En la arquitectura contemporánea aparte de su diseño, de la estética que presenta y de la función para la que es destinada, es concebida para ser habitadas por personas.
Representado esa humanidad una parte importante de la identidad del edificio y en muchos casos su historia. La cárcel de Caseros en Buenos Aires, fue un edificio que como su propio nombre indica, durante la dictadura Argentina.
Sus instalaciones albergaron a los presos políticos encarcelados por el régimen del general Videla. Sus siniestros muros son testigos de algunas de las paginas mas sórdida de aquella época.
Los presos se comunicaban con el mundo exterior a través de agujeros que hacían en las paredes de la cárcel.
Para evitar que fuera demolida por las autoridades en 2.010, el artista Seth Wulsin utilizo los orificios circulares que componen las vidrieras en los extremos de las fachadas, para "dibujar" cuarenta ocho retratos pixelados que simbolizan la barbarie y la sin razón de la dictadura.
Los rostros que aparecían y desaparecían en función de la posición del sol y su incidencia sobre las vridriera, fueron realizados primero sobre una plantilla, que después fue ejecutada eliminando parcialmente las teselas circulares. Logrando un efecto sobrecogedor con el que se homenajeaba a los miles de personas presas que pasaron con diferente suerte por sus instalaciones.
En un nivel básico del relato esta la demolición de la prisión, contratada por el gobierno de la ciudad de Buenos Aires a los militares argentinos. El edificio estaba previsto para su demolición en 2001, pero el proceso ha estado sujeto a varios obstáculos legales, ambientales y burocráticos.
El plan original era implosionar el edificio en tres pasos. Pero la implosión fue detenida en el último minuto por un grupo de vecinos preocupados por la posibilidad de efectos perjudiciales para el medio ambiente, incluyendo el envenenamiento por asbesto y la posibilidad de expulsar a millones de ratas de los túneles que ocupan debajo de la prisión. En cambio, Caseros fue demolido por medios mecánicos, piso por piso, de arriba hacia abajo.