Situada en un lateral de una calle residencial de una pequeña localidad satélite de Tokio. El viajero que se cruza en su camino camino con Soft-hard aluminium house, en lo primero que pensara en que su presencia sobre el terreno.
Se debe a la caída de un artefacto cuyo origen hay que situarlo en otra galaxia. Y es que como en muchos otros proyectos del arquitecto japones Terunobu Fujimori, la selección y tratamiento de materiales representa una constante. Supone que cada intervención suya sea producto de un minucioso proceso de investigación.
Donde la arquitectura es el resultado de un trabajo previo equiparable le a la labor que se realiza en un laboratorio. En el caso Soft-hard, el revestimiento acolchado con el que Fujimori consigue crear un efecto metálico cuya superficie tiene la propiedad de reflejar de forma tenue su entorno mas próximo.
Elaborado con aluminio esta cubierta aparte de presentar un valor estético, reune propiedades bio-climáticas por las que se consigue que en su interior haya una temperatura constante, independientemente de las condiciones climáticas que se den en el interior. Al que se accede por una puerta lateral y cuya concepción estética supone un contraste radical con la fachada futurista del exterior.
Cuyas paredes acabadas en yeso blanco se dividen por columnas y vigas de madera, en una mezcla de estilos destinados a nutrir los sentidos de sus residentes y de sus visitantes, diferenciando las actividades interior-exterior en una experiencia única en relación al espacio sobre el que se actué.
Miembro del Architecture Detectives creado en 1.970 en la Tōhoku University fue el embrión de lo que posteriormente seria el grupo Roadway Observation Society. Formado por un equipo interdisciplinar, su actividad versaba alrededor un ideal basado en patrones observados en la naturaleza, realizando estudios sobre las posibilidades de extrapolar al diseño arquitectónico sus resultados.