Florencia, una historia y poder a la sombra de los viñedos


Como si no contara con suficientes encantos la ciudad italiana de Florencia como para perderse entre sus calles y plazas, visitando lugares tan iconicos como el puente Vecchio cruzado por el Rio Arno, la Ufizzy Gallery (entre otros muchos monumentos y lugares de interes).

Siendo la lista interminable, podemos no obstante reparar y deleitarnos con su exquisita gastronomía y extensa y variada oferta vinícola, tradicción en caldos que para conocerla tenemos dos opciones, la primera salir de la ciudad realizando un recorrido por los extensos.

Campos de viñedos con los que están alfombrados la región de la Toscana, visitando los casi interminables latifundios formadas por una sucesion de fincas, pertenecientes en su momento y en buena parte a familias tan poderosas como los Medici.


LA VENTA DE VINO CLANDESTINO SOBRE EL QUE SE LEVANTO UNA CIUDAD

 
O volver sobre nuestros pasos y completar alguna de las rutas que podemos trazar añadiendo algunos de los mas de 150 puntos de interés vinicola que nos ofrece la ciudad del Domo. Miguel Angel y Da Vinci (entre otros).

Itinerarios que han sido diseñados a partir de la labor de documentación realizada por la Asociacion Buchette del Vino, un club de amigos del vino que un buen día decidieron realizar un registro de todos y cada uno de los puntos de distribución de vino.

Que por un periodo que comprende mas de trecientos años surtieron a los residentes de la ciudad del caldo de Abaco. Denominados con el termino de origen local de buchette o finistrini, se trata en su mayoría de ventanucos o troneras.

Que aunque muy abundantes sobre todo en barrios como el de Pistoia (también se pueden encontrar diseminados practicamente por toda el casco antiguo), debido a sus dimensiones desde el punto de vista arquitectónico.

Pasan practicamente desapercibidos a los ojos del visitante, pese a que en su momento supusieron un lugar de encuentro de gran transcendencia social y económica para la ciudad, pues según los resultados de recientes  investigaciones se estima que una parte determinante de los ingresos que obtenían las clases pudientes que controlaban.

Con mano de hierro unas calles atestadas por rateros provenian de la tolerancia que se observaba respecto a la distribución de miles de pellejos de vino, que tras ser elaborados de forma artesanal en alambiques cercanos.


TRAS LOS VENTANUCOS DEL VINO, EL SECRETO DEL DOMINIO DE LA CIUDAD

Eran objeto de extraperlo en un mercado dominado por los grandes señores de Florencia, que veían en la dispensación de vino a las clases mas bajas de la ciudad, la mejor estrategia de anestesiar y controlar posibles insurrecciones entre el vulgo.

Aunque ya hemos citado la zona de Pistoia como centro neurálgico donde se pueden encontrar los puntos de distribución de vino, además podemos visitar la cercana Piazza Santo Spirito, donde encontraremos varios de estos ventanucos en sus calles adyacentes.


Patrón que se repite en las inmediaciones del Palacio Guadagniexcelente muestra arquitectura renacentista y que comparte a lo largo de la Via Mazzetta, varios puntos de reunión de degustadores de vino.



Algo que también podremos descubrir en un lugar tan emblemático como la Piazza degli Strozzi donde se erige de forma imponente el último gran palacio privado del Renacimiento, construido a finales del s. XV por iniciativa del rico comerciante Filippo Strozzi, uno de los mejores exponentes de la arquitectura civil de la época y su elaborada cornisa de piedra que lo corona toda una proeza en terminos de diseño y acabado. 

Proyecto del arquitecto Simone del Pollaiolo autor además de su elegante patio, dotado de una galería abierta en la planta superior que con el tiempo se convirtió en una auténtica ágora convirtiéndose en lugar de exposiciones y centro de cultura contemporánea.

Menos lujosa y rica en detalles y ornamentos presenta el la fachada del Palazzo Ramirez en Borgo degli Albizi, donde a cambio si podremos algunos de los mejores ejemplos de Buchetto, y de paso seguir los pasos de Hannibal Lecter, el mas refinado asesino en serie de la literatura y amante del vino. Que durante su estancia en la ciudad tuvo un encuentro fortuito con lo que acabaría siendo una de sus victimas en esa misma calle.
  
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La relación de Florencia con el vino va mas alla de las centenares de miles de hectáreas de viñedos  que nos acompañan según nos acercamos a la ciudad, sino que en sus calles todavía se conservan lo que se podría considerar los antecedentes de los mesones y tractorias actuales.

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