Formado como artista plástico Dariusz Klimczak ha conseguido hacerse un prestigio como fotógrafo freelance, actividad con la que adquirido los conocimientos necesarios y que combina con su labor periodística en una fecunda trayectoria.
Apasionado por la naturaleza, faceta en la que ha mostrado contar con una diversidad de recursos y habildades, muchas de sus fotografías son producto de instantáneas de paisajes que captura en el transcurso de las numerosas excursiones que realiza por los alrededores de la localidad polaca de Leba, donde reside con su familia.
Nacido a finales de la década de los años sesenta del siglo pasado en la localidad de Sieradz, una ciudad en el centro de Polonia, Klimczak cuenta con una carrera profesional que cubre tres decadas. A lo largo de este tiempo ha creado una identidad propia, sus comienzos fueron precoces mostrando grandes cualidades que perfeccionó en su periodo de formación en la Escuela de Arte Zduńska Wola.
Nacido a finales de la década de los años sesenta del siglo pasado en la localidad de Sieradz, una ciudad en el centro de Polonia, Klimczak cuenta con una carrera profesional que cubre tres decadas. A lo largo de este tiempo ha creado una identidad propia, sus comienzos fueron precoces mostrando grandes cualidades que perfeccionó en su periodo de formación en la Escuela de Arte Zduńska Wola.
SUS FOTOGRAFÍAS SURREALISTAS SON ODAS AL TIEMPO
Aparte de su labor como fotógrafo ha trabajado como pintor, y periodista freelance. Antes de centrar su atención únicamente en la fotografía. Ciertamente se puede observar esta experiencia en otros ambitos en su trabajo fotográfico.
En cuanto a las técnicas que emplea su favorita es el filtro monocromático, la cual aplica de forma recurrente en sus trabajos. Con el que les da a sus imágenes una sensación de simplicidad y extrañeza que involucra al espectador en una historia no lineal que combina ironía y significados volatiles.
Está mezcolanza puede atribuirse en gran medida a su yuxtaposición de objetos y figuras cotidianas y reconocibles con paisajes vacíos, como desiertos y extensiones de campos de cultivo. Creando imágenes que no tienen restricciones en términos de imaginación vinculando inextricablemente su práctica con el movimiento surrealista.
Aunque en su porfolio predominan las fotografías en blanco y negro, sus habilidades para manipular cuidadosamente paisajes hasta convertirlos en surrealistas, a los que de forma sutil añade elementos domésticos y objetos cotidianos con los que reinterpreta el paisaje humanizandolo.