Con otras que subyacen anidadas en los glóbulos temporales de su cerebro y que afloran como pasajes desordenados durante la fase del sueño conocida como R.E.M. Y con los que Robin trenza una narración a veces desordenada otras onirica.
Pasajes o si se quiere flash que al despertar en vez de transcribirlos sobre un folio en blanco como si fuera un diario. Ella como habilidosa dibujante recurre a un bloc de ilustracion para reflejar todas y cada una de las secuencias oniricas de las que ha sido testigo durante la noche.
Donde con trazos infantiles trata de darle un sentido que convierte en verosímil los sueños que en el momento se suceden como imagenes inconexas en su mente. Producto de la inmediatez, cada pieza obedece a unos parámetros concretos donde la mezcla de acontecimientos.
Tanto reales como los que se elaboran en clave de ficción. Se presentan como una madeja que hay que hilar. Algo que Robin realiza empleando lapices de colores con los que la artista redacta un diario único donde registra su universo onírico.
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