Con el objetivo de explorar formulas mediante las que reutilizando el agua de lluvia obtenida, producir energía renovable. El diseño de la construcción de la torre Watertower se inspira en un ancestral método para actualizar sus uso.
Empleando por una diversidad de tribus, principalmente comunidades situadas en el interior de África. Áreas dominadas por un patrón climatológico seco, situacion endémica que provoca como efecto principal que las resarvas de agua potables estén muy limitadas.
En la actualidad está situación crónica de acceso a los recursos hidricos no ha variado sustancialmente. Por lo que recurrir a los tradicionales métodos, casi artesanos utilizados en las aldeas de territorios como Serengheti o el Masai Mara.
Incorporando mejoras que les haga más eficientes en el proceso de capturar el líquido elemento. Supone un planteamiento cuando menos coherente en unos países prácticamente subdesarrollados tecnologicamente.
A partir de los planos de la torre de Shujóv realizada por el arquitecto ruso que le dio nombre. Esta versión actualizada se realizo en el marco de las actividades del la ultima edición del festival Roofgarden que se celebra en época estiva,l en la localidad holandesa de Amhem.
Estando dedicada su agenda al diseño y la arquitectura en el ámbito urbano. Firmada por los arquitectos Rick Tegelaar y Arno Geesink, en los aspectos tecnicos contaron con el estudio de ingeniería ABT.
Con una altura de siete metros de altura la versión actualizada de la torre de Shujóv, es un ejemplo de adaptación arquitectónica incorporando soluciones renovables.
Contruida integramente en madera, su funcionamiento es muy sencillo con capacidad para embalsar 1.000 litros de agua. Una parte de esa cantidad se destina para uso domestico, mientras que el resto se destina a un ciclo combinado por el que se produce energía eólica. Que de forma continua producen los aerogeneradores que coronan la cubierta.