En el evocador porfolio del fotógrafo Kevin Corrado, con sede en la ciudad norteamericana de Connecticut retrata a individuos y sus deseos de elevarse sobre sus deseos más irrealizables.
Se trata de composiciones etereas casi minimalistas en las que casi siempre recurre a un paisaje natural y parcialmente desenfocado, instantáneas en las que el modelo que posa directamente casi siempre lo hace acompañado del objeto que anhela.
Se trata de sutiles relatos visuales en los que hay que hacer una lectura de todos y cada uno de los elementos que construyen una historia que pueden obedecer a una diversidad de interpretaciones. Dependiendo del criterio y de la óptica del espectador.
Por lo tanto y aunque en principio pueda parecer que estamos ante una propuesta que se pueda caracterizar por su arbitrariedad y por ser producto de la casualidad, se trata de trabajos que son el resultado de reunir piezas con las que completar un puzzle a través diferentes aspectos del individuo que posa.
Logrando optimizar un análisis a través de analizar los aspectos surrealistas y el universo onírico experimentados por su propio autor. Que son recreados en composiciones que causan estupor y asombro, sumergiendote en un universo de sensaciones y paisajes en blanco y negro donde el horizonte se difumina en la niebla del sueño.
Sus escenas surrealistas incluyen la conexión visual de la fotografía creativa con objetos más o menos cotidianos. Dando como resultado patrones visuales que ofrecen en un sentido completo la radiografía del sujeto y procesos a nivel inconsciente.