algunas piezas del mobiliario original y recuperar algunas otras en alguno de los muchos colmados que hay en los alrededores, restaurar las diferentes estancias del edificio principal. Curiosamente el preambulo consistió en dejar al descubierto tanto los dormitorios como los lugares comunes situados en la plaza inferior de la vivienda.


Para eso tuvo que derribar la fachada principal de la vivienda, con eso la artista pretendía establecer una comunicación con todo lo había dentro y el público que se acercara a mirar en su interior. Información con la que podrían crearse una imagen más o menos detallada de las condiciones en las que sus legitimos moradores vivian. Y lo que era lo más importante para la artista.

El documental registra en siete minutos la pérdida de una vivienda que se mantuvo en pie durante casi cinco decadas

Cuyo deseo era que el espectador tuviera la capacidad para crear su propia narrativa, y su particular versión de los hechos sobre la pautas cotidianas de convivencia que podían suceder en aquel entorno y sus alrededores antaño. Pero sobre todo en el interior de la vivienda. Por eso la arista por una parte sustituye la pared y su puerta principal, por un gran ventanal que abarca todo el perímetro de la viviendad.


Para que puedas imaginar todas y cada una de las escenas domésticas a través de los que su moradores se relacionan de forma cotidiana. En el fondo daba una segunda oportunidad a la casa a través de las miradas y congeturas de sus visitantes casuales. Convirtiendo los restos de aquel hogar habitado antaño en un set cinematográfico improvisado. En el que tras desvelarse lo que sucede en el interior, gracias a que la barrera opaca de la pared se vuelve traslúcida permitiendo acceder de forma deliberada a lo que podía estar sucediendo dentro.


Dollhouse reune en sus diferentes fases creativas, un proceso que representa una experiencia en la que un prematuro abandono, y una efímera rehabilitación, se consuman en un final  epico y dramtico, por el que finalmente se rompe el vínculo entre el objeto y el paisaje y su memoria. 
  


Permitiendo al intruso penetrar en la intimidad de la casa y elaborar su propia versión de los hechos, en lo que podría ser el arranque, a partir del que elaborar su propio guión, cuya "redacción" reflejara lo que allí, entre esas cuatro paredes podría estar sucediendo. Creando un relato más o menos fiel y cómplice en todo caso, el cual independientemente de su motivación y desenlace pudiera ser finalmente compartido con el resto de los visitantes a través de capítulos encadenados.

Los cuales en un momento determinado arderian entre el pasto de las llamas, en en ritual donde el fuego haría de todas esas historias imaginadas un acto de purificación comunitario. Suceso que de alguna forma se produjo cuando en 2013  Heather se puso en contacto con el documentalista Chad Galloway para sacar adelante un proyecto que en imágenes consistiría en filmar como se consumiría la casa pasto de las llamas, 

Una propiedad que había soportado todos los avatares y rigores climatologicos, y que por razones que hasta hoy presente se desconocen fue precipitadamente dejada atrás por sus legítimos inquilinos. Y por lo tanto despojada de su propia historia y memoria, dejando un espacio familiar acogedor hasta ese preciso instante, en uno huérfano y que tras esperar largo tiempo no tuvo más remedio que sucumbir ante el fuego.



Grabado con un formato accesible, el realizador mantiene el pulso y la habilidad en todo el rodaje. Pues debido a que contaba con un plazo de tiempo muy limitado, condicionado por lo que durará en consumirse la casa pasto de las llamas. A lo que haya que que se rueda en su mayor parte a lo largo de una sola noche. Por lo que el enfoque principal era, darle más énfasis al hecho dramatico que estaba sucediendo frente a la camara.

Cuyo emplazamiento se fija con el único propósito de documentar lo más fiel un episodio que por mucho que haya sido planificado con anterioridad, no deja de ser por eso dramático e imprevisible. El incendio a medida que envuelve la casa por completo, refleja una pérdida irreparable, lo que lleva al espectador a considerar el dolor único de perder algo con tanto arraigo como puede ser tu hogar. Esto es quizás particularmente conmovedor en un momento en que estamos perdiendo cada vez más nuestros lugares de origen debido a fenómeno políticos-sociales consecuencia de la globalizacion y los efectos del cambio climático. Que está propiciando el desplazamiento de decenas de millones de personas en todo el mundo.


