La Mosquitia en Honduras, el Amazonas de Centro América


Aunque las areas más valiosas de su territorio en términos medio/ambientales se encuentran dentro de Honduras más concretamente en su parte más oriental bañada por las aguas relativamente tranquilas del mar Caribe.


Hay que indicar que los espacios inundados de lo que se conoce como espejos laguanarios  de la Mosquitia cubren parte de Paraguay hasta llegar hacer frontera Costa Rica en el extremo Sur. Y es que la que fuera en su momento un protectorado britanico. Época en la que la principal comunidad nativa de los Mistikos gozaba de un trato administrativo que incluso les permitió tener un estatus diplomático, pabellón y bandera propios reconocida en la sociedad de naciones de la epoca.

Es en la actualidad un espacio ecológico y natural que a pesar de contar con un patrimonio medio-ambiental de incalculable valor. Se debate entre seguir siendo considerada el segundo pulmón del planeta sólo superada por el Amazonas. Punto en el que coinciden muchos biólogos y miembros de la comunidad científica.


O salir de su aislamiento endémico construyendo las infraestructuras que demandan desde hace décadas una minoría de la población con intereses muy concretos en la zona y la explotación de sus recursos, a lo que añaden el argumento de que se elimarian los focos de delincuencia relacionadas con las actividades de las bandas de narcotrafico que operan en la zona desde hace ya unos años.

Tema de una complejidad muy denso que se nos escapa, así que vamos a dirigirnos a nuestro punto de partida que en nuestro caso esta situado en la localidad de Tacoa en el estado de Colon desde donde tras cuatro horas en una picap llegaremos a las aldeas de Batalla o Ahuas. Desde las que partiremos después de haber contratado un guía con el que se remontara parte del Río Platano. Recorrido que a día de hoy se realiza en rudimentarias barcazas dotadas con motor a fuera borda, que tras un completar un trayecto que comprenden un mínimo de seis horas.

Zizaguando río arriba mientras se dejan atrás los meandros cubiertos por una casi impenetrable vegetación, cuya visión ha sido objeto y fundamento para crear y mitos leyendas como la ciudad perdida del Jaguar. O también conocida como la White City o Ciudad Blanca, un enclave del que al día de hoy no se han hayado más que unos pocos restos de los que destaca unas cuantas rocas esculpidas con rostros de aborígenes y alguna puntas de lanza.

Una de las construcciones tradicionales en la Mosquitia habitada por familias nativas

Reliquias cuyo valor se me antoja insignificante comparada con la majestuosidad de los paisajes moldeados por la presencia del agua que te abruman por su belleza y estado de conservacion. Siendo el lago Brus Laguna el principal y el más grande de ellos siendo donde confluyen los cientos de riachuelos que convierten a la Mosquitia en uno de los humedales más importantes del mundo.


Un lugar ideal para los amantes de la fotografia de naturaleza, pues esta enorme región que abarca una extensión de cuatrocientos kilometros, siendo casi inaccesible por tierra solo pudiendose acceder a través de los trayectos fluviales o alguno de los pocos vuelos. Que de forma regular transportan las mercancías precisas que se distribuyen entre las comunidades que se localizan tanto alrededor del lago como las que están situadas tierra adentro.


Poblados formados por no más de unos pocos centenares de viviendas que disiminadas en amplias parcelas de terreno, y cuyos habitantes viven fundamentalmente de la pesca y de las parcelas. Aunque hay que decir que cada vez hay más viajeros que ya sea via Tegucigalpa o provenientes de alguna otra ciudad como Managua en Paraguay.



Su nombre proviene de los habitantes de la tierra, los Miskitos, que aún conservan muchas costumbres de sus antepasados, incluida su lengua. Debido a su rica vegetación, diversidad de vida silvestre, la selva tropical en su mayoría desconocida, es perfecto para el ecoturismo.



Que aunque es un punto de acceso mucho menos importante, si cuenta con el caudal del Río Coco como alternativa, se aventuran en explorar este vergel cuya diversidad en flora y fauna es único en el mundo. Para sorpresa de muchos que vienen aquí esperando tener que abrirse camino a través de la selva, gran parte de La Mosquitia se compone de humedales costeros pantanosos y sabanas planas. 


