Alfredo Omaña, desde el paisaje pictorico al Land Arte como frontera expresiva


El Jardín Encendido (ON) es una intervención que combina materiales orgánicos transformando una estructura interior, en este caso el patio porticado de la facultad de filosofía  Universidad de León en España, y sonidos extraídos de la naturaleza. 


De las teselas de césped que alfombra el claustro arqueado emerge en relieve la palabra ON (encendido), termino escueto con el que se da la bienvenida a los estudiantes y catedráticos. Que de forma inesperada que recorren las instalaciones tratando de evitar pisar la extensión que ocupa la totalidad de la plaza central.

La intervención realizada por el artista local Alfredo Omaña supone la ocupación de una superficie de 311 metros cuadrados. El autor ha jugado con el factor sorpresa, ya que desde la perspectiva de la instalación el observador solo contempla una extensión de césped, es cuando accede a la planta superior cuando se muestra en relieve el termino ON.


Montado en tres días de intenso trabajo, El jardín encendido forma parte de las actividades de la XIX edicion de la muestras El Hall Transformado, pudiendo ser visitada hasta finales de mayo/principios de junio siendo la entrada libre.  El jardín encendido pertenece a una serie en la que el autor trabaja desde hace años bautizada como ArtGarden.



Aunque de forma ordenada la extensión de césped natural coloniza la pieza rectangular ofreciendo una doble perspectiva del enunciado, dependiendo de la posición desde donde se situé el observador. La experiencia se completa con una banda sonora compuesta por trinos de diferentes especies de pájaros.


Como artista plástico, mantiene una actividad regular y continuada durante más de 20 años con numerosas exposiciones nacionales e internacionales. Iniciando su trayectoria en el ambito de la pintura, periodo al que le sigue una continuación en la que explora otras áreas creativas, producto del cual pone a prueba sus límites. Penetrando en territorios que más bien pertenecen al mundo de la escultura, la instalación, la fotografía y el vídeo, siempre por medio de la experimentación de las posibilidades de los materiales. 


Desde los inicios se hace patente la estrecha relación entre el artista y la naturaleza (las constantes citas al arte povera y al Land Art dejan constancia de esta relación) y es aquí donde se desarrolla su discurso, muchas veces cargado de contenido poético. Cómo demócrata de la materia explora la idea de lo inestable, lo efímero y lo ignorado. Y que se puede contemplar en una de sus intervenciones mas notables hasta la fecha, teniendo como escenario el museo al aire libre de La Senda de los Prodigios, emplazamiento expositivo que se puede visitar en el paraje natural de la Sierra de Francia en la provincia española de Salamanca. Espacio en el que Alfredo realiza un conjunto de obras en el que se simboliza lo efímero del paso del tiempo. La intervención que consiste en varias camas ubicadas en diferentes posiciones en el bosque se transforman cubriendose de vegetación.