Con una eslora de 45 metros de largo, el casco semi sumergido que alberga el centro cultural popular Petit Bain, supone una experiencia única en las gestión de espacios arquitectónicos, destinados a la programación de actividades culturales. Ubicado en el cauce del rió Sena, su diseño es el resultado del encargo realizado por la asociación asociación Guinguette Pirate, al estudio de arquitectura experimental ENCORE HEUREUX Architectes.
Emplazado a pies de la biblioteca Francois Miterrand en el distrito 13, sus instalaciones a pleno rendimiento, entraron en funcionamiento a lo largo del pasado año. Empleando materiales de reciclaje, como por ejemplo palets, mobiliario sanitario o la propia estructura cuyo origen resulta del desguace de un viejo carguero, trasladado desde los astilleros. Sus 11 metros de quilla y 6 metros de altura, se han convertido en la principal referencia de la actividad alternativa en la cultura, contando con un amplia y variada oferta de actividades, que se desarrollan a lo largo de toda la semana y que abarcan, desde conciertos, proyecciones cinematográficas, exposiciones, representaciones o debates.
Su espacio es la sala de conciertos que cuenta con doble altura, sumergiendose en el volumen del casco. En la ampliación de la fosa, el guardaropa, cocina, vestuarios y baños. En el nivel de la plataforma, tres pasarelas proporcionan acceso al hall, las taquillas y la sala de exposiciones, ocupando las oficinas la parte de popa. En la parte superior una terraza restaurante, con una carta de menú excelente, brinda a sus comensales por un precio módico, la oportunidad de contemplar el Sena, mientras los músicos amenizan un agradable ágape.
El objetivo aquí es la de actuar en el contexto del uso de embarcaciones de reciclaje a nivel local, para construir y establecer vínculos sociales con todos los elementos implicados en su gestión. Hay en este esfuerzo para crear un espacio público urbano, para el arte y el comercio. De todos modos, en el ejemplo, podemos destacar la idea de la reunificación. En el proceso de construcción, como lo es para trabajar con los residentes y usuarios, y la vocación de la producción final. Estas son las intervenciones en el espacio público, que plantean la cuestión de la participación horizontal