Las pequeñas comunidades de Palacios y Brus Laguna son los principales núcleos en el Río Platano, siendo quizás los mas importantes de las cinco reservas autonomas que hay en el area. Constituidas para proteger uno de los mejores tramos accesibles de selva tropical virgen que se puede visitar en América Central. Siendo la ciudad de Puerto Lempira, la capital regional, la que cuenta con el grueso de los residentes en el conjunto de sus comarcas. 


El grupo étnico más grande que habita La Mosquitia es el de los Miskitos, que suman alrededor de treinta mil individuos, los cuales divididos en clanes se comunican a través de su dialecto local y el inglés. Protagonismo que comparten con los indios Garifuna, cuya presencia además de en Honduras se ha constatado en Belice y Guatemala, contando con una rica cultura donde destaca la musica. Convivencia multi/étnica que se completa con otras expresiones nativas que aunque más minoritarias, como la etnia de los Alquitrán y los Tawahka, que en total no alcanzan los 5000 individuos, teniendo sus principales poblados en los aledaños del Río Patuca, si indican la buena convivencia que hay en todo el area.

Trazado sinuoso del Río Platano mientras se abre paso a través de la sabana

El principal destino al que se dirigen la mayoría de los viajeros está a orillas de la Brus Laguna, cuyas primera cabañas se otean tras salvar una distancia de treinta kilómetros en direccion Este, extendida a lo largo de la costa de Palacios, regularmente desde allí como ya hemos mencionado se programa vuelos que la conectan la ciudad con La Ceiba.


Entre las excursiones que se pueden sugerir mientras se reponen fuerzas comiendo menús que están compuestos principalmente por arroz al que se le añaden algún tipo de pescado. Es la que remontando el Río Sigre te permite llegar a los límites del parque del Río Plátano. Aunque la influencia hondureña cada vez es más destacada sobretodo desde que se formalizó en 1959 el departamento de Gracias a Dios, todavía se conservan antecedentes del período britanico.


Si se quiere conocer este vasto territorio practicamente la única manera es embarcarse en una canoa con una mochila y altas dosis de curiosidad, y dejarse fascinar por los paisajes prácticamente vírgenes de este tesoro que se encuentra en América Central.    


O la que desde la aldea de Las Marias perteneciente administrativamente a la Reserva de la Bioesfera del Río Platano, donde aparte de conocer in/situ como viven una comunidad Mistika, podrás realizar por un módico precio una excursión que te adentrará en lo mas remoto del río explorando la selva circundante. Una travesía está vez en canoa que aunque agradable, tienes que tener en cuenta la humedad y los mosquitos que te acribillaran sino te has agenciado un buen repelente puediendo llegar a estropear un tanto la experiencia.


De una travesía que supondrá cinco horas río arriba hasta alcanzar un lugar conocido como la Roca Petroglifos en Walpaulban Sirpi. Que según una leyenda popular fue tallada por un pueblo desconocido de los que apenas se conoce nada. Estos restos se sitúan en el centro del parque, lugar donde uno se encuentra prácticamente aislado. En este caso al ser los canales demasiado angostos, los viajeros pueden disfrutar de la selva en todo su esplendor, pues las embarcaciones surcan sus plácidas aguas tiradas por remeros.

En Cayo Cañones al lado de Brus Laguna encontrarás playas prácticamente deserticas

Una selva que está compuesta principalmente por los ecosistemas del bosque húmedo tropical y en menor medida el bosque húmedo sub-tropical. Aunque lo habitual es que los visitantes seleccionen el área que comprende el espacio protegido del Río Platano. Cada vez son más los que acceden desde la localidad de la Lempira que está ubicado a orillas de la Laguna de Caratasca.


Un humedal que mezcla sus aguas con las del Mar Caribe y cuyo tamaño de alrededor de sesenta kilómetros de longitud, la laguna está rodeada de una extensa playa donde las tortugas marinas vienen a poner sus huevos durante la temporada de desove. En este caso los paisajes que se exploran son los que pertenecen al Refugio de la Vida Silvestre Caratasca en el que el paisaje está conformado por marismas y humedales.


Un edén natural muy poco densamente poblado y que gracias a su nulo desarrollo ha conseguido persevarse sin que por ello implique que su territorio sea codiciado siendo sometido a un estrés que puede producir importantes desequilibrios, en una región cuyos límites geográficos son el Cabo Gracias a Dios por el norte y la desembocadura del Río Grande de Matagalpa por el sur. 


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