Para que un trabajo artistico obtenga el beneplacito de publico, tiene que transmitir en el que lo contempla la emocion por la que fue creado. Una comedia puede contener secuencias dramaticas en su metraje, pero si en su conjunto no consigue esbozar una sonrisa en el espectador, el resultado no dejara de parecer pretencioso y un tanto naif. Con la fotografia independientemente de su matiz se puede aplicar el analogo axioma, lo importante es la credibilidad que inspira el encuadre seleccionado y como lo ejecutas.
En el caso del fotógrafo Tom Rayboi, pionero de un genero fotográfico conocido como Rooftopping o Roof topping, lleva su pasión por fotografías el entorno urbano hasta las ultimas consecuencias. Residente en Toronto (Canada), Tom comenzo a tomar panorámicas de la ciudad que también conoce en 2.007, al principio comienzo seleccionando localizaciones estrategicas, donde poder obtener buenos planos, pero si lo que quieres son registrar detalles de la ciudad en altura, o alquilas un helipcotero que te facilite el trabajo, a cambio de dilapidar tu escaso presupuesto económico o como hizo Tom asciendes a las alturas jugandote el pellejo.
De esta forma se creo esta nueva tendencia de fotografía urbana, que combina el riesgo y la cultura urbana, y que cada vez cuenta con mas adeptos en el mundo. Tras el subidon de adrenalina que supone objetivizar el abismo de la ciudad desde tu posición privilegiada encaramado en lo alto de una cornisa de un rascacielos, el resultado son una series compuestas por retratos que transpiran urbanidad, y mediante los que se pueden percibir el vértigo del momento en el que se ha producido la emulsión de la foto.