Alberonero, el color y la luz como experiencia sensorial


Sino te deslumbran los colores brillantes que rellenan las figuras geométricas en las intervenciones murales del artista urbano italiano Alberonero, una de dos es que proteges tus ojos con unas gafas de sol debidamente homologadas.

O es que desafortunadamente te has acercado algunas de sus muchas obras en el momento que estaba nublado, por lo que no tendrás la oportunidad de experimentar de como percibimos los diferentes colores y la variedad de respuestas que podemos obtener. 

En función de la combinación que emplea en sus composiciones para de forma deliberada crear sus paletas de colores, con cuyo resultado final estudia las casi infinitas combinaciones como si fueran un lenguaje cuyas letras.




EXPLORANDO EL LENGUAJE DEL COLOR Y SUS EFECTOS
 
Son producto de sintetizar pigmentos casi siempre en tono pastel cuya semántica precisa de grandes dosis de luz, a partir de las que se producen diferentes estados de animo en función de dos valores; uno la cantidad de luz y dos la saturación de color. 

Ademas de la disposición que se realiza sobre el espacio, razones por las que el artista formado como diseñador por la Milan Polytechnic Academic prefiere trabajar en espacios abiertos, que selecciona tras estudiar las características estructurales del lugar.

Y su relación y posición teniendo en cuenta la orientación de la radiacción solar y su incidencia en relación a su situación geográfica, medidas por la latitud y la altitud precisas del lugar donde  se encuentra en ese preciso instante.



EL COLOR TAMIZADO POR LA LUZ DEL SOL

Receta a la que añade ingredientes locales de aquellos destinos en los que trabaja desde que en 2012 comenzara a pintar sus crisoles a diferentes escalas, primero de forma esporádica para mas tarde crear un estilo muy definido.



Que se pueden identificar en obras como Distance, 158 Tones que tuvo como escenario un secuencia de aticos en la localidad siciliana de Castrfilippo, que pintados de colores tono tierra se funden con el paisaje al atardecer creando un efecto pixelado.



En la obra Mańana, 100 toni de ejecución mas informal su autor elige un muro perteneciente a la Universidad Politecnica de Valencia, para trazar el perfil de un conjunto de cuadrados concéntricos pintados en tonos ácidos y psicodelicos, con los que representaba los ocasos de esta ciudad española.



De vuelta en Italia Alberonero nos sorprende con Basket Court cambiando la vertical de una pared por la horizontal del piso de un patio interior perteneciente a una fabrica abandonada en Roma. Sobre la que traza las medidas de una cancha de baloncesto, que rellena de colores con los que pretende evitar la absorción de los rayos solares, reduciendo la sensación térmica.
  
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Los murales de formados por tonalidades luminosas del artista urbano Alberonero, trabajan sobre la percepción que tenemos como individuos de los colores a través de la luz, y su relación con el paisaje.



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