Al finalizar su construcción y verlo terminado, los arquitectos del estudio RO & AD, no vacilaron en bautizarlo con el titulo de uno de los pasajes bíblicos mas citados. Pero nada mas lejos de la realidad el Moses Bridge (El puente de Moises).
Poco o nada tiene que ver con la efemeride representada en el texto sacro, ni siquiera en un sentido estetico. Su inpiración hay que buscarla muchos siglos después, concretamente durante el siglo XVII. Los Paises Bajos contruyeron, una serie de fosos y fortificaciones en la región de Brabante Occidental.
Con el fin de proporcionar protección contra la incursiones de los ejercidos de Francia y España. Uno de estos fortines era el conocido como Fort de Roovere. Que estaba rodeado por un foso poco que servía de protección contra los ataques y las inundaciones producidas cuando subia la marea.
Desde lejos, el Moses Bridge es invisible a los ojos. El flujo alrededor de la fosa parece continuo, ya que el nivel del agua esta paralelo al del foso que lo cruza, lo que refleja su entorno natural. Conforme los visitantes se acercan a la fortaleza, el puente se visualiza como una ruptura que divide el curso de agua, creando un fenómeno visual único.
El tanque que divide el curso es una estructura anclada al lecho mediante unos pilotes de acero. Forrado con láminas de madera para las paredes que son del mismo material que los pilares. El puente y sus componentes se han fabricado con madera sostenible.
La madera concretamente es de Accoya, tratándose de un tipo de material que tratado adecuadamente hipermeabiliza el puente y resiste rezonablemente la erosión producida por la corriente. Protegiéndolo de hongos aumentando su durabilidad. Siendo un material ideal para un puente de estas características.
Recientemente ha sido reconocido por el Colegio de Arquitectos Holandés como la mejor estructura del año 2011. Además, los patrocinadores se encuentran entre los finalistas para los Dutch Design Awards 2011.