Para todos aquellos ciudadanos que de forma arbitraria les había tocado residir en la zona oriental, situación que se revirtió en el momento que se produjo la reunificación de las dos alemanias, pudiéndose constatar sobre el terreno las grandes diferencias estructurales que existían dependiendo del lado donde te situaras.
Pero lo que de veras resulto desolador comprobar fue el corroborar como apenas quedaba ningún vestigio arquitectónico o monumental anterior a la entrada de los aliados en la ciudad, por lo que las autoridades se afanaron en tratar de conservar aquellos escasos equipamientos e infraestructuras que apenas se sostenian en pie.
LA ESTACIÓN CUYO DESTINO ESTABA DECIDIDO POR LA HISTORIA
Curiosamente dos de estas reliquias del pasado pertenecen a la red de ferrocarriles estatales, quizás la mas extensa de su época en la vieja Europa. Un inmenso nodo de comunicaciones desde el que cientos de miles de viajeros.
Durante el primer tercio del Siglo XX podía elegir destino trasladandose practicamente a cualquier ciudad importante que se encontrara dentro del continente, aunque también existía la posibilidad de desplazarse eligiendo destinos mas exoticos.
Este hervidero de actividad se concentraba basicamente en dos puntos dependiendo de si el tranporte era de viajeros o mercancías. En el caso del primero te tenias que dirigir a la estacón de Anhalter Bahnhof Station, con su majestuosa entrada de mas de un kilómetro de largo, de cuya fachada en la actualidad quedan poco mas de cien metros.
Y con cuya visión apenas te puedes hacer una ligera idea de su magnitud no solamente como edificio que albergaba las diferentes dependencias ferroviarias, tanto las destinadas a los usuarios como las administrativas desde las que se operaban las diferentes lineas y trayectos, tanto los que tenían como cabecera, como aquellas que finalizaban en sus andenes.
Operativa en diferentes etapas entre 1889 y 1952, aunque sus ultimos años permanecio practicamente abandonada, un triste final que según los planes megalomanicos que tenia Hitler y su arquitecto de cámara Albert Speer se hubieran precipitado.
Pues en su deseo por convertir a Berlin en la capital del mundo la estación y su excepcional techo acristalado suponian un obstáculo desde el punto de vista logístico, dentro del organigrama planteado desde el departamento del ministerio de transportes alemán de aquella época.
UN CEMENTERIO DE LOCOMOTORAS EN MITAD DE UN PARQUE
Para visitar la segunda terminal tendremos que dirigirnos al Sur de la ciudad, mas concretamente al Nature Park Schöneberger Südgelände, una reserva natural que se ha convertido en el principal pulmón de la ciudad.
Y que aparte de contar con una flora y fauna amplia y variada compuesta por de 350 especies, el visitante puede deleitarse con algunas de las locomotoras mas antiguas del continente y que descansan en situación de semi-abandono en una parcela cuyo acceso parcialmente escondido.
Alberga los restos de una terminal de mercancías ferroviarias, en la que al contrario de la estación de viajeros, todavía se puede andar sobre las vías y trastear con las agujas que servían para ordenar el denso trafico de convoys compuesto por vagones donde se transportaban todo tipo de productos.
Cuesta imaginar que en este paisaje casi onírico invadido de nuevo por la vegetacion y la maleza, en el que con un poco de suerte te puedes encontrar con algún colectivo de artistas que han convertido sus catenarias en un set improvisado de rodaje.
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Una vez, no hace mucho, por sus vías oxidadas circulaban centenares de trenes a diario, estando sus hangares practicamente operativos hasta final de la década de los 80´s del Siglo pasado, habiendo un intenso trafico de cualquier cosa que uno se pudiera imaginar, siendo el principal punto de distribución de mercancías de la ciudad.
Siendo en la actualidad un espacio donde cada fin de semana acuden tanto los vecinos de los barrios limítrofes, como aquellos que residen en las localidades del área metropolitana a pasar una agradable jornada de ocio..
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Entre los muchos alicientes con los que una gran ciudad como Berlin puede deleitar al viajero, la capital Alemana cuenta con algunos rincones donde todavía se puede recorrer y ver los restos de las estaciones de tren que durante años 30´s y 40´s del Siglo XX, pretendía convertir a la ciudad en la capital del mundo.