Moranches, murales que recuperan un pueblo del olvido


La técnica artística del tranpatojo se ha vuelto ha convertir en tendencia gracias al arte urbano, que sobre todo en entornos rurales se ha incorporado para no solo embellecer las calles de numerosos pueblos y aldeas.

Sino para recuperar de alguna forma la memoria de los lugares sobre la que actúa. Resurgir de una practica principalmente decorativa que tuvo su máximo apogeo durante el renacimiento y el barroco usándose fundamentalmente para realzar lo edificios de la época dotándoles de mayor amplitud.

Y a la que en la actualidad han recurrido artistas como Banksy o Zilda en algunas de sus intervenciones,  aunque en España todavía no se ha extendido si existen algunas propuestas como la de la artista Asunción Vicente Ríos que tras completar sus estudios y licenciarse en bellas artes.


ARTE URBANO QUE RECUPERA EL SABOR RURAL DE NUESTROS PUEBLOS

 
Se traslada a mediados de la década pasada a Moranchel, una pedania perteneciente a la comarca de Cifuentes en la provincia española de Guadalajara a escasos kilómetros de Madrid, donde al poco tiempo comienza su actividad como muralista completando su primer encargo.

Realizado por un cliente local que deseaba recuperar el escaparate de la única panadería que había en el pueblo teniendo que cerrar debido a la escasa demanda, como consecuencia de la despoblación endemica que padece la comarca. 

Y es que cada una de las intervenciones que completa Asunción tiene un fuerte componente emotivo que nos vincula a la memoria del lugar y los seres que los habitaban, pudiendo redibujar un pasado gracias a la memoria que se preserva y que transmiendose generacionalmente.

Por eso invierte tanto tiempo en cada proyecto cuya ejecución oscila entre los veinte días y los cuatro meses, pero que antes ha completado un plazo de documentación, en el que la participacion de la gente local representa una pieza angular.

Como en su ultimo mural que como en otras ocasiones recurre a una estética escaparatista, titulada La Floristeria, obra que finalmente se pudo completar gracias a las aportaciones altruistas de gente anónima, que contribuyo con los recursos suficientes con los que adquirir los materiales con los que finalizar la obra.


DE LA CUEVA DE LOS GATOS A LA BODEGA ENTRE FLORES Y PAJAROS

Pinturas acrílicas de alta calidad que permiten que los murales y los motivos que lo forman resistan con garantias las inclemencias del tiempo precisando una conservación mínima, permitiendo a los cada vez mas numerosos visitantes que recorren la region atraidos por su rico patrimonio medio ambiental.

Excursionistas que sobre todo durante los meses de Primavera y Verano se acercan a sus calles para contemplar como de version imaginada del agua y sus caños de una fuente ya seca conocida popularmente como la de los deseos, y que en otros tiempos servía para abastecer a los habitantes de la aldea.

O en las afueras del pueblo acercarse a la cueva de los gatos donde entre felinos representados de forma rupestre, imaginarse a un animal que en la actualidad deambula por las calles de la localidad donde dan la bienvenida al visitante.

A los cuales les cuesta diferenciar las flores de verdad de las del mural, donde entre setas vuelan unos pajarillos ajenos a nuestra presencia, o la puerta de un mural cuya fachada representa la entrada a una bodega artesanal de las muchas que habia hasta no hace mucho tiempo en la zona, y que si pudiera ser traspasada nos trasladaría en un viaje en el tiempo a otra epoca.
  
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Los murales de Moranchel nos trasladan a un paisaje rural ya practicamente desaparecido, recuperando a través de los testimonios y la memoria de sus habitantes un legado que nos vincula a nuestras raíces.