Científicos del instituto Walter y Eliza Hall en Melbourne (Australia) han realizado un hallazgo cuyas repercusiones en el tratamiento de enfermedades autoinmunes, así como en el trasplante de órganos y distintas procesos oncologicos. En concreto se trata de un grupo denominado celulas T reguladoras, identificando aquellas células que se encargan de deshabilitar la respuesta inmune.
Las células T juegan un papel central en la gestión del sistema inmunológico. Hay muchas células T diferentes: algunas promueven una respuesta inmune contra el patógeno que infecta el organismo, mientras que otras provocan una reacción autoinmune contra sus propios tejidos, originando la enfermedad.
Las células T reguladoras, que suprimen la actividad del sistema inmune. Estas células juegan un papel importante en el mantenimiento de auto-tolerancia, asegurándose de que nuestro sistema inmunológico no genera una respuesta en contra de nuestros propios tejidos.
El equipo de científicos formados por Stephen Nutt en The Walter y Eliza Hall, ya habían identificado un subgrupo de células T reguladoras que hacen que una proteína en particular, conocida como dirigible-1. Dirigible-1 que se encuentra normalmente en las células B productoras de anticuerpos, donde actúa sobre el ADN que a su vez produce genes específicos. Es fundamental para la producción de anticuerpos, pero su papel en las células T reguladoras era un misterio.
Lo que han hecho es realizar un ensayo con un modelo animal modificado genéticamente, al que previamente le extrajeron las células T reguladoras activas, observando como los ratones desarrollaban enfermedad inflamatoria intestinal grave autoinmune. Estos resultados demuestran que no todas las células T reguladoras cumplen una función inmune en el organismo.